Fall For a Trouble.

Capítulo Treinta y nueve.

El día estaba irónicamente deprimente...o tal vez era solo yo.

No me había levantado a bañar como de costumbre, hacia mucho frío para eso, en cambio solo había quitado el maquillaje de la noche pasada y todos los residuos que aún quedarán de fiesta, excepto los caireles de mi cabello y el olor que predominaba en este.

Un olor que me causaba una punzada casa vez que lo identificaba.

Baje las escaleras y serví un poco de jugo en un vaso mientras comía una tostada, el hacerlo me recordó la otra mañana, donde estábamos en su cocina...dios, ¿es que siempre sería así? ¿Todo me recordaría a el?

Deje el vaso sobre la mesa y tomé mi mochila antes de dirigirme al auto y manejar todo el trayecto hasta la escuela.

Fue el viaje más largo y deprimente que había tenido, además de el hecho de que no había logrado conciliar un poco de sueño la noche anterior, estaba el hecho más obvio, el que ahora todo sería diferente.

¿Tenía que tomar esto como el primer día del resto de mi vida? ¿El día después de que mi vida acabo?

¿O solo debería olvidar y seguir?

Borrón y cuenta nueva.

Sonaba más fácil de lo que era.

La noche anterior había estado escribiendo hasta muy entrada la noche, a lo mejor eso explicaba la migraña que tenía, estaba a punto de faltar pero recordé que tenía que escribir ese estúpido ensayo para filosofía y entregarlo hoy mismo, suerte que me tocaba hasta última hora.

Baje colgando la mochila de mis hombros, no se si era mi imaginación pero sentía que todo mundo me miraba. Como...todo mundo.

Baje la mirada y me dirigí a mi casillero, no había dado no tres miserables pasos cuando una bola de energía se apareció frente a mi dejándome desconcertada.

Sara me sonrió enormemente mientras tomaba mi mano.

- Esta noche hay una fiesta en el bosque, dice Alex que es una tradición de comienzo de año o algo así, estaba pensando en que podemos ir los cuatro, no hemos salido ni una vez en una cita doble, esta es la oler unidad perfecta, ¿que dices? ¿O es que ya tienes algo que hacer con Jordán?- soltó rápidamente.

Apenas pude seguirle el hilo.

- No creo que eso sea posible Sara- murmure.

Me miro sorprendida.

- ¿Por que? ¿Paso algo?

Desvíe la mirada sintiendo las lágrimas en los ojos, pero había sido suficiente de llorar, ya no quería hacerlo.

Así que me las trague y sonreí débilmente.

- No, no del todo, no aún al menos- murmure.

Sara frunció el ceño.

- Estas bastante evasiva hoy, dime que paso nena- pidió.

Me removí incómoda, era bastante difícil esconderle algo a Sara, jamás lo había hecho, pero esto simplemente no podía llegar y decírselo, no me correspondía hacerlo.

- Solo algo cansada, ayer me quede hasta tarde en la fiesta- mentí.

Cada vez me volvía mejor en esto.

Sara pareció creérselo, o lo dejo pasar, por que no menciono nada de nuevo, en cambio se puso a balbucear otras cosas.

Cosas que ahora se me hacían tan insignificantes, como todo a mi alrededor, como el simple hecho de venir a la escuela y fingir que todo estaba bien.