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—Buenos días, señor Jeon— saludó aquel hombre de hombros anchos y lentes redondos—. Es un honor tenerlo aquí y que quisiera ser parte del proyecto. Se lo agradezco.

   —¿En verdad el proyecto puede funcionar?— preguntó sin siquiera saludarlo.

   SeokJin lo observó y notó la mirada desesperada y cansada que tenía aquel hombre. Esperaba jugar con su mente para no perder el patrocinio y así poder cumplir con el proyecto del señor Manoban. No podía retrasarlo más ni perder el tiempo ya que no quedaba mucho.

—Si empezamos ahora, en unos años podrá ver de nuevo a su amada esposa— explicó con sencillez.

—¿Años? ¡No tengo años para esperar!— se alteró.

—No quiero ser grosero, señor Jeon. Pero entienda que no es un trabajo que pueda hacer de la noche a la mañana— explicó—. Necesito tiempo y con su ayuda podría terminar más rápido de lo previsto.

   Al castaño no le quedó de otra que aceptar. No le gustaba que tomara mucho tiempo, pero tendría que ser paciente si quería ver a su esposa de nuevo. Trataría de darle el cariño que desde el principio debió darle. Trataría de satisfacer todas sus necesidades y de devolverle el amor que alguna vez le dio.

—Señor Kim, lo llama el señor Manoban— le informó Jung Hoseok, un pelirrojo que era asistente del científico. SeokJin le dio una mirada rápida a JungKook y salió de la sala para ir a la oficina de su superior.

—¿Me llamó, señor?— preguntó con firmeza y su jefe le pidió que tomara asiento.

—¿Has leído "Novio ficticio"?— preguntó el señor Manoban de repente, sorprendiendo a SeokJin—. Es una historia que me encanta demasiado, ¿sabes por qué?

—No, señor— le siguió la corriente.

—Porque es un libro que escribió mi hija, Lisa Manoban, y que por cierto está basado en hechos reales— explicó el señor y SeokJin seguía sin entender a dónde quería llegar con ello—. ¿Qué crees que te estoy pidiendo?

—No lo sé, seño–

—Ah, ¿no sabes?— aporreó la mesa y tomó del cuello de la camisa del científico, acercándolo a su rostro en tono amenazante—. Te estoy pidiendo que todo este proyecto funcione tal cual el libro dice. ¿Entiendes? No es nada difícil.

SeokJin no entendía el por qué aquel hombre quería que la historia se hiciera "realidad" al momento de viajar al pasado. Lo cierto era que el proyecto, como bien se sabía, era en la invención de una máquina del tiempo que era capaz de volver al pasado y así corregir errores en la vida para que todas las líneas del tiempo estuvieran bien. La Organización Secreta del Tiempo, OST, era una organización que se encargaba del manejo de las líneas temporales de vida de cada individuo del mundo. Es decir, cada ser humano tenía alrededor de siete vidas, siete diferentes posibilidades en donde las mismas eran infinitas.

Por ejemplo, puede que SeokJin en esta línea del tiempo sea un científico, pero en otra línea del tiempo puede que sea un actor o un bailarín, o simplemente una persona común y corriente. Toda línea del tiempo tiene su propio manejo y flujo de tiempo que todo debe ir acorde una guía especializada para que nada pudiera salir mal, porque si algo pasaba, el mundo lentamente se destruiría.

Se podía decir que el señor Manoban era un gran influyente a lo que respecta el tiempo; sin embargo, él recibía órdenes de más arriba. Tuvo que fingir su propia muerte por bien mayor a su familia, dejando atrás cualquier tipo de interacción con la misma porque los de arriba le habían ordenado que hiciera eso. No quería, desde luego, porque eso significaría que no podía ver más a su esposa, a su hijo y a su hija. Le tenía mucho cariño a Lisa a pesar de que siempre estaba regañándola y diciéndole cosas hirientes. Pero realmente era porque a él le había ido muy mal en toda su vida y acabó siendo parte de la mafia coreana siguiendo órdenes de la misma.

No pudo permitirse hacer nada, ni mucho menos opinar acerca de algo que no le parecía. Lo tenían sometido bajo su control y a causa de ello estaba lastimando a otros y eso incluía a su adorada hija Lisa. No tenía nada que hacer y tampoco es como si pudiera hacer algo en el momento en el que estaba.

—Haz funcionar la máquina y haz que ese tipo JungKook vuelva a ver a mi hija— siguió hablando—. Su romance tiene que pasar o el mundo se destruirá si no ocurre eso. ¿Entendiste?

—S-Sí, señor...— respondió temeroso, sintiéndose pequeño en frente a un hombre como él. Acomodó sus lentes una vez que el señor Manoban lo soltó y le pidió que se retirara y se pusiera a trabajar. Había tantas cosas que SeokJin no sabía y aunque quería saber, era mejor quedarse con las dudas porque no debería entrometerse.

Volvió a la sala en donde aún seguía JungKook esperando al científico. Miró las piezas que usaría para la máquina del tiempo y suspiró cansado al no saber cómo le haría para hacer que funcionara. Tenía que sí o sí lograr que funcione y así hacer que la historia de amor de JungKook y Lisa se pudiera dar. Tenía que repetir todo el proceso para que se logre dar todo. SeokJin podía, SeokJin era un genio.

—Necesito comprar algunas piezas para la máquina— habló, llamando la atención del castaño.

—¿Quieres que te transfiera?— preguntó—. Te daré la cantidad que necesites, solo quiero que empieces de una vez. Por favor...

A SeokJin le daba un poco de lástima el estado de JungKook. Se veía tan desesperado y demacrado que estaba cien por cierto seguro de que no había dormido en días. Se veía tan exhausto que en cualquier momento podía desmayarse, y aunque el JungKook mismo sabía que necesitaba descansar, no podía hacerlo porque estaba tan pendiente de la máquina, y no quería perderse ningún segundo para poder probarla de una vez por todas.

Estaba tan desesperado por volver a ver a Lisa. Era tan egoísta y cínico que tenía el descaro de valorarla después de que falleció.

—Es hora de empezar.

Novio ficticio ➳ℓιzкσσк Donde viven las historias. Descúbrelo ahora