¿Cómo reaccionarías al despertar y encontrar un chico atractivo en tu cama así de la nada?
Donde Lisa es una escritora en ascenso y JungKook su novio ficticio.
➳2021.07.12
Tenía tantos problemas que no podía pensar correctamente, puesto que el estudio que llevaba horas haciendo para la semana de exámenes, se había revuelto todo. En los apuntes que hacía había puesto que Cristobal Colón usaba la raíz cuadrada en la teoría de la cuerda y en el punto y coma. Dios, ¿tan desordenada estaba su mente? Parecía que sí.
—No creo que eso haya usado Colón— dijo con una pequeña risa, dándole un vaso de agua fría a la chica—. Para que te refresques, mi cielo.
—Gracias, JungKook.
—Deberías tomarte un descanso. Llevas horas así y no has avanzado nada— se mordió el labio—. Sabes que puedo pasarte las respuestas de los exámenes.
—Es que no se tratan de los exámenes— se volteó y lo miró—. Se trata de todo, de mi papá, de ti, de mí, de nosotros... ¡son tantas cosas que ya me tienen la cabeza a punto de estallar!
Que difícil es ser adolescente.
—¿N-Nosotros? ¿Qué sucede con nosotros?— preguntó temeroso.
Sabía perfectamente que Lisa no había estado bien los últimos días, sobretodo con la horrible noticia de su padre hace ya tres semanas; ella tenía el derecho de terminar con la relación si es que eso quería y JungKook estaba obligado a aceptar puesto que no quería perjudicarla más. A él no le gustaban las peleas y a pesar de que en el futuro él peleaba demasiado con ella, no quería que volvería a ocurrir. Sobretodo ese día que la perdió para siempre y las peleas eran algo que había evitado hacer porque eso ponía fin a la vida de ella y a su relación.
Era todo tan complicado que hasta pensarlo confundía.
Él notó como sus lindos ojitos se llenaban de agua salada, su nariz, orejas y labios empezaban a ponerse rojos. ¿Ya había dicho que no le gustaba verla llorar? Realmente repudiaba que lo hiciera porque lo ponía triste también. Se acercó a paso lento y nervioso hacia ella, no queriendo escuchar lo que sea que podía explicar ese "nosotros".
—La libreta— especificó—. Está más de la mitad y realmente no sé cuántos meses más nos quedan juntos— explicó mordiendo su labio para evitar sollozar—. S-Sabes que, desde que llegaste, agarré una gran dependencia emocional contigo y si te vas... y-yo...
—Lo importante no es la libreta— interrumpió, tratando de parecer tranquila cuando por dentro se estaba derrumbando—, lo que sí importa es que estamos juntos ahora. No importa cuánto tiempo nos quede, mientras lo pasemos juntos, es suficiente.
A pesar de que trataba de convencerla sobre que debían aprovechar el ahora y no pensar en el futuro, lo cierto era que también tenía miedo. Tenía miedo porque su "vida" se estaba acabando porque el cuaderno mágico se estaba terminando. Él volvería a la actualidad y tendría que seguir su vida como si nada hubiera sucedido. Una vida sin Lisa.
Él sabía perfectamente lo que se sentía perder a alguien cercano, a alguien que amabas profundamente y que dependías de esa persona para estar bien. Pero, si esa persona lo enseñó a vivir, ¿cómo podía vivir él sin ella? Por ahora disfrutaría del poco tiempo que le quedaba a su lado.
Ella no respondió a lo que dijo y sólo se acercó a abrazarlo fuertemente y llorar en su pecho. Apretarlo contra sí y refugiarse en sus brazos, en el único lugar donde podía estar segura y en donde olvidaba sus problemas por unos momentos. Alzó un poco la vista y aplastó sus labios con los de él, besándolo con ternura y tristeza a la vez, sintiendo aquellas mariposas en el estómago que le decían lo muy enamorada que estaba de él.
Y lo estaba. Demasiado.
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Verla respirar tranquilamente lo hizo mantenerse tranquilo. Yacía un rato ella había empezado a llorar como si su vida dependiera de ello y hace nada más unos momentos se había percatado de que se durmió. Sus ojos eran tapados por los párpados con pestañas largas, tupidas y mojadas por sus lágrimas saladas. Se veía tan tranquila que parecía que no hubiera llorado como loca hace rato.
Su espalda estaba empezando a doler por la mala posición en la que se encontraba, por lo que, como pudo, alzó a la pelinegra y la depositó en su cama que era mil veces más cómoda que una silla de madera bien dura. La acomodó y le dió un besito en la sien, acariciando el dorso de su mano con su dedo.
Ella era todo un ángel hasta cuando dormía. Nunca se veía en mal estado a pesar de todas las mierdas que soportaba; hasta llorando se veía preciosa. ¿En verdad alguien podía verse así de perfecta tan solo respirando? Ella se veía realmente hermoso en todos sus ángulos y sentidos, y no solamente del exterior, porque también en el interior tenía un gran corazón que se preocupaba de las demás personas y las ayudaba en lo que fuera. Y cuando decía que era bellísima en todos los sentidos, es porque era verdad.
Dejó salir un suspiro lentamente y sacó la libreta que usaba para comunicarse con la OST. Quería preguntarle unas cosas a Hoseok hyung que probablemente se lo diría al señor SeokJin. Asimismo, empezó a escribir lentamente sus preguntas, esperando pacientemente que fueran respondidas por Jung.
Mientras tanto, le dio una última mirada a Lisa antes de salir de la habitación e ir hacia la de Yoongi. Necesitaba hablar con alguien frente a frente ahora mismo, aunque probablemente se arrepentiría después de lo que estaba a punto de decirle. Tocó un par de veces la puerta cerrada antes de escuchar un "pase" de él y entrar, visualizándolo jugando con la computadora de escritorio.
—Oh, JungKook, no pensé que serías tú— exclamó sorprendido, poniéndole pausa a su juego y voltearse completamente hacia él—. ¿Qué pasa?
Sí, sin duda se arrepentiría de lo que estaba a punto de decir.