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Despertó nuevamente, pero esta vez no veía a JungKook por ninguna parte, lo que en el fondo sintió un vacío, ¿dónde podía estar? Se sentó en la cama y talló sus ojos con los nudillos, miró alrededor e hizo un puchero. Se levantó de la cama mientras se arreglaba el cabello, miró la libreta amarillenta que descansaba en su escritorio, justo como la había dejado la noche anterior.

Miró la hora y el día en su celular, era lunes, justamente el día siguiente, pero entonces, ¿por qué no lo veía? También revisó su libreta y, efectivamente, la primera página estaba escrita, describiendo las acciones y el sentir del castañito. Pero entonces, ¿dónde estaba? Salió de su habitación, bajando las escaleras y caminando por el primer piso descalza, sus padres se dieron cuenta de esto y ella recordó que debía alistarse para ir a la preparatoria.

—¿Por qué no te has vestido? Se te va a hacer tarde y no podré llevarte y vas a tener que caminar— espetó su padre con el ceño fruncido mientras miraba algo en su celular—. ¿Oíste? Anda a vestirte.

La fémina soltó un bufido y rodó los ojos, subiendo de mala gana las escaleras. Primero debía ducharse y después alistarse para la escuela, luego buscaría a JungKook. Y mientras se lavaba el cabello se preguntó si no habría desaparecido. Esa tal pausa que le había explicado, ¿no será que había pasado? Esperaba que no, pero de todas formas no tendría sentido porque ella había escrito un poco para ese día. Solamente esperaba que se encontrara bien.

   —Tenemos un problema, señor Kim

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—Tenemos un problema, señor Kim.

La voz del joven de cabello rojo hizo que su superior lo mirara con el ceño fruncido.

—¿Qué ocurre, Jung?

—El joven Jeon JungKook está teniendo algunos problemas para quedarse— explicó Hoseok, sacando una libreta y mostrándosela a SeokJin—. Me acaba de escribir que apareció en otro tiempo y no sabe cómo volver. ¿Esto podría alterar el futuro de la señorita Manoban?

—Probablemente— asintió el mayor—. Le pediré al joven Park que llame a Kim para que vaya a buscarlo.

—Está bien, señor. Pero, ¿se tendrá que quedar en la línea de tiempo de la jovencita?— preguntó mordiendo el labio con duda—. ¿No interferiría con su futuro?

   —Hoseok, el joven Kim TaeHyung tiene como destino estar solo— explicó con tristeza—. Y si en algún momento a Lisa le gusta, no va a quedar con él, ella debe de estar con JungKook.

   El pelirrojo asintió no muy convencido con la misión. Ni siquiera sabía cómo es que había conseguido ese trabajo, porque no estaba a favor de seguir con la historia predestinada de las personas. Según su superior SeokJin, todas las personas tenían un futuro que seguir, podían haber varias modificaciones, pero siempre seguía su mismo rumbo y nunca se rompía.

   Por nada en el mundo.

   Jeon JungKook era una persona más que, técnicamente, sí existía en el mundo de Lisa, solamente que venía del futuro y sabía exactamente lo que iba a pasar. Prácticamente el cuaderno que la chica había comprado, era uno moderno como el que tenían todos ellos para comunicarse, todo lo que ella escribía, todos los trabajadores de ahí lo podían ver y así informar al joven Jeon para hacer exactamente lo que ella escribió. Y todo esto era para seguir con el protocolo destinado.

   Todo iba tan bien hasta que el castañito tuvo problemas para quedarse, tal vez se había metido otro virus a todo el equipo que manejaban para controlar los alrededores de Jeon. Bueno, los problemas eran comunes y siempre tenían una solución, pero Jung Hoseok nunca pensó que mandarían al joven Kim para quedarse unos días en la línea del tiempo de Lisa. Él pensaba que podría provocar un conflicto, pues el futuro que había visto de ellos dos, no incluía a TaeHyung.

   —El joven Kim ya está en camino.

   —Bueno, alumnos míos, hoy tenemos un alumno nuevo— habló el profesor Lee—

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   —Bueno, alumnos míos, hoy tenemos un alumno nuevo— habló el profesor Lee—. Por favor, pase y preséntese a la clase.

   El chico entró al salón escolar a paso tranquilo, con una pequeña sonrisa en el rostro. Todos a su alrededor murmuraban sobre su atractiva apariencia, sobretodo las chicas que no dejaban de morderse el labio y comerlo con la mirada. Pero él solamente veía a una persona, a la única persona que se estaba durmiendo en su asiento.

   —Hola, me llamo Jeon JungKook— hizo una reverencia con una gran sonrisa, ganándose rápidamente la mirada de su chica—. Espero llevarme bien con todos.

   Escuchó a algunas chicas decir que era muy atractivo y que estaban dispuestas a tirarle la onda, pero estaba claro que el castañito no se dejaría, puesto que solamente era de Lisa. Se acercó a esa linda chica, quien lo miraba sorprendida, y se sentó a un lado suyo mientras le sonreía.

   Gracias a Kim TaeHyung, un joven de cabello igualmente castaño y sonrisa geométrica, había podido salir de esa extraña línea del tiempo en donde él había aparecido como un doctor. No sabía por qué había aparecido ahí, pero daba gracias a Kim a que pudiera sacarlo de ahí, llevándolo minutos antes de que Lisa llegara a la preparatoria. Aunque no le gustó mucho que luego le dijera que se tenía que quedar para ver que el flujo del tiempo siguiera su ritmo y eso significaba que tendría que acercarse a su Lisa.

   A pesar de que no podía demostrarlo, lo cierto era que JungKook era muy celoso, obsesivamente celoso. Y cuando Lisa le había presentado a su hermano, antes de saber que era un familiar suyo, ya tenía en su mente mil maneras de cómo alejarlo de su vida. Sí, estaba muy mal, pero no era su culpa ser así.

   Las clases pasaron hasta que por fin llegó la hora del receso. Ahí notó que varias chicas enseguida se le acercaron, provocando que su novia frunciera el ceño.

   —Lo siento, chicas, pero toda mi atención está en esta bella señorita— habló antes de que invitaciones le llovieran, agarrando la mano de Lisa y saliendo del aula, dejando a ese par de estudiantes con caras sorprendidas, molestas y tristes.

   —Dios, ¿por qué dijiste eso?— preguntó con vergüenza la pelinegra—. Además, ¿dónde estabas? No te vi en la mañana y no recuerdo haber escrito que llegaras como estudiante de la nada en mi escuela.

   —Sí, bueno, tengo un par de privilegios.

   Llegaron a un salón vacío y se metieron ahí, JungKook acercándose a Lisa y diciéndole cosas bonitas, haciendo sonrojar a la chica. Aunque no había pasado mucho tiempo, había extrañado mucho sus apodos de pareja y sus acciones de todo un caballero.

      Lo había extrañado.








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Novio ficticio ➳ℓιzкσσк Donde viven las historias. Descúbrelo ahora