𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 (𝑿𝒊𝒄𝒉𝒆𝒏𝒈)

Pero esta vez

~Por Jiang Cheng~

—¡Wow! ¿Aquí vives, papá? —preguntó A-Yi cuando estubimos frente al edificio.

—¡Sip! Exactamente ahí, en el último piso —dije señalando la ventana donde Su She se asomaba.

Mierda pensé al verlo. Se suponía que él regresaba hasta el lunes con Wangji.

Por el espejo retrovisor, pude ver qué JingYi estiraba su cabecita para ver mejor.

—¿Ése quién es?

—Hum... —pensé dos veces si decirle que era mi novio, pero, por lo triste que se había mostrado antes, cuando Xichen mencionó que yo tenía una pareja, temí su reacción —es mi amigo. Anda, vamos.

Pasamos por la caseta de vigilancia y el guardia en turno nos permitió el acceso.

Bajé del auto y después pasé por la puerta trasera para sacar a JingYi.

—A-Yi... Antes de subir quiero decirte dos cosas. La primera, allá arriba están mis amigos, quieren conocerte, ¿Está bien? —JingYi extendió una sonrisa muy larga —y la otra, es que no puedes decirle a nadie que me quedé con vosotros en el departamento, ¿Vale? Y mucho menos que esta mañana... Hum, ya sabes, no puedes decir que me pillasteis con Xichen en el baño, ¿De acuerdo?.

JingYi asintió antes de preguntar:

—¿Po'qué?

—Bueno, pues porque tú papá y yo no somos nada y... Ah, simplemente no se lo digais a nadie.

Asintió nuevamente y bajó de un brinco del coche.

Juntos sacamos sus cosas y después subimos por el ascensor.

—Papá, ¿Cuano el ascesor se daña tenes que subi po las escalelas?

—Hum... Nunca me ha pasado algo así, ¿Por qué?

—Ay, ¿Po que mi edificio no puede se así? E'que allá se descompone en veces y tenemos que subi caminano con las cosas y es muy casado.

Me reí.

—A puesto que tú no eres el que carga, ¿Cierto?

Miré hacia él. Era tan pequeño. Su mirada me recuerdo a mí cuando tenía su edad.

Sin duda este pequeño era idéntico a mí.

Sentí un espasmo en mi interior. Uno de felicidad.

—No. Mi papá Xichen lo ca'ga todo. Él solito puede polque es muy fuete. Papá, ¿Tú tamién eres fuete?

El elevador se detuvo.

Salí de él con JingYi tomando mi mano.

—Creo que sí. No estoy muy seguro de ello.

—Te he vito eta mañana denudo, papá, te ves más fuete que mi papá Xichen.

Me detuve en seco y casi me ahogo con mi propia saliva.

—A-Yi —le dije al momento que me ponía en cuclillas y quedaba a su altura te dije que no debes mencionarle a nadie lo que viste en la mañana, ¿de acuerdo? Que sea un secreto entre los tres.

—¿Po'qué?

No quería darle explicaciones que quizá lo podrían lastimar de nuevo o que no terminaría por entender, así que sólo le pedí de nuevo que no lo hiciera.

JingYi volvió a aceptar.

Le acaricié el cabello con ternura y continue andando con él.

Al llegar frente al departamento, digité la contraseña en la cerradura inteligente, después, con un pequeño "bip" proveniente de la llave, entramos.