Yendo despacio

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(⊱✾⊰)

~Por Jiang Cheng~

Wei Wuxian se paseó al rededor de mi escritorio estirando su mano y con los dedos abiertos en forma de abanico y mostrando, claro, su brillante anillo de compromiso.

—Entonces, A-Cheng, ¿Me acompañarás a España a comprar mi traje de novio?.

Cerré la carpeta que tenía frente a mí y reí.

—No.

—Ay, vamos. Habíamos quedado de ir con tu chaval a Valencia para mí cumpleaños.

—Es que... Justo acabo de recordar que el próximo mes no estaré disponible, lo siento.

—Se me hace que tienes celos, ¿Verdad? —dijo volviendo a poner su mano frente a mí.

El viernes durante la cena, ambos descubrimos quién de nuestras parejas era el que hablaba de matrimonio.

Lan Wangji.

Al terminar su discurso de agradecimiento, se tomó unos minutos para pedirle a Wei Wuxian que fuera su esposo. Dio otro discurso conmovedor que a mí me dieron ganas de aceptar por el.

A-Xian aceptó, por supuesto, y desde aquel día no ha parado de presumir a todo mundo su anillo de compromiso.

Yo estoy muy feliz por ambos, sin duda llevan una relación larga y sana y A-Xian está tan enamorado de Wangji como él de Wuxian. Esa noche hice un doble brindis por ellos.

—Venga, vale, no importa, ¿Vamos al doc? ¿O lo seguirás posponiendo?

—Pensaba ir mañana. Su She y Wangji viajarán a Pekín para consultar unas cosas en la planta de Beijing, ¿Te parece si vamos hasta entonces?

Mi amigo resopló y terminó por aceptar. Siguió platicando conmigo de algunos asuntos triviales y sin menor importancia hasta que el deber nos llamó.

Al día siguiente, salimos ambos con dirección al aeropuerto para llevar a Lan Wangji y Su She. Les dejamos en la puerta de embarcación y regresamos a Happier Dum para iniciar la revisión de calidad en nuestros softwares.

Era el trabajo que más tiempo se llevaba, pero al medio día dejamos todo en manos de los supervisores de áreas y nosotros nos fuimos.

Cómo subdirector, debería ser más responsable y quedarme yo mismo a revisar cada cosa, pero eran tecnisísmos que no entendía.

Yo estudié administración empresarial y negocios internacionales, no sistemas computacionales y programación.

El médico al que asistimos me recibió a la una de la tarde. Tiempo suficiente para que mi delicado estómago se antojara de todo aquello que vio mientras esperábamos, y también, para que lo devolviera diez minutos antes de entrar a consulta.

—Señor Jiang, ¿Desde cuándo tiene estos síntomas? —me preguntó el médico con el estetoscopio en mi barriga.

—Cerca de tres semanas, doctor.

—¿Y le dijo el médico en Canadá le dijo que era un desorden hormonal, cierto? —asentí.

—Pero estoy muy confundido, doctor. Y necesito confirmar que sea un desorden y no un embarazo.

El médico se quitó el estetoscopio y se lo colocó al rededor del cuello. Luego, colocó una mano con la palma extendida sobre mi barriga y con la otra mano, dio golpes suaves.

—Los síntomas que presenta son muy similares al embarazo, es difícil diagnosticar ambos casos, por los cuales señor Jiang, tendremos que realizarle un análisis de sangre.

𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 (𝑿𝒊𝒄𝒉𝒆𝒏𝒈)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora