EL FUEGO DE TU AMOR

LA SALVACION DE NIA.

ANTES DE LA TRAGEDIA

Ruby estaba haciendo un estupendo trabajo, ya tenia su agenda llena, y habia concretado una buena inversión, cerrado un trato con dos obstinados señores, y pudo ir al baño correctamente una noche antes, asi que se sentía realizada.....

La puerta se abrió y una sonrisa ilumino su rostro al ver quien era—señorita Arias, ¿ le gustaría un poco de café?—la voz profesional de Nia hizo su aparición, ruby entro en su papel de Ceo recargándose en la comoda silla.

--creo que es obvia mi respuesta, llevo un par de horas aquí, y no puedo creer que mi asistente no ha venido a ofrecerme un café—

--lamento mucho no haber venido....—las palabras salieron como un ronroneo seductor—antes.... Pero mi jefa me dejo mucho trabajo—

--nunca pensé que se quejaría del trabajo señorita Nal—Nia trago grueso al ver el parecido escalofriante que ruby tenia con su madre en ese momento, si no estuvieran jugando, se hubiera hecho en los pantalones—y aun no entiendo por que no esta mi café sobre mi escritorio, la descripción del empleo lo decía muy claro, " saber hacer café"—

--cierto, mi culpa...--exclamo Nia avanzando hacia su novia poniendola de pie—en este momento lo pondré sobre el escritorio—Ruby no se espero que la otra chica la tomaría de la cintura y la sentaría con fuerza sobre el escritorio.

--¡Nia!—

--señorita Arias—le contesto colocándose entre sus piernas--¿ como le gustaría su café?—menciono con voz seductora.

--con mucha leche—

Nia no se espero la contestación de la chica, mucho menos que una mano curiosa se escabulliría entre sus pantalones--¡Ruby!—jadeo con asombro no sabiendo si retirarse o pegarse ms al toque.

--¿Qué?—contesto la Arias repartiendo suaves besos por el cuello de su novia.

--no podemos hacer esto aquí—

--¿Qué pasa señorita Nal?—hablo con voz burlona la castaña menor--¿ crees que puedes decirme ese tipo de cosas e irte asi nada mas?—ronroneo sintiendo como lo que estaba debajo de los pantalones de Nia comenzaba a crecer y a engrosarse—soy una Arias, y mi familia me ha enseñado a trabajar y conseguir lo que quiera, y esto...--Nia gimio debido al toque sobre su llorosa punta—es lo que quiero—

Alexandra Danvers habia regresado a su trabajo, estaba contenta, tenia a la familia que siempre habia soñado, una hermosa y amorosa esposa, que era su apoyo romántico y moral, Sam era perfecta, una mujer fuerte y de carácter, que tranquilizaba su carácter y su mal genio convirtiéndolo en sonrisas y besos, era trabajadora, leal, fiel, y sobre todo, el sexo era fantástico, y gracias al fabuloso sexo, ahora tenia lo que mas habia deseado, tres hermosos hijos, sangre de su sangre, los mellizos y su nueva y hermosa pequeña de cabello rojizo, pero de toda su familia, habia alguien que tenia un pedazo de su corazón para ella sola, una adolescente malhumorada y sarcástica que se convirtió en pieza fundamental en su dia a dia, Ruby Arias se habia vuelto en uno de sus tesoros, congenio con ella al instante, y adoro el hecho de apoyarla cuando Sam dudaba sobre darse la oportunidad, Ruby era su niña, no importaba que ya fuera toda una mujer, ella siempre seria su pequeña.

Estaciono su coche en el estacionamiento del edificio, llevaba comida para ambas, estaba preocupada, ya que sentía que debido a los nuevos pequeños, Ruby quizás se sentiría desplazada, ella los amaba por igual, la diferencia entre Ruby y los demás pequeños, es que ruby la eligio a ella como su madre, y haber adoptado el apellido Danvers, fue el mejor regalo que Alex pudo recibir.

Saludo al portero con una sonrisa y tomo el ascensor revisando los mensajes de su móvil, uno era de Sam, una linda foto de ella amamantando a Melissa, la agente sonrio besando la pantalla del celular, para despues escuchar el timbre del elevador anunciando su piso, se abrió la puerta y salió notando el escritorio vacio de Nia, dejo una bolsa con donas y un café, llevaba un par de años conociendo a Nia, sabia lo dedicada que era la chica con su trabajo, y sobre todo, la gran amistad que tenia con Sam, gracias a ella, Sam decidio salir de su rutina laboral y comenzar a pensar en si misma.