Capítulo 3: te necesito

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–¡nngh...! –gimió a medida que su cuerpo temblaba de placer por culpa de mis dedos rozándose en su próstata, o mejor conocido como "punto p"

Su cuerpo sin duda parece cansado, he logrado que se corra unas cuatro veces y todas de una forma diferente tras mantenerme con la idea fija de encontrar todos sus puntos sensibles, además como tenía que aprovechar el momento de sumisión que ahora mismo tiene, no deseaba acabar nuestro momento tan rápido.

Además, como hasta ahora él ha sido el único que se ha corrido, sus mejillas se mantienen sonrojadas al convertirse en el más expuesto de los dos, partiendo por el hecho de que está completamente desnudo y yo sigo igual que antes, es decir, continúo utilizando un pantalón de color gris que mantiene mi pecho expuesto.

Su entrada se siente mojada, incluso dilatada por culpa de mis dedos que han creado el espacio suficiente como para dejarme entrar, aunque aún sentía que faltaba algo más, quería verlo más avergonzado, hacerlo suspirar y gemir el doble de lo que hasta ahora lo ha hecho. No nos veremos en dos días, sin duda debo encargarme de dejarlo agotado física y mentalmente para que no tenga oportunidad de pensar en nada más que no sea en mí.

Ahora mismo sé que está cansado, pero sus ojos me expresan deseo, sus caderas no dejan de buscarme y su orgullo no le permite pedirme lo que desea, algo que me motiva a molestarlo. Sé que en el trabajo él es quien tiene el control, puede hacer lo que desee conmigo, pero en la cama es todo lo contrario, aquí quien está por encima soy yo y eso me hace jugar con su orgullo.

Por un momento pensé en penetrarlo y acabar con su deseo, pero preferí continuar rozando mis dedos en su interior de una forma lenta y hasta abría mis dedos como tijeras, todo esto mientras su boca era dominada por la mía permitiéndole que sus gemidos envueltos en suspiros terminaran en mi boca.

De cierta forma esto lo hacía para qué Izan no tuviese la oportunidad de escuchar, sé que bebió bastante, seguramente se mantiene completamente dormido, aunque igualmente debo prevenir, no puedo causarle un momento tan incómodo a él, a pesar de que no me importa causárselo a David.

–mmmgh...–gimió envolviendo sus brazos alrededor de mi cuello a medida que me abría un poco más sus piernas tras colarme entre ellas.

Solamente buscaba ilusionarlo tras hacerle creer que lo penetraría, pero no lo hice, de hecho, comencé a dejar salir mis feromonas con mayor intensidad sabiendo que eso lo volvería loco y como sus caderas pronto se fueron moviendo más deprisa, me ayudó a verificar cuan ansioso estaba por ser penetrado.

–Haah...–jadeó cortando el beso– p-para...–me dijo tomándome de las mejillas de una forma que me resultaba tierna, aunque su mirada deseosa no lo acompañaba.

–Muy bien...–dije robándole un corto beso– dejémoslo hasta aquí...–susurré sabiendo perfectamente que a eso no se refería.

–No...– me dijo dirigiendo su mano derecha hasta mi entrepierna por encima de mi pantalón casi como si buscara verificar que estuviese duro– yo quiero...–añadió introduciendo su mano para tocarme de mejor forma.

Su mano tenía la temperatura perfecta como para causarme un cosquilleo en la entrepierna que deseaba desatar dentro de él, pero no estoy satisfecho, quiero verlo más deseoso.

Una forma de conseguirlo fue dejando que me recostara en la cama para acomodarse apropiadamente y así posicionar su cabeza a la altura de mi entrepierna, la cual sacó de mi pantalón para comenzar a juguetear con la ayuda de su boca.

Su respiración se sentía caliente, su lengua sin duda sabía cómo complacerme, además como estoy sentado con la espalda apoyada en la cabecera de la cama, él se posicionó en cuatro dejando su trasero levantado. Me gustaría verlo por detrás, su entrada ha de estar muy rosita, pero como se aferraba a mi entrepierna con su boca, simplemente apreté sus nalgas con firmeza y sutilmente rozaba mis dedos en su entrada de vez en cuando.

Mi Omega [Bl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora