Capítulo 36

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—Ese bastado se le está apegando demasiado— dije en voz alta con la voz completamente enfadada.

Pensé en entrar, incluso discutir, pero estaba con Eliot, así que opté por marcharme y conduje directo a la casa de mis padres, quería disimular que no me importaba, quería creer que no pasaba nada, de hecho, sé que no pasará nada, sé que David me ama, incluso puede que él me ame mucho más de lo que yo lo amo a él.

Es evidente que me está dando "un poco de mi propia medicina" y sí, ya entendí, no debo ponerlo celoso, porque definitivamente él ganará, estoy seguro de que siempre lo hará justamente porque sé lo bueno que es tenerlo como esposo, sé que no soy el único alfa del mundo, es evidente que no soy el mejor, pero también sé que me eligió como esposo y al mismo tiempo, como el padre de su hijo.

No puedo evitar sentirme mal, al principio me divertía, verlo celoso realmente me genera ternura, eso no lo voy a negar, pero provocarlo más, ese fue mi error y estoy pagando por dicho error.

En fin, decidí dejar de pensar en ello, tengo que disculparme adecuadamente más tarde, así que me centré en el camino de la carretera y unas dos horas más tarde mi pequeño comenzó a llorar, parecía hambriento, así que aparqué en una estación de servicio y me bajé para sacarlo conmigo del auto.

Sabía que David había puesto un biberón para Eliot, por ello, pedí un microondas y calenté la leche de mi bebé, luego regresé con él al auto y sentado en el sitio de copiloto, lo alimenté tranquilamente antes de retomar el trayecto, sólo que esta vez Eliot estaba dormido.

Cuando llegué a casa de mis padres, lo primero que hice fue subir a mi bebé a la habitación en donde nos quedaremos, era una habitación matrimonial, pero que tenía una puerta que daba a una pequeña habitación que mis padres adaptaron para su amado nieto. La habitación tenía de todo, una cuna, juguetes, ropa para bebé, zapatos, perfumes, pañales y más cosas.

Como sabía que debía cambiar el pañal de Eliot, lo hice mientras él dormía y lo vestí abrigadamente para seguido dejarlo dormir. Cómo el viaje había sido un poco aburrido y como tenía frío, decidí bañarme para la celebración que habría más tarde.

Lo que no pensé, fue en el hecho de que dejé mi maleta en el auto, sólo tengo dos manos, con una sostenía a Eliot y con la otra tomaba su maleta, así que tuve que atarme una toalla alrededor de la cintura y bajar en busca de mi maleta.

Mi madre claramente se rio de mí, pero no me ayudó, dijo que sería divertido verme semidesnudo saliendo de casa cuando claramente está nevando. Debo reconocer que nunca había mantenido tanto la respiración, además llegó David, quien claramente me miró y carcajeó entrando conmigo a casa, la única diferencia es que trataba de no reírse, sin embargo, entendía por qué le divertía la situación.

—Si se encoge no podrás darme otro nieto— se burló mi padre mientras David reía el doble.

No me causaba gracia, de hecho, como una forma de decir que no pasó nada, tomé la mano de David y por encima de la toalla la acerqué a mi entrepierna— ¿se hizo pequeño? —pregunté, por lo que David miró a mis padres y alejó su mano.

—Como un mani— mintió mientras mi madre reía a carcajadas junto a mi padre.

Claramente decidí subir a la habitación, si seguía semidesnudo en el inicio de la escalera, sus palabras se harían realidad, por ende, me apresuré a subir mi maleta y busqué entre mis cosas lo que pensaba ponerme. David subió un par de minutos más tarde, pillándome desnudo frente a la cama, ya que en la orilla de esta acomodé mi vestimenta.

David no dijo nada, él simplemente me miró de pies a cabeza y luego se acercó al cuarto de armario con tal de ordenar su vestuario, le incomoda mucho no tener un orden con su ropa, de hecho, odia que su vestuario se arrugue, por ende, era de esperarse verlo acomodar su ropa al nada más llegar.

Mi Omega [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora