Sex, Alcohol, Drugs and Love. ( EN EDICIÓN)

10. No quiero lastimarte.

🔞 ⚠️ ADVERTENCIA ⚠️ 🔞 El contenido de esta historia es muy fuerte, tiene temas explicitos de violencia, sexo, abuso, intento de suicidio y lenguaje ofensivo. Si no te gustan este tipo de historias te agradezco no leer, para no herir tu sensibilidad.

Pero si no, adelante.

¡DISFRUTALO!❤️ 

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Pov Off.

El dolor de una pérdida, de una tragedia e incluso de un abuso proveniente de la persona que crees que te cuidara más que a su vida propia, es simplemente la manera más insoportable de llevar la vida sin que cada maldito recuerdo no te matara el corazón.

Logramos calmar a Gun, le di un par de calmantes para que durmiera, Tay, había llamado a un amigo suyo para que viniera a revisarlo, yo también estaba preocupado así que simplemente deje que hiciera su trabajo. A pesar de estar dormido su rostro podría verse tenso, demacrado y con un dolor profundo por lo que sea por lo que estuviera pasando. Intenté hablar con Tay, una vez que aquel doctor se fue. El no quería contarme nada sin el consentimiento de su hermano, pero yo lo mire diciendole que sabía que eso jamás sucedería, su hermano me odiaba.

— Off, el no te odia solo a ti, el odia a todo el mundo que lo rodea. — dijo él, sentándose en el enorme mueble afuera en su sala.

— No creo, las veces que he estado cerca es como si mi presencia lo incomodara a tal punto de querer desaparecer. — hice una mueca triste.

— Off, la vida de Gun no ha sido nada fácil, ha tenido muchos problemas y es por eso que él es así. — yo lo mire intentando descifrarlo, pero no estaba seguro ni siquiera de lo que por mi mente pasaba.

Podría haber sacado millones de conclusiones y ninguna de ellas deberían ser ciertas, así que tendría que saber como sea un poco de su tormentoso pasado, pero para ello debería decirle algo a Tay, que lo hiciera confiar en mi.

— Mi madre murió cuando yo tenía trece años, tenía cáncer de pulmón debido al cigarrillo y fue demasiado fuerte tanto para ella como para nosotros la noticia. — comencé a contarle apretando los labios, sin mirarlo a los ojos y queriendo no echarme a llorar frente a él. — Yo la amaba, mi madre era encantadora, tierna, y siempre me enseñó que la vida a pesar de ser dura, lo importante era luchar. Pero cuando ella fue detectada con cáncer, no puso en práctica, absolutamente nada de sus palabras. — Tay me miraba como si no lo pudiera creer.

— Fueron tres años los que intentamos mi padre y yo animarla, decirle que todo estaría bien, que el tratamiento la ayudaría a vivir muchos años más, pero ella simplemente no lo quiso, se derrumbo, se deprimio y simplemente decidio que si iba a morir por él único vicio que tenía entonces y la llevo hasta allí, entonces moriría rápido. — solté un suspiro pesado, recordar a mi madre siempre era muy doloroso, esas épocas de ella enferma deseando morir eran los peores recuerdos de mi vida. — Mi padre cayó en una absoluta depresión, no podía controlarla, mi padre trabajaba todo el día, para poder costear sus medicamentos, yo estudiaba y siempre que llegaba del colegio, no me separaba de ella ni por un segundo, incluso mis tareas las hacía junto a ella. — sorbí por la nariz y me di cuenta que una lágrima había caído de mis ojos.

— Mi madre, de alguna manera, no quería luchar por su vida, la encontrabamos con botellas de alcohol, muy borracha, obviamente se las tirabamos pero ella salía y compraba muchas más, también fumaba y mi padre ya no sabía cómo controlarla. — le sonreí con tristeza.

— Hubo un tiempo que parecía que ella quería luchar por su vida, dejar de tomar y seguir adelante. Mi padre y ella dejaron de discutir, pero siempre la cuido a pesar de todo, jamás le levantó la mano, ni la maltrató, le tuvo mucha paciencia. Pero la enfermedad estaba tan avanzada, que sabiamos que no resistiría y tres años después, mi madre se complicó, ella nunca dejó de fumar y era el cigarrillo lo que la estaba pulverizando por dentro. Los últimos meses de vida de mi madre, estuvo postrada en una cama, ya no quería salir, no quería platicar con nadie, lo único que la mantenía viva de alguna manera, era ese maldito cigarrillo, y el doctor le dijo a mi padre que si no dejaba de fumar su salud empeoraría tan mal por los excesos y daños. Su cáncer había avanzado mucho más rápido y en cualquier momento ella, podría dejarnos. — yo no pude seguir contándole la historia por que en ese momento me derrumbe, jamás sería fácil hablar de mi madre.