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Una hoja.

Quedaba solamente una hoja.

El terror y el pánico la devoraban completa, pues no sabía qué hacer y empezaba a desesperarse. El aire le faltaba y no podía calmarse.

—L-Lo perderé para siempre...

"Para siempre". Eso era toda la vida. ¿En verdad podía vivir sin él? Probablemente no duraría mucho, pues JungKook era su universo.

Ni siquiera quería escribir en esa hoja. No quería gastarle espacio y las lágrimas ya estaban empezando a salir de sus ojos. Ni siquiera se había ido y ya le estaba doliendo mucho. Él le enseñó a vivir, pero, ¿cómo viviría ella sin él? Las despedidas jamás fueron su fuerte y las odiaba, porque sabía que probablemente no volvería a ver a esa persona y éste era el caso de JungKook. Una persona que estuvo en su vida por unos meses y que ahora tenía que despedir.

   —¿Está todo bien, Lisa?— escuchó preguntar Yoongi, su hermano.

   Ella se había encerrado en el baño con el fin de permitirse llorar sin que nadie la interrumpiera, mintiendo de que iba a bañarse. Pero tal vez había tardado mucho y eso no era normal en ella, por lo que supuso que JungKook le había avisado a Yoongi. Pero si salía ahora, ¿con qué cara podría ver a su novio? Se sentiría tan destrozada y triste verlo y pensar que ya no podría volver a hacerlo nunca más. Estaba tan abatida, triste.

Se tragó el nudo de la garganta e intentó calmarse, respirando hondo y exhalando.

—S-Sí, estoy bien.

Desde luego no lo estaba, pero no podría decir eso, sino Yoongi se preocuparía y no quería eso. No quería preocupar a nadie con sus problemas, por lo que sufrir sola estaba siendo una buena opción. Se tragaría sus problemas en público y los escupiría cuando no haya nadie. Debía de alejarse de JungKook de una vez por todas. Así dolería menos, porque depender emocionalmente de alguien fue el error más grande que pudo cometer.

   Cuando se calmó se lavó la cara y se miró un rato en el espejo; su rostro estaba cansado de llorar y sus ojos hinchados dolían demasiado. Suspiró para calmarse y pensó en lo ridícula que estaba siendo por llorar por alguien que no existe. Desde el inicio supo que todo iba a terminar, y aunque la libreta le duró muchísimo tiempo del nivel promedio, ya era hora de acabarse.

Cuando por fin las lágrimas cesaron, salió del baño y se encontró con su mellizo de brazos cruzados y con el ceño fruncido, mirándola preocupado y molesto a la vez.

—Tus sollozos se escuchan hasta Latinoamérica, Lisa— habló serio—. Entiendo que te duela que JungKook se vaya, pero todo tendrá una solución y-

—¡E-Esto no tiene solución, Yoongi!— interrumpió, con las lágrimas a punto de salir—. No lo entiendes porque tú no tienes a nadie— tal vez estaba siendo muy dura con sus palabras y no quería serlo, pero estaba tan triste que no pensaba con claridad.

—Herirme no hará que estés bien— dijo, disimulando que lo que su hermana dijo no le afectó—. Habla con JungKook. Él todavía tiene mucho que decirte.

La fémina estaba confundida por sus palabras pues, ¿qué eran esas cosas que tenía que decirle? Quiso preguntarle a su hermano, pero éste ya había abandonado la habitación y ella no tardó en hacer lo mismo.

Bajó las escaleras a paso lento, visualizando a su novio sentado en el sofá y jugando con sus dedos de manera ansiosa. Lo cierto era que Jeon estaba nervioso y no era más que por los mensajes que había recibido por la OST, los cuales eran decirle la verdad a Lisa de una vez por todas. JungKook por supuesto no quería, porque sabía que de todas maneras se iba a ir y la herida iba a ser la misma.

No podía cambiar nada por más que quisiera, así que solo le quedaba seguir órdenes.

Levantó la mirada y la imagen de Lisa observó. Tenía los ojos hinchados y rojos, lo que significaba que estuvo llorando por su culpa otra vez, porque así había pasado hace muchísimo tiempo atrás. En donde él era un idiota que no la supo valorar.

Ni siquiera quería recordar ese pasado, pues le temía y estaba avergonzado de ello, porque Lisa, ni ninguna mujer, debía ser tratada con desprecio.

—¿Estás bien?— preguntó, su voz temblándole y sintiéndose agobiado—. Yo sé que no y entiendo que esto pueda ser difícil tanto para ti como para mí, amor.— agarró las manos de Lisa con delicadeza y acarició en dorso de éstas con sus dedos pulgares, mirándola directamente a los ojos—. Aunque no lo creas, me encariñé demasiado contigo y no porque tú me hayas creado así, sino porque lo que siento por ti es todavía más fuerte de lo que tú pensaste.

Él siempre odió verla llorar. No le gustaba para nada ver lágrimas rodar por sus mejillas, sobretodo si había sido su culpa.

—¿Qué pensarías si te dijera que en verdad existo, cariño?— dijo por fin—. ¿Cómo te sentirías?

Lisa no podía hablar por más que quisiera. ¿JungKook en verdad existía y no era producto de su imaginación? ¿Pero cómo diablos era posible eso? Tenía tantas dudas en la mente que no sabía cuál de todas preguntar primero.

—Sé que el cuaderno tiene una sola página y sé que no quieres escribir en él— continuó—, pero debes hacerlo. No importa que la hoja se llene y la libreta se acabe, porque te tengo una solución.

Pero él ni siquiera quería decirle la opción porque sabía que tenía que hacer que la rechace. Al menos esas fueron las órdenes que recibió.

—U-Una vez que el diario se acabe, puedes empezar a escribir otro con mis mismas características y demás, y así podré seguir siendo tu novio por algunos meses más— explicó brevemente—. Y tal vez suene una buena oferta, pero... no creo que sea buena idea, mi amor.

El rostro de Lisa estaba confundido.

—¿Q-Qué? ¿P-Por qué?

—Porque, piénsalo, cariño, si lo aceptas y me tienes más tiempo, llegará el momento en donde volveré a partir y repetiremos todo esto con la única diferencia que no puedes volver a tenerme— una lágrima rodó por su mejilla—. En pocas palabras... es mejor decir adiós ahora a decirlo luego.

No, no, no, no.

No quería perderlo. Lo amaba demasiado como para aceptar aquella oferta y quedarse a su lado por un tiempo más y ya sufrir más adelante. Pero, ¿por qué su corazón decía que lo rechazara?

Novio ficticio ➳ℓιzкσσк Donde viven las historias. Descúbrelo ahora