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   —La máquina ya casi está lista, señor— pronunció el científico y miró al hombre que le daba la espalda con algo de aprobación.

   —Todo sale de acuerdo al plan, bien— susurró para sí el señor y se volteó para mirar a SeokJin—. Puedes tomarte el día, Kim. Por hoy ya no te necesito más.

   El mencionado asintió y salió de la oficina del hombre, rechistando por querer escuchar un "gracias" tan siquiera. Pero no, siempre era lo mismo para el señor Manoban y es que él nadie sabía de dónde provenía y por qué hacía todo esto.

   Lo cierto era que el señor Manoban era el difunto padre de Lisa. Sí, difunto, porque fingió su muerte para alejarse por completo de su familia para dedicarse a la elaboración de una máquina del tiempo. Pero, ¿cómo había llegado a todo esto? Bien, en primera, era una historia bastante larga.

   Todo se remonta en aquel día donde el señor Manoban publicó su primer libro, el cual fue un rotundo fracaso cuando notó que nadie lo compraba. Perdió todo sus ahorros en un libro que jamás tuvo éxito y para poder ganarse la vida trabajaba en un trabajo donde lo explotaban demasiado. Su ahora esposa estaba embarazada y en unas cuantas semanas podría dar a luz. Sin embargo, el dinero no era suficiente y se sintió un estúpido en gastar todo lo que tenía en un libro que nadie quería.

   Su desesperación fue aún más cuando el bebé por fin nació y, para su desgracia, no era uno, sino dos bebés, dos mellizos que se veían tan inofensivos en este mundo tan horrible. Evidentemente quiso dar la vida por ellos y, por supuesto, a su esposa, la cual le preguntaba si podía empezar a trabajar para ayudar con los gastos de la casa. Sin embargo, su marido le decía que no, porque ella todavía estaba muy débil para hacer muchos esfuerzos y que él se encargaba de todo.

   Todos los días el señor Manoban se mataba trabajando y apenas le alcanzaba para comer. Asimismo, consiguió otras formas de ganar dinero y eso era meterse con la mafia. Era una malísima idea por dónde la vieras, pero estaba tan desesperado por sacar a su familia adelante que por su vida realmente.

Entonces fue cuando todo empezó.

Lo obligaron a extorsionar, torturar e inclusive matar por cientos y miles de dólares americanos que, convertidos a yenes, valían demasiado. El señor Manoban, de nombre Leo, se obsesionó demasiado con la idea de ganar dinero a costa de manipular a otros y cuando llegó el día en el que se metió en problemas por su ambición, ya le había llegado su hora.

Sin embargo, un hombre, sumamente más poderoso que todos los de la mafia, le ofreció un trabajo importante que era financiar un proyecto para empezar a realizar viajes en el tiempo. Ese hombre le garantizaba una vida digna en donde estuviera a salvo, y para ello, tenía que fingir su muerte y que su hija fuera parte del proyecto. Leo quería que su familia estuviera a salvo y que no sufrieran por nada en el mundo, y el hombre le garantizaba todo eso a cambio de lo que le pidió.

Leo no sabía si aceptar en ofrecer a su hija por él mantenerse a salvo y a su familia, pero al final optó porque era buena opción y así podía salvarlos de la tortura o matanza que probablemente elaboraban los de la mafia. No pidió más detalles y solo siguió las órdenes de ese señor. Ahora mismo sabía que su hija Lisa estaba muerta gracias a su esposo Jeon JungKook. Si bien se enfureció tanto al enterarse de la noticia global, el señor misterioso le había dicho que no se preocupara, que para eso se iba a crear una máquina del tiempo que su propio esposo de Lisa estaba financiando.

   Ese señor le había prometido que toda su familia estaba bien, pero no le había advertido de todo este desastre. Era tan cruel como para incitar todo lo que estaba pasando o volvería a pasar Lisa. Ese señor tenía el control absoluto del tiempo y sabía cosas que los demás no. Él era tan poderoso que no tenía un nombre específico, solo algunos lo mencionaban como "Aquel que permanece".

   Él, por supuesto, le había tendido una trampa al señor Leo porque le entregó a su hija sin garantizar su seguridad. Sin embargo, eso ahora no importaba, porque ahora su plan estaba por casi completarse. La máquina pronto estaría lista y con ella un sin fin de oportunidades millonarias y multiversales. Todo el mundo, y el tiempo, estaría en la palma de su mano y nadie podía hacer nada al respecto porque nadie lo conocía o sabía de dónde provenía. Nadie podía ponerle un dedo encima jamás.

   Leo no sabía con quién se había metido. No supo la gravedad de ello hasta que su hija murió y todavía ese hombre le dijo que no se preocupara, que con la máquina del tiempo podía revertir todos esos errores y solucionar los problemas. Todo estaba bajo control y era obvio que nada saldría mal. Nunca pasó nada malo y nunca pasará, porque él tenía poder en el tiempo.

   Es por eso, que Leo había escrito todo lo que sentía en un libro rojo de pasta dura, todo lo que estaba pasando ahora con la máquina y todo lo que pasará para después dejarlo a propósito en su despacho que estaba en una parte de su casa. Y todo para que su hijo Yoongi lo encontrara algún día. Leo nunca entendió por qué su hijo debía encontrarlo, pero supuso que todo debía pasar porque sí.

   Suspiró cansado, bebiendo un trago frío de su whiskey, dejándolo vacío en cuestión de segundos. Se levantó de su asiento y se dirigió a la sala en la que estaban laborando y construyendo la máquina del tiempo. Caminó por los pasillos a paso lento y abrió la puerta para observar la máquina en medio de la sala a medio terminar.

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El siguiente capítulo sería el último para poder terminar la historia de una vez. Sin embargo, el final en sí fue el capítulo 34, donde JungKook "desaparece" por terminarse la libreta y los capítulos siguientes serían como epílogos y extras.

Gracias por llegar hasta aquí. Nos vemos mañana en la última parte. Buen día

Novio ficticio ➳ℓιzкσσк Donde viven las historias. Descúbrelo ahora