Fue un verano de 1944.
El pelotón de Jungkook fue enviado a una misión de reconocimiento. Él, por ser el teniente, era el líder de la expedición.
Llegaron cerca a la zona que debían explorar y decidieron armar su campamento en la noche para partir en la mañana.
Pero mientras todos dormían, a Jungkook lo secuestran. Le vendan los ojos y lo llevan lejos, muy lejos de sus soldados.
Cuando le quitan la venda está de rodillas en frente de 3 vampiros, quienes ocultan sus caras con máscaras venecianas.
Las cosas eran muy sencillas: Jungkook había roto los mandamientos y debía ser condenado a la peor de las muertes. Él intentó rogar por su vida, incluso intentó explicar las cosas buenas que hacía por los humanos. No lo escucharon.
Sin embargo le dijeron que había una forma de expiar sus pecados: tenía que crear un vampiro. Pero tenía que ser bajo dos condiciones: primero, debe ser una persona pura de corazón; y la segunda, no debe beber su sangre.
—Pero eso es imposible —replica Jungkook— Es antinatural.
—Pero no para ti...
—Podrías hacerlo si quisieras. Tú vives rodeado de soldados que se desangran en la guerra y no caes ante la tentación. Si puedes hacer eso, podrás morder a un humano y no beber su sangre.
Jungkook cuestiona porque querrían a un vampiro tan especial, pero los tres lo mandan a callar. Él acepta. Le dan un mes para cumplir su promesa.
Mientras tanto, El pelotón de Jungkook se percata de su ausencia. Inmediatamente, envían a un mensajero hacia la base militar reportando el acontecimiento.
Sin embargo, deciden continuar su expedición sin su teniente, sin saber que todo era una trampa y nadie viviría para contarlo.
Después de ser liberado, Jungkook vuelve al campamento de su pelotón. Siente una leve sensación de orgullo al ver que sus hombres siguieron con la misión pero el hedor a muerte lo perturba. Se guía por el olor a sangre de uno, dos, veinte hombres... Muertos, todos han muerto.
Cuando Jungkook vuelve a su base, los altos mandos ya estaban al tanto de su ausencia. Le piden una explicación y la respuesta que él da ni él mismo se la cree. Nadie le cree.
Todos, incluso aquellos que se hacían llamar sus amigos, aquellos que entrenaron con él, aquellos que aprendieron de él, incluso aquellos a los Jungkook le salvó la vida, lo tacharon traidor. Eso lo deprimió bastante.
Pero Jungkook ahora tenía algo más grave que resolver: ¿A quién convertiría en vampiro? ¿Quién era una persona pura de corazón? Solo conocía a una: Seokjin. ¿Estaría bien? Él estaba enamorado de él y tal vez Seokjin sienta lo mismo... Tal vez podrían estar juntos para siempre... Si, eso podría funcionar.
Seokjin entra a la carpa de Jungkook. Él no cree en las acusaciones que hacen en su contra.
—¿Tú crees que soy inocente? —preungunta Jungkook
—¡Claro que lo creo! Tú jamás harías algo así —responde Seokjin.
—Tú eres una persona pura de corazón. Tú no juzgas a nadie. Por eso puedes ver que soy un hombre bueno.
—¡No digas ridiculeces! No soy un santo. Pero ciertamente no soy un hipócrita. Yo no te daría la espalda solo por unos rumores.
—Aún así, eres la mejor persona que conozco.
—Kook, dime la verdad. ¿Qué fue lo pasó realmente?
Jungkook no lo piensa dos veces y besa a Seokjin.
—No quiero hablar de eso. Prefiero besarte —Jungkook vuelve a besar a Seokjin—. Si no te resistes, es porque te ha gustado.
—No es eso —contesta Seokjin, nervioso— ¡No trates de cambiar el tema!
Jungkook vuelve a besar a Seokjin y sonríe picaronamente. Seokjin le asegura que alguien podría descubrirlos.
—Entonces no hagamos ruido—asegura Jungkook.
Jungkook vuelve a besar a Seokjin y este último lo corresponde. La intensidad del beso se magnífica, sus corazones se sincronizan y sus almas piden a gritos volverse una. Se desnudan, se besan, se acarician, se arañan... Confluyen y bailan en perfecta armonía con sus gemidos en vez de música. Esa noche desahogaron años de agonía.
Seokjin duerme pacíficamente al lado de Jungkook. Jungkook lo mira con lágrimas en sus ojos. Se maldice así mismo por lo que está a punto de hacer. Se pone encima de Seokjin, despertándolo.
—¿Acaso quieres más? —pregunta Seokjin, con voz ladina.
Jungkook solo quiere probar los besos de su amado una vez más, Seokjin posa sus manos sobre las caderas de Jungkook creyendo que volverán a hacer el amor. Jungkook besa los labios de Seokjin, besa sus mejillas y muerde levemente sus orejas y finalmente, disfrazando su mordida con un beso, entierra sus colmillos en el cuello de Seokjin.
Seokjin empieza a ver las cosas borrosas y se desmaya, producto del veneno del vampiro.
Cuando Seokjin despierta, está lejos muy lejos de su campamento. Jungkook le confiesa que es un vampiro y que está profundamente enamorado de él y que lo convirtió en uno para estar eternamente juntos. A Seokjin no le parece para nada romántico, se siente usado y traicionado. Huye del lugar y Jungkook trata de seguirlo, pero Seokjin es tan veloz como la luz misma y Jungkook le pierde el rastro. No se volvieron a ver nunca más.
A sabiendas de lo que le esperaba, Jungkook crea un plan B para salvar su pellejo. En el fondo sabe que hay algo turbio detrás de eso, además de que antes de que Seokjin se alejara de él vio sus ojos de diamante, algo que claramente no había visto antes. Escribió una carta y la roció con un perfume que solo él conocía y la envió al mismísimo Conde Drácula. Cuando le contó esto a sus captores les propuso un nuevo trato: le perdonarían la vida y no volverían a molestarlo a cambio de su silencio y de rastrear la carta y destruirla antes de que llegara a manos de Drácula. No tuvieron más opción que aceptar.
Cómo podemos ver, Jungkook fue sólo otra marioneta en este enredo.
Aún así espero que les haya gustado y le den una estrellita :3
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Los diez mandamientos de los vampiros [YOONMIN]
FanfictionYoongi es un vampiro que ha roto las reglas y está metido en problemas. Jimin es un humano que se ha enamorado de un monstruo. ¿Podrán estos dos llevar una vida normal aún conociendo sus secretos?