DIEZ EN PUNTO.

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Sus labios se besaban con lujuria, la lengua de Lena salió al encuentro de la de Kara, la cual no rechisto, tomo de la cintura a la pelinegra comenzando a llevarla poco a poco a la cama, sus manos deslizaron el estorboso cierre haciendo que el hermoso vestido de Lena se deslizara por su cuerpo de manera delicada, las manos de Lena desabotonaban la camisa de la rubia hasta que ambas quedaron con sus torsos semi desnudos, ambas querían verse, pero también querían seguirse besando, Kara se sintió casi morir cuando vio que Lena no traía sosten con ese vestido viendo los hermosos y lechosos senos.

Kara solto un gruñido casi salvaje empujando un poco a Lena para recostarla en la cama, pero no conto con que la pelinegra cambiaria de posición empujándola a ella en la cama cayendo pesadamente—joder—exclamo al ver la gloriosa imagen que se le presentaba, una Lena Luthor solo con unas diminutas bragas negras, el aire se atasco en sus pulmones haciendo que el oxigeno dejara de pasar y dejara de oxigenar el cerebro, haciendo que poco a poco se adormeciera, pero antes de caer en un profundo desmayo, sentir la piel de Lena sobre la de ella la volvió a la realidad.

Lena vio el rostro de la rubia con preocupación, la vio palida y con la mirada perdida, como si estuviera apunto de desmayarse, sin duda hubiera sido muy jodido que eso pasara--¿ estas bien?—le susurro demasiado cerca del rostro, haciendo que el olor a menta y vino se mezclara por sus fosas nasales endureciendo aun mas el miembro de la rubia--¿ Kara?—

Al escuchar su nombre su cuerpo reacciono haciendo que el aire de sus pulmones saliera comenzando a respirar con rapidez asintiendo, para Kara, la impresión de ver tanta perfeccion edificada en un cuerpo hizo que su propio cuerpo colapsara, Lena Luthor era..... en realidad no había palabra para describir la majestuosidad de un pálido cuerpo que parecía de mármol, esculpido por todos los dioses de toda las culturas como su mas grande obra maestra, al sentir como la pelinegra estaba apunto de retroceder, sus manos tomaron su rostro acercándola a sus labios, haciendole saber que se encontraba bien, kara tenia que cambiar los papeles, asi que con gran agilidad, tomo la cintura de Lena girando con ella dejandola debajo, su miembro se sentía a punto de estallar al escuchar el sensual jadeo de asombro que salió de la CEO—han pasado diez minutos, y aun estas vestida—gruño la pelinegra tomando la presilla del pantalón de la rubia.

Kara de inmediato se retiro bajando de la cama comenzando a desabrochar sus pantalones desesperada, Lena noto los lindos boxers de Leopardo haciendo que su mente inventara algún comentario cómico, pero cuando aquel boxer bajo, casi mordio su lengua—oh por dios...--

--¿ dijiste algo?—pregunto Lena confundida haciendo que Kara negara terminando de desnudarse.

Lena olvido el asunto de la voz misteriosa cuando noto el esculpido cuerpo que estaba frente a ella, Kara tenia el cuerpo mas sexi que una mujer podía tener, y cualquiera que la viera desnuda podría discutirlo, pero desde esa noche Kara Zor-El había firmado su sentencia, la rubia tenia musculos fuertes, visibles a simple vista, sus brazos eran fornidos y muy tonificados, su estomago tenia abdominales perfectamente formados que se movían con cada respiración que daba, una formada cintura que bajaba con gracia hasta unas modestas caderas, Kara no era una culturista, su cuerpo no era como el de algunas otras mujeres llenos de bolas por el ejercicio intenso o usar esterodies, su cuerpo era musculoso, si, pero eran musculos con curvaturas saludables, cosa que hacia que se viera como una mujer despampanante, sus pechos eran pequeños, de acuerde a su complexión, su cuerpo tenia una forma deliciosamente femenina, entonando con su hermoso y angelical sonrisa, y esos ojos azules que la hacían ver el profundo mar, pero en ese momento aquellos lujuriosos ojos estaban haciendo que el mar estuviera entre sus piernas, observo el reflejo de Kara en el espejo que estaba cercas, notando su parte trasera, retuvo un gemido al ver la deliciosa espalda fuerte pero delicada, sus musculos tonificados y delicados, imagino sus manos pasando por la curvatura de su espalda baja y después apretando aquel hermoso y duro trasero, el cual podía ser tanto duro como suave, moria por tenerlo entre sus manos y sentirlo tensarse cuando la embistiera duro, pero después su mirada enfoco aquello con lo que Kara había venido extra al mundo, un duro miembro que se encontraba erguido entre sus piernas, no era algo grotesco, claro que no, al contrario, era un trozo de carne firme y grueso el cual le arrancaría las palabras mas divinas o sucias que jamás le haya dicho a alguien, por primera vez su boca se hizo agua al imaginárselo en su boca intentando engullirlo todo, ¿ seria capaz de hacerlo?, por que el tamaño la estaba intimidando, podía decir que la rubia estaba mas arriba de la media normal,y eso lo agradecia, ya que si estuviera mas largo terminaría lastimándola, y según estudios que ella leyó alguna vez, las mujeres hozaban mas de personas con un miembro grueso, masque el largo, y sin duda lo que tenia frente a ella, tenia la medida perfecta y un poco mas para arrancarle los gemidos mas fuertes de toda su vida.

EL FUEGO DE TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora