¿Cómo reaccionarías al despertar y encontrar un chico atractivo en tu cama así de la nada?
Donde Lisa es una escritora en ascenso y JungKook su novio ficticio.
➳2021.07.12
No tardaron mucho en separarse, puesto que ya llevaban varios minutos comiéndose sin respirar tranquilamente. Un hilo de saliva uniendo sus bocas y su aliento chocando con el otro mientras que intentaban regular su respiración, la cual estaba muy agitada. Ambos estaban observándose con timidez, notando las mejillas sonrosadas del otro, con una capa ligera de sudor que empapaba sus frentes y hacía que sus cabellos se pegaran a éstas.
Decir que ese beso no había sido lo mejor, estarían mintiendo. Pues ese inocente besito no había sido muy inocente que digamos. Ambos eran inexpertos, sobretodo Lisa, la cual escribía ese tipo de cosas y emociones sin haberlas sentido antes. Pero ahí estaba, recuperándose de un buen beso que la había dejado seca.
Su estómago rugió, rompiendo el silencio de la habitación y haciendo reír al castañito. Su risa siendo una de las melodías más hermosas que había escuchado.
—Te voy a preparar algo, preciosa— dijo con una sonrisa donde la chica podía apreciar sus dientes—. No tardo, mi vida.
Se acercó a ella y le depositó un besito tierno en la frente, haciéndola sonreír tímidamente. El castañito salió de la habitación y dejó que Lisa pensara en lo que acababa de hacer. Dios, si tan sólo sus padres supieran lo que hacía en su cuarto, seguramente la echarían a patadas de la casa. Por suerte, éstos no se encontraban en el hogar; su madre le había dicho anoche que iban a salir temprano de casa para hacer las compras de la despensa, porque no había tanta gente en el supermercado a esa hora.
Pero recordó que su hermano estaba en casa.
Mierda. ¿Y si los había escuchado? Para Yoongi, ella era una bebé que todavía estaba experimentando el mundo y que él debía cuidar a pesar de tener la misma edad. Sin embargo, ¿cómo reaccionaría si Lisa le contaba lo que acababa de hacer con JungKook? Seguramente la regañaría y castraría al castañito.
Se levantó de la cama casi de golpe, mareándose un poco y saliendo de su habitación para bajar escaleras y olfatear un dulce aroma a hotcakes. Cuando llegó a la planta de abajo, divisó a su hermano platicar y reír animadamente con JungKook, el cual volteaba algunos panqueques. Frunció el ceño al no entender esa cercanía.
—¡Tú!— espetó su hermano señalándola con un dedo y caminando con una cara seria—. ¿Creíste que no me iba a enterar?
Diablos, sabía perfectamente a qué se refería y era obvio que se iba a enterar, puesto que habían dos opciones. Una era que probablemente lo haya escuchado, puesto que las paredes no eran tan gruesas y aparte ellos no habían sido muy silenciosos. Y dos, JungKook pudo habérselo contado.
Antes de que Lisa pudiera explicarle algo que ni siquiera sabía cómo explicar, su hermano Yoongi la abrazó y empezó a felicitarla, haciendo que la pelinegra no entendiera nada y su cara fuera todo un poema.
—¡Ay, estoy tan orgulloso de ti!— lloriqueó falsamente, limpiándose una lágrima imaginaria—. Aprendiste del mejor, hermanita.
Bien, no era la reacción que esperaba, pero estaba satisfecha. Al menos no la había regañado; sin embargo, ¿algo así podía felicitarse? ¿En verdad estaba orgulloso de que su hermana menor hiciera eso? ¿En la propia casa? ¿Qué clase de hermano era Yoongi? Al parecer era uno de los que se enorgullecía con esas cosas.
—¿Gracias?
Lisa seguía mirando al mayor con confusión y tomó asiento en la mesa del comedor, JungKook llevando platos con el desayuno ya listo, poniéndoles un trozo cuadrado de mantequilla a cada pila de hotcakes.
Yoongi fue el primero en cortar y morder aquel suave panqueque que saboreaba con un sonido en su boca. Lo mejor de que su hermana tuviera novio, era que a él también lo consentían.
—Mhm, me podría acostumbrar a esto— mencionó con la boca llena, sacándole una sonrisa tierna al JungKook. Parecía que era bien aceptado por su cuñado.
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Después de desayunar, Lisa había escrito en la libreta amarillenta que JungKook la llevaría a algún lugar bonito y divertido, puesto que quería pasar tiempo con él. Sin embargo, se sentía un poco nerviosa por el tremendo beso que se habían dado en la mañana. Aunque ahora mismo iban de la mano con sus dedos entrelazados y ropa de pareja.
Ella llevaba una blusa roja con rayas negras y delgadas, metida en la falda negra que usaba y unas converse. Y JungKook vestía lo mismo, nada más que en vez de una falda usaba unos pantalones. Él tenía pensado llevarla a un parque de diversiones que quedaba en Yong-In, por lo que usarían un tren subterráneo para que los llevara a ese sitio. Y no tardaron mucho para llegar y leer las grandes letras del lugar, el cual decía "Everland". Y era muy ideal para parejas.
Entraron y observaron los millones de juegos que habían, Lisa queriéndose subir a todos los que eran extremos, puesto que sentir la adrenalina era una de sus cosas favoritas. Antes de subirse siquiera a un juego, la pelinegra fue llevada hacia un puesto de diademas con orejas de varios animales, siendo jalada del brazo por JungKook, el cual agarró una diadema de gatito y se la colocó a su chica.
—Aww, te ves muy adorable— mencionó mientras sonreía y arrugaba la nariz, algo que era ya muy común en él.
Lisa rió ligeramente con las mejillas sonrosadas y agarró otra de las diademas, colocándosela a JungKook y riendo por lo lindo y adorable que se veía.
—Aww, pero que lindo conejito— mencionó la chica de la misma forma que el castañito.
Pagaron esos accesorios y fueron a subirse a los juegos. Al parecer, JungKook le tenía miedo a las alturas, pero nunca dejaba sola a Lisa en un juego, porque a pesar de su miedo, no la dejaría. Y aquello era algo bonito porque sufría con tal de ver a la pelinegra reír y sonreír de esa manera que tanto le gustaba. Valía la pena pasar por eso para admirar una vez más aquella bonita sonrisa encantadora.
Cuando decidieron tomar un descanso de los juegos extremos, se encontraban en la fila del algodón de azúcar en forma de corazón, más bien era el castañito quien estaba haciendo fila, ya que Lisa se había sentado en una banca para atender una llamada de su madre, preguntándole en dónde y con quién estaba.
Lisa no era de mentir, por lo que no era tan experta en eso, pero suponía que su madre le había creído cuando le dijo que había venido a Everland con unas amigas. Su progenitora le dijo que se cuidara y que no llegara tan tarde a casa. Eran apenas las dos de la tarde, así que tenían mucho tiempo para volver. Su madre colgó después de escuchar un "sí, mamá" de su hija.
—¡Lisa!
Alzó la mirada ante el llamado y sonrió en grande cuando divisó a su castañito caminar hacia ella con un gran algodón de azúcar con forma de corazón en la mano. Todo a su alrededor se volvió en cámara lenta y la fémina se sentía muy en paz, observaba a JungKook desde lejos y no podía evitar sonreír de manera nostálgica y mirarlo con ternura. Deseaba que todos los días fueran así de felices, porque estar a su lado la hacía feliz.
Y al parecer había encontrado su hogar. Su lugar seguro.