EL MEJOR REGALO.

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Pero el grito de Korra llamo la atención de todos--¿ QUIEN TIRO AGUA DEBAJO DE LA SILLA DE ASAMI?—pregunto con molestia.

--Korra—susurro Asami intentando llamar la atención de su novia.

--no sean asi, por que le echaran la culpa a Asami, y ella no fue—

--Korra—la volvió a llamar.

--y eso no es bueno, por que si no santa no les traerá juguetes—

--SANTA MADRE DE DIOS—grito Lillian notando lo palida que estaba la ingeniera—¡ esta niña va a parir aquí!—

--entonces, si santa ve que... ehh..—Korra volteo a ver a su novia, la cual estaba con los ojos muy abiertos respirando con dificultad.

Desde que Korra nacio, sus padres notaron que era una niña diferente, una niña demasiado inquieta, tanto, que desde que aprendio a caminar no habia ser humano que la parase, iba de un lado hacia otro haciendo escandalo y tirando cosas para evitar que la atrapasen, cuando tenia 4, tenia un carácter marcado, una niña soberbia y berrinchuda que hacia lo que ella quería, su adorable barriguita sobresalia y su ceño fruncido y pucheros controlaban a todos a su alrededor, sus padres la adoraban, como hija única le daban todo lo que podían, pero llego un momento en que sus constantes travesuras le pasaron factura, tuvieron que inscribirla a una especie de colegio militarizado, donde paso recluida gran parte de su adolescencia, y aun asi, se las arreglaba para hacer lo que ella quería, cuando cumplio la mayoría de edad, Korra se escapo del colegio, su espíritu aventurero le indicaba que debia irse, llegando asi a ciudad republica, abriéndose paso ella sola comenzando a trabajar en lo que podía, le gustaba mucho ayudar a la gente, pero eso no evitaba que se metiera en problemas o en peleas, y mas cuando comenzo a interesarse por las chicas, desde ahí ellas comenzaron a ser su perdición, a pesar de las decisiones que habia tomado, sus padres siempre estaban presente, ayudándola económicamente cuando ella no podía pagar las facturas, esa vida que llevo y sin responsabilidades le gustaba, pero cuando sus padres notaron que su hija jamás maduraría si seguían resolviéndole la vida, decidieron retirarle la ayuda económica, aquello fue un golpe duro para Korra, tanto, que se molesto y le pidió a sus padres que no la buscaran mas, se mudo a National city teniendo pequeños trabajos, hasta que un dia paso por la estación de bomberos sintiendo que eso era lo que ella quería, entro a la escuela de bomberos y debido a su entrenamiento en sus años en el colegio militar, le fue fácil pasar los exámenes, cuando sus padres se enteraron se alegraron de saber que su hija ya era mas responsable, pero aun asi, las mujeres eran algo constante en su vida, todos los fines de semana llamaba a sus padres para hacerles saber que estaban bien, platicándole sobre sus planes y su vida, desafortunadamente, el tiempo que tenia viviendo en National city, sus padres no habían podido ir a visitarla, su padre se habia vuelto funcionario publico en su ciudad, compitiendo por la presidencia ganando debido a su honestidad, y debido a ese nuevo cargo las llamadas semanales se volvieron mensuales, y Korra no los culpaba, ya que la atención de Korra estaba completa y enteramente en Asami Sato, y ahora...... ahora Korra estaba apunto de sufrir un infarto.

--¡llamen a una ambulancia!—grito Lillian notando la palidez de Asami.

--alguien por favor golpéela—gruño la ingeniera al ver a su novia igual de pálida que Lena.

Korra salió de sus pensamientos cuando un golpe en su cabeza le sacudió las ideas--¿ eh?—

--¡ tu mujer animal!—grito Kara horrorizada.

--¡ a mi mujer no le digas animal!, ¡ animal la tuya!— contesto Korra molesta.

Asami se doblo de el dolor al sentir una fuerte contracción--¡carajo!, alguien llévenme al maldito hospital—

EL FUEGO DE TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora