Un bebé y el matrimonio lo cambiaron todo.

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~Siete meses después~

La señora Jiang y los Lan se llevaron bien desde el día que se conocieron y supieron que serían abuelos, al único a quién le costó al principio, fue a Jiang Fengmian, quien no lograba hacerse una idea de que su único hijo arruinara su carrera tan joven.

Claro que meses después, cuando se enteró que tendría un nieto, Fengmian se imaginó a él mismo con el pequeño niño de diez años en un estadio de beisbol y no pudo seguir distanciado de su hijo.

Cuando se enteró que Jiang Cheng y Xichen planeaban quedarse en el mismo departamento, les ofreció una pequeña casa cercana a la universidad, pero la pareja había decidido quedarse donde estaban. Después de todo, aquel departamento ya tenía su historia con ellos.

Así fue como los siguientes meses al embarazo de Jiang Cheng, los chicos aprendieron a vivir juntos, a compartir más tiempo y a llevar con ellos el pequeño peso de la universidad. El señor Jiang los apoyaba económicamente, aunque Xichen deseaba darle todos esos lujos a su pareja con su propio esfuerzo.

Agradecido con su suegro, buscó y encontró un empleo de medio tiempo en una tienda de videojuegos que le permitía ir a la escuela por la mañana y trabajar por las tardes. También, había entrado como repartidor de alimentos los fines de semana, pero éste último lo dejó cuando Jiang Cheng cumplió el octavo mes de embarazo.

La familia Lan, por otra parte, no tenía el mismo nivel económico que los Jiang, pero brindaban apoyo cuando los chicos lo necesitaban. Como Mingjue, (el hermano menor de Xichen) que siempre se pasaba a saludar a los chicos para ver si necesitaban algo y los ayudaba con la decoración de la nueva habitación del bebé.

Sin duda, el pequeño nacería en una familia completamente llena de amor.

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Después de cuarenta y ocho horas en el hospital, finalmente, Jiang Cheng y Lan Xichen regresaban a su departamento, contentos de tener al pequeño Lan JingYi.

El señor Feng se había encargado de recoger a los muchachos en el hospital y llevarlos de regreso a su hogar. También él estaba contento.

Jamás creyó que el chico al que cuidaba desde los diecisiete años ahora se convertía en padre y lo mejor, que él aún vivía para conocerle.

Entraron al departamento, A-Cheng al frente de Xichen, cargando al recién nacido en sus brazos.

BIENVENIDO A CASA JINGYI

Un bonito letrero de color azul y blanco cruzaba la pared del salón principal. Con globos, serpentina y confeti fue recibida la nueva familia Lan.

—¡Wow! ¿Qué es todo esto? —preguntó Jiang Cheng dejándose caer al sofá más próximo.

—Una fiesta de bienvenida para ti y mi sobrino —respondió Mingjue.

—Didi, no tenías que hacer esto —le dijo Xichen a su hermano menor.

—Vamos, sólo es algo entre nosotros, ¿Puedo verle?

Animadamente, Jiang Cheng le extendió el pequeño bultito con sumo cuidado.

—Su cabecita... Cuidado con ella.

La familia Lan se acercó a Mingjue para conocer al nuevo integrante de la familia. Todos, incluidos el propio Xichen, se emocionaron cuando el bebé abrió sus pequeños ojos rasgados.

—Es un mini tú, ChengCheng —dijo la señora Lan.

—No, se parece más a tu hijo —contradijo la señora Jiang.

𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 (𝑿𝒊𝒄𝒉𝒆𝒏𝒈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora