EL GRAN DIA.

9.6K 889 346
                                    

Alex Danver era una policía calificada, era una detective de homicidios que habia estado en los crímenes mas atroces, tenia un estomago de acero para aguantar todo lo que ha visto en su vida, habia tenido una vida muy difícil desde que nacio, primero enterarse que su cuerpo era diferente al de las demás niñas y sufrir una burla constante era algo que la marco y la hizo tener un carácter duro, despues su lucha contra el cancer y saber que jamás podría tener hijos la endureció aun mas, y luego la vida quitándole la oportunidad de ser feliz al perder a Maggie y a su futuro hijo la destrozo por completo haciendola una mujer dura y entregada a su trabajo, no existía nada que la sorprendiera........ hasta ahora........

--¡ Alex!- se escucho el grito de Ruby sacando a la agente de sus pensamientos—ayudame—la adolescente se habia acercado a su madre tomándola de el brazo ayudando a que intentara caminar.

--¡EL BEBE ESTA AQUÍ!, ¡ EL BEBE ESTA AQUÍ!—gritaba el loro agitando sus desplumadas alas, pero la agente seguía de pie con los ojos muy abiertos.

--Alexandra Danvers, te juro que si no me ayudas en este momento, te enderezare tu pistola chueca de un golpe—la voz de Sam se escucho profunda y tenebrosa.

--oh mierda—susurro Ruby asustada—Reing esta aquí—acerco su mano tocando el rostro de su madre—mami, regresa conmigo, no dejes que Reing salga—hablo con voz temblorosa, pero Sam solo tenia su ceño fruncido mientras Ales aun seguía estatica frente a ellas—carajo, ¡ alex!—grito ruby cansada tomando una caja de cereal lanzándosela a la agente, el golpe en la cabeza la saco de su ensimismamiento—y di que no te arroje la licuadora—exclamo la adolescente.

Alex volvió en si y dio un paso, pero su pierna se dolo haciendo que se arrodillara frente a Sam—Alex, cariño, de verdad me encanta cuando empiezas con tus Jueguito raros, pero.. ¡AHORTA NO ES EL MOMENTO!—grito la Ceo exaltada.

Lo que las Arias no sabían, es que las piernas de Alex temblaban, y dar un paso era casi imposible.

--¡Dios!, te juro Alexandra, si no haces algo, yo...-- las palabras de Sam fueron interrumpidas por una contracción fuerte--TRAE EL MALDITO AUTO—cuando Alex vio que Sam habia tomado la licuadora, fue cuando su cerebro comenzo a funcionar.

--yo... yo voy... voy... auto... auto yo traer—

--¡date prisa!—grito Sam con dientes apretados mientras era ayudada por Ruby.

--mierda—menciono la adolescente—definitivamente Nia será la que se embarace—susurro para si misma.

--¡YA TENGO EL COCHE!—grito Alex entrando a toda prisa.

--ve por las maletas—le pidió Sam a Ruby la cual asintió, Alex aun seguía de pie y palida frente a una sudorosa Sam con el ceño fruncido--¿ hola como estas?—le pregunto Sam a la agente, la cual se rasco la nuca.

--un poco asustada—

--ah que bien, ¿ y la familia como esta?, ¿ gustas algún cafecito o algo?—

--un café estari...--

--¡ ayúdame animal!—grito Sam al ver que su novia no noto el torno se sarcasmo y al parecer no pensaba llevarla al coche.

--¡ ya esta el equipaje!—grito Ruby desde la puerta--¡ yo conduzco!—

--alto ahí jovencita—grito Alex con Sam entre sus brazos—no quieras aprovecharte de la situación—

Ruby hizo un puchero y le dio las llaves a Alex—casi lo logro—susurro cabizbaja.

Alex subio a Sam al coche en el asiento trasero para que se recostara, mientras ella y Ruby subían adelante.

EL FUEGO DE TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora