Pero lo que yo sentía era diferente.

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Aunque hay veces que sientes que lo has logrado todo, también hay momentos en los que ves cómo tu vida se está estancando.

Así se sentía Jiang Cheng.

A las pocas semanas de haberse comprometido con Lan Xichen, recibió una llamada de emergencia por parte de la mamá de éste. El pequeño JingYi había sido llevado a urgencias.

—Señora Lan, ¿qué pasa? —preguntó en cuanto llegó al hospital público de Luoyang.

—A-Cheng... perdóname A-Cheng —lloriqueó la mujer —me distraje un momento y dejé que Yi jugara por el jardín... no vi cuando empezó a morder las plantas...él..él...

Antes de qué le pudiera decir si su hijo había muerto intoxicado, el doctor que atendió al pequeño, apareció en la sala de espera, con buenas noticias.

—El pequeño Lan se recuperará pronto. Afortunadamente la planta que se llevó a la boca no la masticó por completo y la nervadura no se conservó mucho tiempo en su boca. Podrá ser dado de alta el día de mañana.

—¿Podemos entrar a verlo? —preguntó la señora Lan.

—Claro que sí, síganme —caminaron hasta el área de pediatría y entre las camillas estaba el pequeño JingYi con una pijama a rayas.

—¡Pá en! —gritó al ver a su padre y enseguida estiró sus bracitos.

—A-Yi... cielo, ¿estáis bien?

Al menor no le dio tiempo responder, porque enseguida su abuela Lan se soltó a llorar.

—A-Yi... perdón amor... perdón... A-Cheng, discúlpame también...

—Señora Lan... no haga esto, no fue su culpa, por favor, pare de llorar —trató de consolar a su suegra hasta lograrlo, sólo así, volvió a hablar —señora Lan... debo llamar a A-Huan, debe saber lo que pasó.

Tanto a la señora Lan como al mismo Jiang Cheng, les aterraba mucho darle aquella noticia a Xichen, quien era seguro que se enojaría mucho con su madre por el pequeño descuido.

—A-Huan ya viene en camino, señora Lan, vaya a descansar, ¿Sí? Le diré al señor Feng que la lleve.

La insistencia de la señora Xia por quedarse era la misma de Jiang Cheng porque se fuera.

Era mejor si Xichen no veía a su madre en ese momento.

—Por favor, avísame todo acerca del estado de JingYi. Y perdón A-Cheng.

—Así lo haré. Con cuidado —la señora Lan subió a la parte trasera del auto y antes de que el señor Feng hubiera encendido el coche, A-Cheng se lo impidió —señora Lan, por favor, ni un comentario de esto a mis padres, ¿De acuerdo?

Con un asentimiento de tristeza, Lan Xia acepto y finalmente, el señor Feng puso en marcha el auto.

Jiang Cheng suspiró mientras los veía alejarse. Ya podía darse una idea de lo que vendría a continuación, una vez que Xichen llegara.

Media hora más tarde, el taxi que había cogido Xichen frenaba frente al hospital, dejando que este saliera corriendo hacia el pasillo donde se encontraba Jiang Cheng y su hijo.

—lotito —le dijo a JingYi en cuanto estuvo frente a él —¿Estás bien, cielo? —el menor respondió con un "ii", regalandole a su padre una sonrisa alegre y mostrando sus pequeños dientes de leche.

Jiang Cheng le explicó lo que había sucedido y antes de que Xichen pudiera decir algo, le rogó que no se enojara con ella.

—A-Cheng... Su distracción pudo causarle la muerte a nuestro hijo —susurró intentando no sonar tan enojado frente a JingYi.

𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 (𝑿𝒊𝒄𝒉𝒆𝒏𝒈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora