Capítulo 21.

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  "24 de Julio de 2014.


  Querido diario:

  Después de un mes sin escribir, he vuelto.

  He vuelto porque necesitaba plasmar mis sentimientos en cualquier maldito trozo de papel, y si es necesario, a continuación, quemarlo. Porque ahora mismo me siento cual hormiga en el mundo; pequeña, insignificante...

  ¿Sabes lo que es sentirse utilizada?, ¿lo que es sentirse humillada...?" 


—¡Qué vas a saber, si tan solo eres un trozo inútil de papel! —gritó Cía lanzando su diario encima de la cama.


Toc. Toc.


  Estaban llamando a la puerta. Podía oírse una voz tras ésta. La voz de su madre, tan dulce cómo siempre.


—Cía, David quiere hablar contigo —dijo Irene.

—Dile que se vaya, no tengo nada que decirle... —contestó Cía entre sollozos por la rabia contenida.


  De repente, la puerta se abrió, y apareció el chico de la capucha, el chico de los ojos verdes azulados, el chico que la había enamorado; el mismo que la había vuelto a romper.

—Hola Cía... —dijo cabizbajo. Al momento levantó la cara, y mirando esos ojos marrones color miel de ella siguió diciendo:— Perdóname, por favor...

—¿Qué más da, eh, David?, mañana me voy, no vas a volver a saber de mí.

—No puedo dejar que te vayas, Cía...

—¿Por qué?

—¡PORQUE ESTOY ENAMORADO DE TI! —chilló David a la vez que se le empezaban a acristalar los ojos—. Dime que no quieres saber nada más de mí, y me iré para siempre de tu vida...

—Ya no confío en nadie, y menos en ti... —respondió Cía mirándole fijamente—. Y ahora, si no vas a amenazarme como a Laura, vete, no quiero saber nada más de ti, David.


  El chico se quedó sin habla. Pudo oír cómo su corazón iba desquebrajándose, cómo latía sin motivo. Pero él tenía la culpa y solo él, y si Cía no quería saber nada más, estaba en todo su derecho, así que se giró, se dirigió a la puerta para irse de aquel lugar y en voz baja, antes de marcharse, murmuró: "Te quiero, y te querré siempre...".

  Bajó las escaleras entre lágrimas y se despidió de Irene y Adrián, sin darles tiempo a contestar.

Noches entre foliosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora