Mi Omega [Bl]

Capítulo 7

...Cuatro días después...

Viajar a la casa de mis padres sin duda era lo que necesitaba para distraerme, Izan y yo estábamos siendo consentidos todo el tiempo, incluso visitamos varios sitios turísticos de mi ciudad natal y sus alrededores.

Además, como ayer tuve mi ciclo de calor, me siento mucho mejor, mi acompañante logró completar mis expectativas, no me sentí satisfecho a un 100%, pero al menos mis pensamientos se tranquilizaron. Por otro lado, Izan ha logrado recuperar su alegría y sus energías nuevamente regresaban, ambos estábamos siendo los mismos de siempre.

–¿Cuándo se casarán? –preguntó mi padre tras Izan y yo mantenernos en el sofá jugueteando, él se encuentra sentando sobre mi abdomen haciéndome cosquillas como una forma de ganarme en su juego.

–A los ¿30? –me preguntó Izan con una sonrisa.

–Sí, puede ser, siempre y cuando no consigas pareja– respondí acercando mis manos a su cuerpo para hacerle cosquillas.

–¡Tiempo! ¡Tiempo! –pedía entre risas casi sin aire mientras mi padre apoyaba sus codos en el borde del sofá para vernos de cerca.

–¿Y cuándo regresarán? –preguntó– sin duda tu vida se estabilizaría si regresas– me aseguraba.

–Pero disfruto trabajar allá, me gusta mi equipo– le aseguré.

–Puedo encargarme de ello– me aseguró.

–Papá, aún no necesitas de mí, ni siquiera estás cerca de retirarte– le aseguré mientras Izan concordaba conmigo.

–Me gustaría trabajar con ustedes, sin duda en esta empresa ganarían mucho más– me trataba de convencer.

–Si tanto me extrañas sólo deberías decirlo– le dije tratando de evitar el tema y molestarlo– Izan ¿no crees que deberíamos atacarlo? –le pregunté.

–¡Al ataque! –chilló Izan antes de que mi padre saliera corriendo, sin duda odia las cosquillas, por lo que ambos salimos detrás de él como dos niños pequeños, de hecho, involucramos a mi madre en el proceso.

Yo sé perfectamente que mis padres nos extrañan, cada que venimos nos aseguramos de pasar el mayor tiempo posible con ellos, incluso "los recargamos de amor" o al menos así lo ha nombrado Izan.

Cuando vengo a la casa de mis padres suelo poner mi teléfono en "modo avión" para no recibir llamadas, de hecho, sólo tomo mi móvil un par de minutos o bien, para tomar fotografías como recuerdo.

Como no tengo una pareja a la que darle explicaciones de mi desaparición, no me preocupo por las llamadas, de todas formas, seguramente si lo prendo recibiré llamadas del trabajo y no planeo trabajar en mis vacaciones, de hecho, solamente quiero disfrutar al máximo de mis días aquí.

......

Otra vez es lunes, hoy debo trabajar y luego de una semana levantándome a las once o doce de la tarde no deseo regresar al trabajo, pero como le compré pequeños regalos a todo mi equipo, me sentía un poco ansioso por regresar y verlos.

Lo bueno es que me encontré con Elena y Gustavo en la entrada, así que se me apegaron cariñosamente mientras preguntaban por su regalo, ellos simulaban ser codiciosos, incluso decían "si no es un diamante, no me hables" haciéndome reír a medida que nos encaminábamos al ascensor en donde mis ojos sin desearlo se encontraron con los de mi jefe.

Por lo que deduje, las puertas del ascensor se acababan de cerrar cuando nosotros lo llamamos, así que tuvimos que compartir el ascensor junto a varios trabajadores más, quienes naturalmente al nada más entrar tuvimos que saludar al jefe.