𝑻𝒓𝒊𝒔𝒕𝒆 𝒔𝒐𝒏𝒓𝒊𝒔𝒂 (𝑿𝒊𝒄𝒉𝒆𝒏𝒈)

quiero actuar correctamente

Wei Wuxian tocó el timbre del departamento de Jiang Cheng y segundos después, la puerta se abrió.

Se adentró con Wangji detrás de el y enseguida, ambos se encontraron a Wanyin caminando por el salón.

—¿Las consiguieron? —les preguntó en cuanto ellos hubieron tomado asiento.

—No.

—A-Xian...

—¡A-Xian tus cojones! —rugió el —Jiang Cheng, ¿sabéis cuánto deseo que quedes embarazado? Eso te haría poner los pies en la tierra.

—A-Xian...No comprendes...

—Claro que lo hago, cielo. Pero, según sé, Su She quiere un hijo, no tomes ya pastillas y cría a un hijo de una puta vez.

—Esque no es de Su She —sentenció Wanyin.

Tanto Wuxian como Wangji, abrieron los ojos de asombro.

—No digas que... —Wanyin asintió.

—El viernes no me quedé en ningún motel. Me quedé en el departamento de Xichen y... Y nos enrollamos. Dos veces.

Con furia, Wuxian dejó su bolso sobre las piernas de su novio, se paró furioso y comenzó a perseguir a Jiang Cheng por todo el salón.

En una ocasión, logró tomarle por el cuello de la polera y alcanzó a realizar unos cuantos arañazos antes de que Wanyin se apartara.

—¡Eres... Un gilipollas! ¡CABRÓN! ¡HIJUEPUTA! —lanzó cualquier cosa que encontrara a su paso, hasta que Wanyin se escondió dentro del baño.

Eso no fue un impedimento para Wuxian de seguir sacando su furia. Comenzó a golpear la puerta sin dejar de gritarle cosas a Jiang Cheng.

—¡La estáis cagando de nuevo! ¡Cabrón! ¡Sal de ahí, marica!.

—Wei Ying... Déjale hablar...

—¡Hablar tus cojones! ¡Este cabrón cree que puede llegar a la vida de su ex y enrollarse con él cómo si nada! ¡Y encima saliendo con otro! —hizo una pausa y después volvió a golpear la puerta —¡Abre la puerta, puto, cabrón!

Wangji intentó, inútilmente, apartarlo y hacer que se tranquilizara, pero en cambio recibió un tremendo rasguño en el cuello.

—¡Wei Ying! ¡Menos mal que tú eres mi novio! ¡Mirad lo que me has hecho!

—¡Te lo merecías también!

—¿Yo por qué?

—¡P-porque sí! —en realidad fue una forma de sacar su ira.

—¿Tío A-Xian? —habló de pronto JingYi, interrumpiendo a la pareja.

El cabreo de Wuxian bajó en automático y se giró a mirar al menor, que llevaba sus cabellos alborotados y una lagañas secas en las pestañas.

—¿Y mi papá Cheng?

—¡Aquí dentro! —gritó el mencionado desde el interior del baño —A-Yi, ¿Podéis llevarte a A-Xian de aquí? ¡Quiere golpearme!

El menor se rio y abrazó a la pierna de Wei Ying y con una carita tierna dijo:

—Tío A-Xian, po favo no hagas nada a mi papi Cheng, po'que no quero quedame sin él —decía entre risas disfrazadas de llantos.

—Está bien, cielo. Por ti, HOY no le haré nada, ¿Vale? —dijo remarcando la palabra "hoy" para que Jiang Cheng lo escuchara desde su lugar.

El menor asintió y se alejó de ahí, con Wuxian de la mano de regreso a la habitación de Wanyin para vestir al niño.