Sex, Alcohol, Drugs and Love. ( EN EDICIÓN)

3. Mi vida es un infierno

⚠️ ADVERTENCIA ⚠️ El contenido de esta historia contiene lenguaje sexual, de violencia y abuso. Si eres sencible a este tipo de temas por favor no leer. Puede herir tu sensibilidad. Si eres capaz de continuar entonces.

¡Disfruta! ♥️

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Pov Gun.

— S-suéltame. — dije a quien sea que me está agarrando. — ¡O-odio que... los hombres... l-lloren..! — dije apenas en un susurro.

Vagamente algunos recuerdos llegaban a mi, mientras mi mente se adentraba en un sin fin de flashback donde había alcohol, drogas, sexo y yo siendo follado por algún chico que tenía tantas ganas como yo. Neitan me había dado una buena porción para pasar la noche muy relajado, pero cuando me mostró algo más que según él me relajaría mucho más, sin pensarlo dos veces lo tome de su mano y me lo tome.

— Así es amigo, esto va a hacerte sentir mucho mejor — decía él pero yo estaba tan ido que solo le sonrei — Sentirás como si estuvieras volando

En unos pocos minutos mi cuerpo comenzó a sentirse tan bien, tan fuera de órbita y la cabeza comenzaba a darme vueltas. El dolor se transformaba en sonrisas desenfrenadas, me senté en uno de los puff cerca de la piscina. En ese mismo momento los malditos recuerdos de mi padre abusando de mi madre y de mi me golpearon drásticamente.

                                                 [ Flascback hace unos años atrás ]

— ¡Te dije que te callaras maldita zorra! — gritó mi padre nuevamente.

Todas las noches era lo mismo, desde que mi padre me puso una mano encima esto nunca terminó, intente salir de mi casa muchas veces pero por ser menor de edad mi padre siempre me conseguía, llamando a la policía y el castigo era sencillamente uno de los peores.

— ¡SUÉLTAME! ¡SUÉLTAME! — gritaba mi madre con sollozos.

Subí el volumen de mis auriculares, me acosté fingiendo estar dormido por si él llegaba a entrar ya que no me permitía cerrar con llave, por que siempre terminaba tumbando la puerta con una patada, apreté las sabanas, cerré los ojos y comencé a pensar en cómo sería tener una familia bonita. Una madre amorosa, un padre que jugara conmigo y me enseñara al fútbol, no que me golpeara y abusara de mi como se le diera la gana. Pensar en ello me hizo sollozar, el dolor en mi pecho era inminente quería desaparecer, prefería estar muerto.

¡PUM,PUM,PUM! — los golpes en la puerta resonaron en mis oídos a pesar de la música alta.

— ¡Maldito idiota te quiero en mi habitación! ¡AHORA MISMO! — gritó y escuche como azotaba la puerta de su habitación.

— ¡AHORA! — volvió a gritar y con manos temblorosas apague el reproductor.

No quería, el solo pensar en todo lo que pasaría me hacía revolver el estómago pero, más vale que me apresurara o él vendría por mi, me golpearía y me obligaría a hacerle cosas que yo jamás hubiera querido hacer. Solté un suspiro, camine hacía la puerta y juro que era como ir hacía el infierno, tome la manilla con manos temblorosas y cuando abrí sentí como el corazón se me paraliza, él estaba frente a mi, ni siquiera había escuchado la puerta pero, él seguro que si estaba frente a mi.

— ¿Porqué tardas tanto? — dijo gruñendo, sus nudillos estaban llenos de sangre y su pecho rasguñado. La habitación de mi madre estaba cerrada pero claramente podía escucharla llorar.