SORPRESA.

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Apenas entraron al departamento de Lena, Kara no se esperaba que su novia caería sobre ella tirándola al suelo mientras la besaba con desesperación jalándole la ropa—mm... Len.. amor... espe.... ¡Lena!—grito la ojiazul cuando su novia metio la mano entre su ropa interior comenzando a masajear su miembro.

--¿ que?—gruño la pelinegra.

--tu mano esta fría—se quejo la rubia gimiendo cuando Lena mordio su cuello.

--pues no veo que a el ni a ellos le incomode—exclamo la ceo con voz seductora continuando con sus tocamientos, sintiendo como poco a poco comenzaba a tornarse duro en su mano.

Lena se desabrocho el vestido y lo saco por arriba dejando a la vista sus pechos erectos sonriendo con picardia, sonrio aun mas cuando las manos de Kara inmediatamente los tocaron amasándolos con suavidad—ustedes me encantan—se incorporo sentándose en el suelo--tu eres Lena—le hablo al pecho derecho pasando su lengua por el pezon rosado—y tu eres Kieran—dijo dirigiéndose al otro pecho—y ustedes son mias—

Como pudo, Kara se puso de pie con una Lena que se negaba a soltarla y a tumbos llegaron al sofa, donde la rubia cayo pesadamente sentada, Lena desabrocho con prisa la camisa dejando al descubierto el sosten deportivo, lo quito con urgencia y se lanzo hacia los pechos de la rubia escuchándola jadear, las manos de la bombera acariciaron las deliciosas curvas de su amada, la pelinegra sintió la presión familiar en su centro, y comenzó a restregarse sobre los pantalones de la ojiazul, para Kara, habia algo muy erotico en hacerlo con ropa, le gustaba esa desesperación que sentía por sentirla piel por piel, era algo que la excitaba mucho, saber que tendría su recompensa pronto, sonrio de medio lado cuando la Ceo bajo sus manos acariciando el firme abdomen hasta que llego a los pantalones desabrochándolos, se bajo de ella y se hinco frente a la rubia, deslizo sus manos por los muslos de Kara mientras la veía con picardia, Kara alzo su cadera dejando que Lena quitara sus pantalones y su ropa interior liberando a su animado amigo, la ropa fue a parar a un rincón de la habitación, donde ambas no se habían dado cuenta de dos miradas bizcas intentaban observarlas, lo único que se vio despues, fue el boxer de Kara caminando como si tuviera vida propia seguido de un pantalón viviente, los cuales chocaron varias veces con la pared.

Lena se puso de pie haciendo que Kara la viera confundida—oh no, ni se te ocurra dejarme asi—La Ceo solo se acerco dándole un casto beso y tomo su móvil--¿ nos vamos a grabar?—pregunto sonrojada—nunca lo he hecho, pero creo que seria una buena idea, podría verte desnuda cuando quisiera, aunque seria raro verme a mi gimiendo, eso no será sexi—

Lena dejo su móvil y despues una melodía comenzó a escucharse, una melodía sensual, los ojos de Kara se pusieron negros de lo dilatados que estaban—adore el espectáculo mi cielo, pero no vuelvas a hacerlo—la pelinegra se hinco en el suelo, y despues camino hacia ella en cuatro con una sensualidad que Kara sentía que explotaría asi mismo, como si una pantera estuviera acechando a su presa, la Ceo abrió con fuerza las piernas de Kara y se instalo en medio de ellas--¿ te he dicho que me encanta todo de ti?—la rubia primero asintió con la cabeza y luego negó con rapidez sintiendo su respiración cada vez mas pesada—adoro todo de ti, tu forma de ser, lo hermosa que eres, tus azules ojos, tu sonrisa, tu voz—Lena acaricio la rodilla derecha con su dedo índice y despues fue subiendo poco a poco escuchando como su novia jadeaba—amo tu piel, es suave—la rubia sintió que su corazón se le iba a salir cuando el aliento de Lena golpeo su miembro—¿ pero sabes que es lo que mas me vuelve loca?—kara quería contestar pero las palabras simplemente no salían—me vuelve loca tu sabor—al decir aquello la cabeza de la rubia se hizo hacia atrás mientras soltaba un sonoro grito de placer al sentir la boca de su novia envolver su miembro.

A UNAS CALLES DE AHÍ....

Todo el camino, Asami no se podía concentrar, cada semáforo que habia se lanzaba habia los labios de su novia hasta que los autos de atrás comenzaban a sonar sus claxons molestos, pero eso no le importaba a la ingeniera—Asami...-- susurro Korra—ya están avanzando, y... ASAMI SATO—grito alterada cuando la palida mano de la ingeniera abrió su pantalón y bajo su cierre desesperada buscando lo que ansiaba sentir dentro—me van a ver mi cosita—exclamo apenada.

EL FUEGO DE TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora