LO QUE NADIE CUENTA DE LOS EMBARAZOS.

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Despues de el trago amargo que les hicieron pasar a las bomberas, fueron consentidas durante todo el dia, como sus novias lo habían prometido, fue un fin de semana expectacular, de muchos apapachos y sobre todo mucho sexo, ya que las hormonas de el embarazo ponían muy posesivas, apasionadas y sobre todo muy calientes a las Ceo.

Cuando llego el dia lunes era momento de continuar con los deberes, la tv estaba encendida en el programa matitino.

" les mandamos un saludo a nuestras compañeras Dana marsh, y Nancy Hall, la cuales siguen recuperándose de sus heridas luego de su aparatoso accidente, buenas vibras para ellas y muchas bendiciones"

Lena salió de la ducha algo extrañada ya que su mujer siempre se duchaba con ella, pero al verla sentada en la orilla de la cama con sus manos entrelazadas le hacia entender que algo no iba bien--¿ que sucede mi cielo?—le pregunto con ternura.

--Len... tienes... tienes ya seis meses de embarazo, y solo faltan algunos días mas para que cumplas los siete y el tercer trimestre comience—al ver el rostro de su rubia Lena sabia por donde iba.

--ya habíamos hablado de esto—

--Len, creo que hay gente muy capaz en la presa para que se haga cargo, tu puedas descansar, no creas que no he notado tus pies hinchados—

Y era verdad, Lena habia dejado de usar tacones diciendo que era por que ya no le gustaban, pero en realidad era por que sus hinchados pies ya no cabian ahí.

Y es que a pesar de todo lo que habia pasado el embarazo continuaba, y Lena habia sufrido todos los cambios que conllevaba, su vientre ya estaba muy crecido y aquellos se le hacia tierno a Kara, pero el hecho de que le aumentaran los pechos fue lo mejor para ella, la rubia tenia una extraña fijación por los pechos de Lena y ahora no podía dejar de verlos en todo momento, en mas de una ocasión tiro alguna cosa por su distracción.

O la primera vez que Lena grito y se encerro en el baño, Kara habia estado en la cocina y regreso corriendo a la habitación con un sarten en la mano--¡Lena!—grito alarmada—amor, ¿ estas bien?, abreme la puerta—

--vete Zor-El— se escucho el sonido amortiguado de Lena dentro de el baño.

--abreme Lena o tirare la puerta, he tirado muchas puertas en mi vda como para no derribar esta—contesto la rubia con voz seria—uno... dos...-- el sonido de un clik se escucho y despues Lena se asomo.

--por favor, no derribes mi puerta—Lena se dio la media vuelta sin voltearla a ver, ignorando completamente el sarten humeante con tocino en el, al parecer la rubia estaba haciendo el desayuno.

--¿ que pasa mi amor?—dejo su sarten y se acerco hacia ella, apenas dio un paso y Lena se arrojo a sus brazos.

--soy horrible—sollozo la pelinegra.

--¿ que?—contesto confundida la rubia--¿ de que hablas mi amor?—

--¿ por que no me habias dicho que me veo como peppa pig?—pregunto la ojiverde buscando la mirada de su prometida.

--¿ que?—

--Kara, he aumentado considerablemente de peso, y... y... o por dios esto es tan difícil de decir—

La ojiazul se preocupo aun mas al escuchar aquello—Len.... ¿ nuestros pequeños estan bien?—

--si... es solo que... que..... ¡TENGO UNA ESTRIA!—grito Lena soltando su llanto—entiendo si algún dia ya no quieres tocarme o..—las palabras de Lena fueron calladas por unos labios, los cuales no la besaban con nada de ternura, comenzo a retirar la bata de baño que Lena tenia y la ropa de la rubia cayo al suelo empujándola hacia la regadera, sabia que Lena necesitaba que le hiciera entender que aun la deseaba, y de eso se encargaría Kara.

EL FUEGO DE TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora