Fall For a Trouble.

Capítulo treinta y uno.

-¡Feliz Navidad!

Baje corriendo las escaleras gritando esas dos palabras como loca, papá se encontraba en la cocina sirviendo un poco de café a dos tazas, al verme sonrió.

- Feliz Navidad cariño- dijo.

Le rodee el cuello con los brazos.

- Feliz Navidad papá, me da gusto que te hayan dado el día de hoy- dije totalmente enserio.

Hubiera sido bastante patético pasar la Navidad sola.

- A mi también, es por eso que me dio tiempo de comprar algo...- murmuro como quien no quiere la cosa.

Mis ojos se iluminaron.

- ¿Es que...

- Mira bajo el árbol.

Corrí hacia ahí viendo con asombro, incredulidad y emoción un paquete completamente forrado.

Trague saliva.

- Es lo que pienso que es...

Papá apareció por la puerta sonriendo ampliamente.

- Míralo por ti misma.

Corrí a despedazar el envoltorio sintiéndome poquito culpable, quite todo el papel para quedarme viendo algo que hizo a mi pulso latir y sentirme sin aire.

Frente a mi estaba la primera edición de Cumbres borrascosas, mi libro favorito.

La. Maldita. Primera. Edición.

Y no solo eso, también estaban otros cuatro libros, en los que se encontraba; sensatez y sentimiento, el Hobbit, orgullo y prejuicio y....¡la última parte de cazadores de sombras!

Solté un chillido de emoción antes de correr a los brazos de papá.

- Graciasgraciasgracias- balbucee en su pecho.

Sonrió abrazándome de regreso.

- De nada Erin...pero ese no es mi regalo- dijo incómodo.

Me solté de él perpleja.

- ¿No? ¿Entonces...?

- Es de Karen- explico.

Sentí que abrí la boca hasta el piso.

- ¿Ka-Karen?- tartamudee.

Asintió.

- Karen te compro eso- dijo.

Negué.

- ¿Por que?
- Le caes bien.

Oh vaya eso lo explicaba todo, yo iba comprando por ahí regalos carísimos, por que la primera edición de cumbres borrascosas no era otra cosa que carísima; por que me caía bien la gente.

Sip, ahora todo tiene sentido.

Pero estaba agradecida.

Enserio, como nunca.

- Vaya, no...- vacile- no se que decir, esto debió haber costado una fortuna, yo...

- Esta bien cariño, fue bastante gratificante para Karen comprartelo, solo acéptalo y dale las gracias, la harías sentir mal si no- aclaro.

Trague saliva removiéndome en mi lugar.

- Pero es que yo no le compre nada- admití incómoda.

Papá solo una carcajada.

- Lo supuse, por eso compre algo y dirás que fuiste tu- explico.

Sonreí smoliamente.

- Eres el mejor- repetí- Y Karen también, y no solo por que me haya comprado cumbres borrascosas, si no por que enserio es una buena...persona- vacile, mordiéndome el labio- Te quiere- susurre.