SI QUIERO.

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Raramente existe gente tan intimidante como Antiope Prince, su rostro y mirada endurecida le hacia ver a todos los hombres que estaban ahí, que su vida no habia sido un paseo en un jardín de flores, se veía fuerte y firme, con un rostro que no demostraba sentimientos.

La mujer observo a todo su nuevo pelotón, la mayoría eran hombres, los cuales eran mucho mas altos, fuertes y grandes que ella, pero apenas dio un paso hacia adelante y noto como la mayoría retrocedió, a excepción de Leslie, la cual estaba como niña viendo a su superhéroe favorito.

Antíope se aclaro la garganta y alzo la vista—en fila—ordeno y todos comenzaron a moverse temerosos.

--¿ horizontal?, ¿ o vertical?—pregunto Leslie confundida--¿ tomamos distancia?, podemos marcar el paso, cuando estaba en la escuela confundida la derecha con la izquier... no esperen, toda via la confundo—murmuro pensativa.

--tia, por favor—Antiope escucho el susurro de Diana detrás de ella, la cual la miraba con rostro implorando paciencia, Antiope camino hacia su sobrina besando su frente con cariño.

--¡beso!—grito Leslie dando un paso para avanzar, pero fue detenida por Kara.

--eres como un minion—murmuro Korra deteniendo también a su amiga.

Todos los bomberos se pusieron en fila y en posición de firmes, Antiope se dio la media vuelta y comenzo a caminar hacia ellos observándolos con detenimiento—muy debilucho—murmuro tomando el brazo de uno de ellos—tienes muñecas frágiles—avanzo y observo a otro de ellos—a partir de hoy seguirás una dieta rigurosa, y nada de alcohol—exclamo viendo el abdomen de aquel hombre—escúchenme bien todos, a partir de este dia, me comprometo, a hacer de esta estación la mejor de la ciudad, con personal disciplinado y capaz de afrontar cualquier adversidad, los hare ser verdaderos hombres—

--ah no, yo no quiero—hablo Leslie haciendo un puchero—a mi me gusta ser niña—

--no hablaran, si no se les a dado el permiso de hacerlo—dijo Antiope pensando su nuevo mantra, " ella hace feliz a Diana, no la mates"—al próximo que hable sin permiso, dará diez vueltas a la manzana y despues encerara las botas de toda la estación, solo para empezar, ¿ entendieron?—todos asintieron temerosos de hablar—contesten si entendieron—exclamo la mujer tocándose el puente de la nariz con cansancio, será un trabajo arduo sin duda.

--esto no es justo—exclamo uno de los hombres—no estamos en el ejercito, no puede llegar y darnos ordenes asi, las cosas aquí se manejan de manera diferente—

Algunos compañeros asintieron dándole la razón, mientras que los otros abrieron sus ojos asustados, la coronel se acerco a el, acerco su rostro tan cerca, que el tipo podía sentir el aire que Antiope exhalaba de su nariz, el era mas alto que ella, y mas corpulento, pero aquella mujer estaba haciendo que sus piernas comenzaran a temblar--¿ cual es tu nombre?—le pregunto con voz tranquila.

--Richard—contesto con voz temblorosa.

--bien, señor Ritchard, hagamos esto fácil, si usted llega a tocarme con solo un dedo, yo prometo que renunciare e ire por Jhon personalmente para que vuelva a hacerse cargo de la estación, o si lo prefiere, usted puede quedarse a cargo y manejarla a su antojo, ¿ que le parece?—la mirada de Antiope estaba sobre la mirada de aquel hombre, podía sentir el cuerpo firme de la coronel sobre el suyo—pero si logro tocarlo yo con este dedo—alzo su mano señalando su dedo índice—usted se callara y me dejara hacer mi trabajo, ¿ hecho?—el hombre asintió y Antiope se retiro solo unos centímetros, tomo la mano del hombre dejandola a solo milímetros de su hombro para que en cuestión de segundos la tocara, mientras ella solo estaba en posición de firmes frente al hombre—cuenta hasta tres, y si logras tocarme abras ganado—

EL FUEGO DE TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora