Capítulo 43.

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"Llevo casi una hora escribiéndole. No responde. Me deja en leído y tampoco me coge las llamadas. ¿Qué has hecho?", se preguntó David a sí mismo. "Le dije que volvería, que no se iría sin que me despidiese de ella, y he vuelto a fallarle."

  El jefe de departamento de la policía, Manel Valls, estaba delante de David. Le hablaba continuamente, pero el chico hacía caso omiso. Le tocó el hombro y acto seguido le preguntó:

—Chico, ¿te encuentras bien?

—Necesito salir un momento a tomar el aire, si me disculpa...

  David se levantó, cogió su chaqueta, se la colocó rápidamente y salió de la comisaría a toda prisa. Volvió a llamar a Cía, pero esta seguía sin contestarle ninguna llamada.

—¡Joder!, —maldijo David agarrándose la cabeza con ambas manos— ¡joder!

12:56 del mediodía, en un coche cualquiera dirección a Zaragoza...

  "Love me like you do", de Ellie Goulding, sonaba en los oídos de Cía. Las lágrimas empapaban sus mejillas y las gafas de sol apenas podían disimularlas.

  Sus padres, distraídos en el viaje, no se habían percatado de la tristeza de su hija.

  De repente, la chica recibió un nuevo WhatsApp. Imaginando que era de David, no quiso desbloquear el móvil, pero la curiosidad le pudo. 

"Álex: Supongo que no querrás saber nada de mí después de todo lo pasado, pero sólo quería decirte que llegué a Zaragoza hará como un par de días. 

Supongo que estarás volviendo ya, y bueno, si quieres que hablemos de cualquier cosa, me tienes aquí. Necesito saber que sigues queriéndome en tu vida, Cía. Por favor..."

  Cía no tenía palabras para aquello. Leyó el mensaje, parpadeó dos veces intentando evitar que le cayesen más lágrimas y apagó el iPhone. 

  Demasiadas emociones juntas la habían agotado física y mentalmente y, por elo, decidió que dormir sería su solución más acertada.

13:15 en una calle de la Barceloneta...

  David entró de nuevo en la Comisaría, y cabizbajo se dirigió al despacho del jefe de departamento.

—Perdone, necesitaba salir. ¿Podemos continuar?

—Claro, sin problema, David.

  El chico suspiró y preguntó:

—¿Qué sabe de ellos...?

Silencio.

—Dígame lo que sea... Necesito saberlo, por favor.

—Verás, chico... Han reabierto el caso de tus padres, pero todavía no se sabe nada, pero hay algo que quiero comentarte... —suspiró y continuó diciendo:— Tu madre, antes de que tú nacieras, dio en adopción a un niño, a tu verdadero hermano, y sabemos que vive ahora mismo en Zaragoza y es un año mayor que tú...

Noches entre foliosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora