Mi Omega [Bl]

Capítulo 2: Una excusa evidente

–No soy tan importante como para que esto me afecte– le aseguré con una sonrisa– de hecho, en el peor de los casos, perderé mi trabajo– continué diciendo mientras me daba el derecho de acercarme más, incluso pasé por el lado de su escritorio para girar su silla y en los reposabrazos apoyé mis manos quedando muy cerca de él– será mejor que nos llevemos bien, señorito–susurré acercando mi mano derecha para sostener su mentón y acaricié su labio inferior con mi pulgar.

–¿Cuánto quieres por ello? –preguntó.

–No, jefe, no quiero dinero– le aseguré con diversión, verlo tan preocupado era invaluable, de hecho, me acerqué peligrosamente a sus labios deseando ver sus reacciones.

Algo curioso de recalcar fue el hecho de que sus ojos se centraban en mis labios como si quisiera que lo besara, no creo que yo le guste ¿o sí?

No creo, más bien es más probable que aun quede parte de su celo, además como soy un alfa él se deja llevar por la situación, es casi imposible que yo pueda gustarle, sólo soy un simple trabajador con la apariencia de un modelo, o al menos eso dice Izan.

Claro que, no podía dejar mi juego hasta allí, así que lo besé y en medio del beso una sonrisa se escapó de mis labios tras notar como él cerraba sus ojos, incluso parecía que disfrutaba del beso, mientras que yo sólo pensaba en lo divertido que era esto.

David es un sujeto orgulloso que jamás podría decirme si le intereso o no, es arrogante, desconfiado, incluso es capaz de sacar de quicio a cualquiera por la forma en la que se comporta, a veces es tan molesto, pero es interesante saber que sus labios calzan casi a la perfección con los míos, algo que me motivó a profundizar el beso, creando casi sin darme cuenta un beso mojado.

Su lengua es suave, incluso diría que tierna, ayer no me centré en ello cuando me la estaba chupando, sin embargo, es bueno usando su lengua, se siente bien besarlo, hasta mezclar mis feromonas con las suyas era capaz de sentirse bien tras besarnos.

Sin querer me dejé llevar más de lo que tenía planeado, aunque una vez que corté el beso, le sonreí con cierta diversión cortando el hilo de saliva que me unía a él. Su mirada parecía deseosa, sus ojos brillaban y sus suaves labios se pusieron un poco rojizos, algo que me motivó a morder su labio inferior de forma suave.

–Nos vemos, jefe– me despedí con diversión antes de caminar hasta la salida completamente desinteresado, aunque por dentro deseaba reírme, me encantan sus expresiones, jamás pensé que podría verse tan lindo, pero está claro que no puedo interesarme en él, como dije, es un sujeto orgulloso que no me dejará entrar en su vida.

Como ya son las cinco, caminé directamente hacia mi oficina en busca de mis cosas, estaba agotado, lo único que deseaba era llegar a mi cama y dormir, por ello, me apresuré a marcharme, no quise distraerme con nada más, una vez que me despedí de mi equipo de trabajo, simplemente caminé hacía mi auto y me fui directamente a mi casa.

Ya estando allí me metí a bañar y poco después me dejé caer a la cama completamente cansado, de hecho, estaba tan agotado que no me desperté hasta el siguiente día cuando mi alarma sonó.

Como todas las mañanas me levanté, me duché, me vestí, desayuné y me fui al trabajo para llegar temprano, como ahora tenía mi auto no tuve ningún inconveniente, sin embargo, cuando llegué a todos los empleados les estaban registrando sus teléfonos en busca de las grabaciones robadas. Fue muy gracioso ver a David en la entrada, era obvio que él planeaba borrar las grabaciones de esta forma, sólo que mientras desayunaba pasé los archivos a mi laptop.

–Su móvil por favor– me dijo un encargado de seguridad.

–Claro, tenga– dije viendo como esté lo recibía y se lo entregaba a David, quien buscó rápidamente entre mis cosas a medida que yo no podía contener mi sonrisa triunfal, ya que claramente no encontró nada más que mis fotografías, e incluso algunas de Izan, quien poco después apareció detrás de mí.