Mi nombre es Erin, Erin Montana, vivo en Lousiana con mi padre, un hombre al que amo y admiro, cuando mamá murió él fue el que nos saco adelante y es algo así como mi súper héroe.
Estábamos comenzando el último año de bachillerato, mi sueño era irme a Nueva York a estudiar o ser escritora, pero eso es otra historia.
Era un domingo por la noche, papá se había quedado de tarde en el hospital, es doctor y casi siempre se quedaba hasta tarde, si no es que incluso pasaba días sin que lo viera.
Estaba tirada en el sillón con una sábana cubriendo mis piernas y un plato de pizza en mis manos, pasaban alguna película romántica en la tv, pero yo estaba muy concentrada en mi iPhone platicando con mi mejor amiga, Sara, que me decía algo sobre su enamoramiento con su compañero de laboratorio, al que sólo había visto un mes tres horas por semana.
Y no habían hablado.
Metí lo que quedaba de la pizza a mi boca y le contesté:
"Podrías decirle algo más que preguntarle la fecha, a lo mejor así puedas comenzar a hablarle."
Lo envíe mientras volvía a jugar ese jueguito adictivo de unos blocs, tenías que hacer que el rojo saliera por la abertura.
Su respuesta me llegó segundos después:
"Eres malísima dando consejos, no seré yo la primera que hable."
Rodé los ojos, tal vez no era una experta en temas amorosos, jamás había tenido novio, no por que no quisiera, era una adolescente, claro que había chicos que me gustaban, pero ninguno había parecido interesado en mí.
De todos modos, era obvio que si a ella le gustaba entonces ella tenía que dar el primer paso, ¿no?
"Es a ti a quien le gusta, sólo háblale"
Lo envíe mientras me paraba del mueble, era noche de escuela y necesitaba dormir si quería poder despertarme mañana.
Fue entonces que lo recibí, el mensaje que sin saberlo me cambiaría la vida, el que daría comienzo a esta historia y del que nunca pensé fuera a tener un efecto tan grande en mí.
"Hola Erin, buenas noches, siento llamar tan tarde pero necesito pedirte un favor"
Era de Daniel, un amigo, se podría decir que es mi mejor amigo, o algo así, siempre nos ayudamos y, en comparación con Sara de la que sólo hablo de chicos y cosas triviales, él es mi compañero de estudios, proyectos y cosas más serias.
Y por si no lo habían notado es muy reservado.
"¿Qué pasa Daniel?"
Al instante mi celular comenzó a sonar, respondí deslizando mi dedo por la pantalla y lo llevé a mi oreja
- Qué hay- saludé.
La voz gruesa de Daniel se escuchó del otro lado, era extraño, ya que tenía un cuerpo y cara de niño pero su voz era muy gruesa.
- Erin gracias a Dios, necesito tu ayuda- dijo apurado.
Fruncí el ceño.
-¿Qué paso?- inquirí.
- Bien, como sabes me voy a las olimpiadas de física- contó.
- Ajá.
- Necesito tu ayuda sólo por estas tres semanas en las tutorías- escuché el ruego en su voz.
- ¿Tres semanas?
- Después de las olimpiadas de física van las de química y matemáticas- explicó apenado.
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Fall For a Trouble.
Romance- ¿Te sigue gustando?- preguntó mirándome de reojo. Observé como tomaba a la pelirroja entre sus brazos y la besaba con intensidad, reteniéndola entre ellos. - No lo sé- mascullé, mi voz quebrándose- Pero hay algo de él que no puedo dejar ir- admit...