Capitulo dos.

16.8K 972 192
                                    

La campana tocó dando el fin de las clases, le había hablado a Daniel disculpándome de no poder ir a las tutorías, pero este le había hablado al profesor y este le dijo que podía atrasarlas hasta que yo saliera de detención, así que en resultado llegaría a casa más allá de las seis de la noche, detención terminaba a la cuatro y las tutorías eran de dos horas, y todavía tenía que pasar a comprar comida tailandesa para cenar, papá me había comunicado que no llegaría a casa hasta mañana por la mañana.

Salí arrastrando los pies de clase de álgebra hasta el aula de detención, estaba al fondo, una puerta de metal con una pequeña ventana en la que abajo ponía "detención". El aula no tenía más que un pequeño ventilador que siempre apuntaba al profesor y una ventana que nunca se abría.

Las peores dos horas de mi existencia.

Entré con la cabeza baja, los mismos chicos me recibieron con caras largas.

Era la chica con más tatuajes y piercings que piel, sus ojos eran de un asombroso tono azul celeste y siempre estaban rodeados de delineador, su ropa era negra, de pies a cabeza, llevaba un crucifijo enorme alrededor del cuello y su tez era tan blanca como la de un vampiro, a veces me preguntaba si no era uno; después estaba una de las estrellitas de fútbol, rubio, tez bronceada, ojos que te miraban con desprecio y ropa cara de marca, alado de él estaba la rubia con el escote pronunciado, mini falda que dejaba enseñar unas piernas bien formadas y contorneadas, y cabello cayendo en caireles a su alrededor, también un kilo de maquillaje en la cara. Por último estaba yo, el chico freek que siempre mordía sus uñas y miraba a todos como si lo quisieran asesinar, Jordan, que ahora estaba en el fondo con los audífonos puestos y la rubia intentaba llamar su atención; y un chico que parecía ser muy cool, con él había compartido algunas conversaciones, al parecer le gustaban los cómics y todo eso, ahora su cabello oscuro caía sobre su cara cubriendo sus ojos oscuros, era musculoso pero delgado, tenía piel como nata y en estos momentos llevaba una playera que decía Marvel, y leía un cómic intensamente.

Yo me sentaba a su lado.

Caminé directamente hacia él, cuando oyó la banca de alado moverse alzo la vista y me dedico una pequeña sonrisa.

- Qué hay- saludé devolviéndole la sonrisa.

Movió la cabeza.

- ¿De nuevo impuntual?- preguntó.

Asentí.

- Que te puedo decir, el chofer tenía algo contra mi, me dejo varada en medio de la carretera- dije encogíendome.

Rió suavemente.

- Pobre de ti, pero según recuerdo, ayer fue el despertador, después fue el tiempo y...

- Bien, si, ya entendí- contesté fingiendo molestia.

Damien rió.

- Eres una floja, eso es todo, o tal vez te gusta tanto estar conmigo en detención que lo haces a propósito- bromeó.

Solté una carcajada.

- No eres tan importante, aparte todavía tengo que quedarme a dar tutorías y después ir a comprar comida tailandesa- apunté.

Hizo una cara de fingido horror.

-¿Quién es el desdichado al que le enseñaras?- cuestionó.

Le di un ligero golpe en su hombro.

- No lo sé, pero si sé algo de historia- mascullé.

Enarcó una ceja.

- Bien, bien, tal vez no se mucho, pero...-alzó ambas cejas- ¿Sabes? No eres de mucha ayuda aquí- nos señalé a ambos.

Fall For a Trouble.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora