VIERNES POR LA NOCHE.

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Diana camino por su habitación, en la cual lo primero que hizo fue poner una de sus fotos favoritas, ya que a cualquier lugar que iba, se sentía mas como su hogar si la veia.

Tomo retrato en sus manos observándolo.

Amaba a su esposa, era algo ocurrente e inquieta, brutamente honesta y no media las consecuencias, pero eso era lo interesante de la relación

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Amaba a su esposa, era algo ocurrente e inquieta, brutamente honesta y no media las consecuencias, pero eso era lo interesante de la relación.

Dejo la foto en su lugar, y despues tomo la foto con la que Leslie viajaba a todos lados....

Claro, no era una foto de ella y Leslie, o junto a su hija, no, tenia que ser la foto con el gato rayado malhumorado.

Escucho un maullido a sus pies, y vio una cola pasear de un lado hacia otro mientras el gato gris se restregaba en sus piernas soltando un ronroneo fuerte--¿ que vamos a hacer con cuatro niñas?—le pregunto Diana al gato, si..... un ultrasonido habia revelado dos sacos gestacionales, en su vientre cargaba a dos pequeños seres, pero tener a Leslie, Karen y dos pequeños mas, seria como tener a cuatro hijos, solo esperaba que no tuvieran la energía de Leslie, si no, estaría muy en desventaja.

La Ceo sonrio para si misma colocando una mano en su vientre acariciándolo con ternura, aun no tenia idea de como serian sus rostros, pero ya los amaba con todo su ser.

Alex jamás pensó tener esa vida, la alegría y la emoción no cabia en su corazón.

Se limpio una lagrima que bajaba desde sus ojos, era increíble que despues de tanto sufrimiento, ahora la dicha la albergaba.

Recordó su vida, su lucha contra el cancer, y sobre todo a su primer amor, y su primer hijo, el cual la vida le habia arrebatado sin ni si quiera conocerlo, y ahora..... ahora lo tenia todo, y hasta mas, una hermosa mujer a su lado, que entendia y soportaba su constante mal humor, el cual fue retirando poco a poco, hasta volverla un ser esponjoso hambriento de afecto que siempre necesitaba dormir abrazada, mujer que la amaba tal y como era, sin pedirle que cambiara, que la mimaba y cuidaba, la cual disfrutaba de su cuerpo sin miramientos, haciendola sentir segura, y amada, sobre todo deseada, la hacia sentir bien con su cuerpo.

Miro al cielo sonriendo—creo que estarías orgullosa por lo que he logrado—hablo al aire cerrando los ojos, sintiendo como un suave viento acariciaba su rostro—hace mucho que no hablo contigo, pero creo que ya lo sabes todo, sobre todo la relación de mi madre con la madre de Diana, te juro que en ocasiones puedo escuchar tu voz burlándote de mi—exclamo riendo—gracias Maggie, gracias por todo, por que gracias a ti puedo tener todo esto—Alex jamás olvidaría como Maggie fue una pieza angular en su tratamiento con el cancer, si ella no hubiera estado, sin duda hubiera terminado con su vida, sus ojos se llenaron aun mas de lagrimas.

--¡mami!--

Alex salió de sus pensamientos cuando Maggie corrio hacia ella--¿ es verdad?—exclamo casi gritando abrazando el abdomen de Alex chocando con ella, la agente se tambaleo un poco riendo--¿ estabas llorando?—Maggie alzo su cabecita viendo a su madre desde abajo preguntando preocupada--¿ tampoco quieres un bebecito?—la agente alzo su ceja confundida, solo para ver a Sam con un Marcus abrazado a ella como si de un koala se tratase llorando profundamente.

EL FUEGO DE TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora