EL FUEGO DE TU AMOR

ZOOLOGICO

--hubiera mandado a cerrar el zoologico—gruño Lena al escuchar las risas y gritos de niños alrededor.

--vamos amor, solo son niños, esta bien que convivan y ta...--

--¡Leslie Shay!, ¡no!—se escucho el grito de Diana viendo como la emocionada Leslie corria hacia una maquina expendedora.

--bueno, no solo los niños—rio la rubia rascándose la nuca.

Lena paso a comprar las entradas, los pequeños estaban muy entusiasmados por la visita reunidos alrededor de sus madres.

--vengan aquí—

--no, no queremos—

--que vengan—

--ño mami, por fis, nos vamos a portar bien—

--si, nos portaremos bien—

--no—

Korra y sus hijas se acercaron a Asami cabizbajas, donde les fue colocada una especie de mochila la cual era un arnes, tenia una correa que iba a la mano de Asami, era la única manera de mantener a sus hijas y a su esposa quietas.

--ven aquí Shay—exclamo Diana viendo como el rostro de Karen se entristecía.

Diana le coloco el arnes a su hija y se lo sujeto a su esposa, no quería preocuparla, pero llevaba un par de días sintiéndose un poco mal.

Sam llevaba a Marcus, mientras Alex tenia a Maggie, la cual le susurraba los emocionada que estaba por ver a los animales.

Habían solicitado una visita guiada, asi que todas se preparaban para comenzar.

--muy buenos días, mi nombre es Isaac, y sere su guía—un chico de unos veintitantos estaba nervioso frente a ellas, su short caqui y su camisa caqui mostraban claras manchas de sudor, su voz temblaba y su manos se retorcían—bien, puedo hacer esto—se susurro para si mismo, seria su primer recorrido.

El sol no habia salido, el clima era perfecto, no habia sol, pero tampoco hacia frio, solo un clima templado que las Ceo agradecían infinitamente.

--¡quiero ver a los pinguilos!—

--se dice pingolinos Janne—

--pinguilos—

--pingolinos—

--niñas—las reprendio Lillian se parando a sus hijas, las cuales se habían empezado a encarar.

--¿ verdad que son pingolinos tio Lio?—la pequeña Jenny volteo a ver a Lionel, el cual abrió los ojos con sorpresa.

--son pinguilos, ¿ verdad mami?—pregunto Janne viendo a Antiope, ambos adulto se vieron con pánico, incapaz de decir no, esas niñas eran unas completas manipuladoras, capaces de tener a una ex coronel del ejercito y aun hombre de negocios donde querían.

Pero para fortuna de todos, Lillian Luthor no era un hueso duro de roer, pero le causaba gracia ver a su esposa y a su ex esposo en apuros.

--¡locas!—gritaron ambas niñas al ver una especie de estanque al principio, donde dos focas estaban arriba de una roca disfrutando del clima templado, Lionel y Antiope respiraron con alivio, al menos habían pasado ese momento.

--comenzaremos con el rey de la selva—exclamo el guía—por favor no se acerquen a la malla—les susurro a las adultas, pero Kara ya estaba colgada como si de tarzan se tratase esperando ver a los leones.

La rubia fue bajada de un tiron de orejas haciendo reir a sus hijos—jumm, no te rias mi posticker—le menciono a Lia mientras hacia un puchero, la niña vio preocupada a su madre y le hizo una seña para que se agachase tomándola del rostro con sus pequeñas manitas, solo para darle un tierno beso en la frente, la ojiazul sonrio tomándola en sus brazos acercándose hacia el guía.