Novio ficticio ➳ℓιzкσσк

✎19✎

—¿Sabías que los abrazos reducen el riesgo de padecer enfermedades cardíacas al disminuir la presión arterial?

   La pelinegra le había dicho muy poco de lo que había sucedido hace unos momentos atrás, pero había sido suficiente como para entender lo que sentía. JungKook nunca fue de consolar a alguien, pero Lisa ahora mismo necesitaba apoyo emocional y él estaba ahí. Pero tal parece que decir cosas científicas no hará que se sienta mejor.

   —¿Q-Qué?

   —Sí, se debe a que la oxitocina, la hormona del bienestar, se libera durante el abrazo— explicó, recibiendo la mirada acuosa y cansada de su novia—. ¿Quieres un abrazo? Ya sabes, para prevenir enfe-

   No pudo terminar su frase porque Lisa lo calló abrazando su torso rápidamente y escondiendo su rostro en su cuello. El castañito dejó salir una pequeña sonrisita y la envolvió con sus brazos, apretándola fuerte, pero sin lastimarla. Le acarició el cabello y le daba palmaditas en el hombro mientras ella seguía llorando, mojándole la camisa. Odiaba verla triste. No le gustaba ver a ninguna chica llorar, porque las princesas no lloran. Lisa era su princesa, y las princesas debían sonreír y estar felices. Pero verla derramar lágrimas de su bonito y blanquecino rostro, era realmente una tortura.

Él lo único que podía hacerle ahora era confortarla y darle apoyo, tal vez no con palabras, pero con acciones sí. Por eso mismo lo más conveniente era abrazarla y aunque siempre lo hacía, el abrazo se sentía muy diferente. Le gustaba tanto tener su delgado y delicado cuerpecito contra el suyo en una posición cómoda como lo era ahora. Sus dedos se enredaban en su cabello mientras aún lo seguía acariciando.

   El ambiente era muy silencioso salvo los sollozos de la azabache, aunque de un momento a otro se empezó a escuchar un sonido de falla. Lisa sintió el cuerpo de JungKook desvanecerse por un segundo; alzó la vista y notó que él se tornaba un poco borroso. Se asustó inmediatamente de esto porque sabía del por qué estaba pasando.

   —Mierda, lo olvidé— maldijo parándose rápidamente de la cama y yendo a toda velocidad hacia su escritorio, en donde abrió la libreta amarillenta y escribió sutilmente acciones para su novio. Se había olvidado por completo escribir el día de hoy, por lo que, técnicamente, casi mata a JungKook. Suspiró aliviada y secó las lágrimas en sus ojos, sorbiendo la nariz y volteándose a verlo, notando que ya no estaba desapareciendo—. P-Perdón por ser tan despistada. Olvidé que no había escrito nada.

   Él le sonrió despreocupado.

   —No te preocupes— negó—. No estás bien y es normal que se nos olviden cosas.

   —Yah, ¿pero cómo pude olvidar eso?— preguntó triste—. Sino no estarías aquí...

Se abrazó a sí misma, dejando salir más y más lágrimas. Su mente traicionándole por pensar en cosas tristes, recordándole la inesperada muerte de su padre, la casi desaparición de JungKook y el por qué su vida tenía que ser así.

Observó al castañito de reojo levantarse y caminar despacio hacia ella, y cuando estaba a punto de abrazarla de nuevo, la chica se le prendió el foco y miró a JungKook con los ojos muy abiertos.

—Espera, dijiste que todo lo que escribía en esta libreta se hacía realidad, ¿no?

—Eh, sí, pero-

—Entonces puedo escribir que mi papá esté de vuelta, ¿verdad?— preguntó esperanzada—. ¿Verdad?— insistió y JungKook desvió la mirada nervioso.

«No era parte del plan»

Se desilusionó cuando lo vio negar.

—¿P-Por qué no? Tú dijist-

—Sé lo que te dije— interrumpió—. Y también recuerdo haberte dicho que no puedes volver a la vida a personas fallecidas, ni ser millonaria ni tener éxito. Puedes tener todo lo que quieras a excepción de eso.

Lisa relamió su labio inferior y frunció el ceño. No entendía muy bien el contexto de esas reglas, sobretodo la primera que le había dicho. Parecía muy extraña, como si hubiera sido creada solamente para ella. Algo no le cuadraba del todo y le confundía en demasía.

—S-Sabías que esto iba a pasar, ¿no?— dijo refiriéndose a lo de su padre.

—¡N-No! Claro que no— negó nervioso y a pesar de que Lisa había acertado, no podía decirle la verdad, puesto que la asociación secreta, era secreta—. Esas son las reglas del cuaderno.

   No. Algo no estaba bien.

   Ahora mismo, la chica sentía que estaba viviendo algo planeado. Tenía ese presentimiento y tal vez no estaba tan alejada de la realidad. Ella creía en el destino y en las casualidades, pero la corazonada en su pecho no parecía ser ninguna de ellas. ¿Qué estaba pasando? Tal vez era por la tremenda noticia de su ya fallecido padre que estaba empezando a delirar y JungKook lo había dicho: no estaba bien. No estaba en sus cabales al cien por ciento.

Dejó salir un largo suspiro que hace un buen rato quería sacar. Necesitaba hablar con alguien y lamentablemente no quería que fuera JungKook.

Le dijo al castañito que iba a estar con su hermano un buen rato, puesto que necesitaba de él por unos momentos. Esto no le molestó al personaje, pues entendía que necesitaba apoyo familiar, así que no se preocupó. Lisa salió de la habitación y fue a la de Yoongi, la cual entró sin tocar y lo vio acostado en su cama en posición fetal mientras de sus labios salían sollozos y de sus ojos lágrimas. Nunca había visto a su hermano mellizo llorar, él era muy reservado en mostrar sus sentimientos y verlo así de vulnerable, derrumbándose en silencio, le partía el corazón.

Se acercó con cautela, asustando un poco al mayor y que sorbiera la nariz y secara rápidamente sus lágrimas, puesto que llorar no era muy rockstar de su parte.

—Hasta las personas sin sentimientos pueden llorar, Yoongi-ah.

—Llorar es para débiles.

Lisa elevó un poco las comisuras de sus labios en una pequeña sonrisa y se acercó a él, sentándose a su lado.

—Una persona me dijo que los abrazos reducen el riesgo de padecer enfermedades cardíacas al disminuir la presión arterial— repitió las palabras de su castañito momentos atrás—. ¿Quieres un abrazo?

El mayor no tardó mucho en abrazarla y recrear la escena en la que Lisa había hecho con JungKook, abrazándolo con fuerza. Tal vez era muy temprano para contarle sus problemas y las raras corazonadas que tenía sobre su novio ficticio y esa extraña libreta.

Pero las casualidades no existían, ¿no? Porque todo pasaba por algo, ¿verdad?

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Nota:
Lean entre líneas 👀