Capítulo 32

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...Un mes después...

Por fin hemos comprado una casa, todo esto a la par que trabajamos y organizamos los preparativos para nuestra boda, algo que planeamos hacer dentro de dos meses, ya que David me aseguró que no deseaba tener un vientre tan voluminoso el día de su boda.

Se supone que tendrá tres meses, así que no será tan evidente el hecho de que está embarazado, algo que parece bastante importante para él, ya que quiere lucir bien en su traje de novio.

Por supuesto que estamos un poco estresados, trato de que él no se preocupe, pero claramente hemos hablado con muchas personas y hemos organizado diversas reuniones que nos han hecho colapsar un poco. Por un lado, contratamos a gente para crear un nuevo sitio en la casa, David quiere más ventanas en la casa y cambiar los suelos, algo que evidentemente no podemos hacer por nuestra cuenta.

Nuestro plan es mudarnos luego de casarnos, así que por ahora todo es un caos, cuando visitamos la casa todo es un desastre, incluso el jardín lo es, ya que queremos una piscina en el jardín. La casa le gusta muchísimo a David, ya que parece un castillo, además como cada vez está tomando mejor forma debido a los arreglos, se siente muy emocionado por comenzar a decorar nuestro hogar.

Por otro lado, la boda la quiere realizar en una parte de nuestra casa, ya que tenemos mucho terreno muy lindo en donde con las decoraciones adecuadas, podríamos crear un sitio muy romántico, sólo que antes debemos terminar la casa y se supone que hoy está todo listo para comenzar a pintar.

Yo no quiero que se esfuerce demasiado, así que me aseguraré de que no haga nada que pueda afectarle al bebé. Por supuesto que, una vez que llegamos a la casa, pude ver el desastre que deja las remodelaciones, la casa sin duda necesitaba de una limpieza exhaustiva para ver adecuadamente el suelo, pero como barrer era sencillo, dejé que David lo hiciera justamente porque él deseaba ayudar.

Por supuesto que teníamos a varias personas ayudándonos, no podremos tener las cosas a tiempo si no fuera por la ayuda que recibimos, pero aun así me preocupa David, ya que últimamente está teniendo náuseas y se marea con facilidad.

Como yo estoy a cargo de pintar, estoy constantemente paseándome por la casa para chequear a David, así que, tras terminar una habitación, decidí aprovechar que la pintura se debía secar para bajar y ver cómo estaba levantando unas cajas.

—¡Deja eso ahí! —le chillé bajando las escaleras corriendo— la gente embarazada no puede levantar peso— le recordé tomando las cajas, no estaban pesadas, pero aun así está prohibido que cargue peso, aunque sea poco.

—No estaba pesado...—me dijo sonriendo.

—Aun así, sabes que no puedes cargar cosas— dije mientras él me acompañaba a dejar las cosas al gigantesco bote de basura que tenemos en la entrada de casa debido a las remodelaciones. Se supone que luego desaparecerá y nuestra entrada será preciosa sin aquel conteiner de basura.

—¿Tienes hambre? Antes pidieron comida— me anunció tomándome del brazo.

—Claro, ¿tu comiste? —quise saber.

—No, no me gustaba el olor, así que decidí salir al jardín a esperar— me respondió con una sonrisa.

—¿A esperar qué? —quise saber.

—A que el papá de mi bebé me dé su postre...—dijo en un tono juguetón, haciéndome entender que mi postre era helado.

—¿Qué comerás aparte de eso? —quise saber mientras nos encaminábamos a la cocina, está prácticamente vaciá, pero al menos hay una pequeña nevera y una mesa.

Mi Omega [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora