Sex, Alcohol, Drugs and Love. ( EN EDICIÓN)

37. Regresando a la vida.

⚠ ADVERTENCIA ⚠ Quiero aclararles que esta historia tiene contenido sexual explícito. Palabras ofensivas, lenguaje vulgar, humillación verbal y física, violación y agresión. Si no eres apto para este tipo de historias, lo mejor es no seguir leyendo.

Si no, te invito a que sigas leyendo.

¡Disfrútenlo! ♥️

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Pov Off.

El clima del lugar es increíblemente impresionante. No podría quejarme de absolutamente nada estando en un sitio como este, con semejantes paraísos, unas vistas de ensueño y una disposición las veinticuatro horas sólo para mí. Todas las mañanas me levanto sin creerme que un lugar así, me ha dado la paz que tanto estuve buscando durante casi tres meses.

La muerte nunca me pareció tan gratificante, como en aquellos días cuando lo único que hacía era bañarme en alcohol, como si mi sistema no estuviera lo suficientemente dañado de toda la porquería que había consumido buscando la salida al lugar donde se encontraba la única persona capaz de revivirme en medio de tormentosas noches que solo acababan con mi estabilidad emocional.

Pero eso jamás sucedió, él no estaba en el lugar indicado, su luz no estaba para acompañarme en la maldita oscuridad en la que estaba. Ya no podía ver su sonrisa, ni siquiera recordaba la última vez que tuve un momento de paz a su lado.

Tal parecía que todo me lo había imaginado para evadir toda la mierda que me había convertido. No fue, hasta que un día, mi cuerpo simplemente me dijo basta y tuve que tomar la decisión de continuarla o interrumpirla. Las ganas de vivir eran tan pocas pero, no era justo ver a mi padre sufrir día a día por un incompetente que no tenía las bolas de acabar con su jodida vida.

Todavía puedo escuchar en mi cabeza las súplicas de mi padre;

— ¡Despierta, maldita sea! — suplicaba con la voz rota. — ¡Tienes que vivir, maldición tienes...!

— No pierdas el tiempo en esta basura... padre. — arrastraba las palabras con el sistema inundado de alcohol.

— No dejaré... nunca dejaré que te hagas esto, Jum. — sus manos acariciaban mi rostro y las lágrimas se asomaban a cada nada en sus ojos.

— B-búscalo... q-quiero irme con él. — apreté las mangas de su saco. — Q-quiero morir con él... — sentía que no podía más, el alma me ardía y el corazón lo tenía más que destrozado.

Fueron los peores días de mi vida. El dolor era algo que parecía no querer irse, al contrario, se intensificó con el pasar de los días. No fue, hasta que ella llegó en el momento menos esperado. Fue la única persona capaz de tolerar cada una de mis estúpidas rabietas, insultos y desinterés en todo este proceso de rehabilitación. Sus atenciones, mimos, los amaneceres en medio de llantos, temblores y recaídas, me demostraron que era una verdadera mujer y una excelente compañía. Gracias a su apoyo y a su lealtad con mi padre, es que pude salir delante de todo este jodido infierno llamado; Depresión y dependencia.

Sully Miller, era una mujer increíble. Ahora entendía por qué mi padre se había enamorado tanto de ella. Esa mujer era de entrega total, apoyo incondicional y aunque en un principio su acercamiento era casi nulo. Siempre entendió que el respeto hacía mi única madre era algo con lo que jamás se metería. En el tiempo que llevo aquí, nunca me ha hablado mal de ella, al contrario, cada que puede me la recuerda y me dice que jamás tomaría su lugar por muy enamorada que esté de mi padre.

Le pedí muchas veces que me dejara hablar con Gun, que me dijera donde estaba o si aún vivía. Pero nunca se metió en ello, me dijo que estaba bien y que mi padre lo tenía bajo observación. Pero, más allá de eso, no supe absolutamente nada hasta un año después. Me enteré que le darían de alta en el lugar donde estaba, yo tenía meses que no asistía al sitio de rehabilitación y los médicos me dijeron que estaba totalmente fuera de toda desintoxicación.