Mi Omega [Bl]

Capítulo 9: hablemos

Luego de casi cinco horas mis compañeros estaban más tomados de lo habitual, lo peor es que sólo es lunes, lo que significa que mañana debemos seguir trabajando, pero como estaban todos muy felices, no quise recordárselos, simplemente dejé que bailaran, cantaran o lo que hiciera falta con tal de dejarlos disfrutar de su limitada felicidad.

–Jefe...–habló Elena borracha– usted es taan lindoo– le decía haciéndome reír tras con su dedo picarle la mejilla a nuestro jefe, eso sin duda será algo de lo que se arrepentirá mañana– ¿vio la foto? Se ven muy lindossss...–añadió mirándome y hasta se levantó del asiento para obligarme a ponerme a su lado, muy cerca, mientras que ahora todos estaban frente a nosotros observándonos.

–Ag... necesito una foto...–dijo Fernanda mientras buscaba su móvil.

–Deberían casarse...

–Chicos, paren– les dije, me estaban poniendo nervioso– por hoy ya ha sido suficiente, será mejor que nos vayamos.

–Les pediré un auto de la empresa– habló David llamando al chofer que se encargaría de llevarlos a casa.

Pasaron sólo veinte minutos cuando el chofer llegó y con cierto esfuerzo puse a todos en el auto, como mi casa estaba cerca no vi necesario irme en auto, aunque no pensé en el hecho de que me quedaría a solas con David, siendo sinceros, yo creí que se iría de inmediato.

–...

Ambos nos quedamos en un completo silencio mirando en dirección al trasporte de los chicos, era obvio que ahora era nuestro turno de marcharnos, sólo que él me dijo "Hablemos" con una expresión completamente seria y buscaba la forma de que mis ojos se encontraran con los suyos.

–Si es por trabajo, lo hablaremos mañana– le dije deseando marcharme en dirección a mi auto.

–¡Espera! –me dijo tomándome del brazo para detenerme– no es por trabajo, por favor, escúchame.

–Estoy cansado– le dije queriendo irme cuanto antes, sólo que él se puso frente a mi camino y con las mejillas completamente sonrojadas se paró de puntitas para así robarme un beso de aquellos que solamente él podría darme.

Fue un beso tierno, pero parecía buscar algo más malicioso, ya que rozó su lengua tímidamente por mi labio pidiéndome permiso para entrar. Por supuesto que la dejé entrar, deseaba ver hasta donde pensaba llegar y sin duda sus manos tomándome de las mejillas me aseguraban que no podía apartarme hasta que él así lo quisiera.

Me sentía muy bien tras rozar sus labios, mi cuerpo instintivamente lo deseaba tener más cerca, así que deseé acercar mis manos a su cintura, sólo que antes de que pudiera envolver mis brazos alrededor de su cuerpo, él con la respiración agitada cortó el beso y viéndome a los ojos perdía toda su valentía.

–Yo no me refería a lo que piensas...–dijo tímidamente– me gusta salir contigo a cenar, pero aquel día mi padre se refería a si éramos p-pareja...–añadió bajando la cabeza– y... no lo somos...

–Te gusto– dije tomándolo de la barbilla para que me viera a los ojos, él tenía las mejillas sonrojadas y claramente sus ojos me lo aseguraban a gritos.

–N-No... yo...–decía nervioso.

–No lo pregunté– dije acercándome a sus labios– te gusto...–repetí rozando sus labios con los míos– pero...–le robé un pequeño beso– ¿Qué quieres que haga al respecto? –pregunté acariciando su mejilla con mi pulgar.

–R-Responsabilizate...–me dijo afirmando mis palabras, algo con lo que no pude evitar sonreír.

–¿Ves? –dije con diversión– te gusto– repetí tomándolo de la mano arrastrándolo conmigo.