Seúl, Corea. 15 de septiembre de 1945
Ya había pasado un año desde que Seokjin se convirtió vampiro. A ese punto ya era consciente de sus hermosos ojos de diamante y de su capacidad para comer comida humana. Nunca tuvo idea de lo peligrosa que era su existencia, pero sus instintos le advertían que nadie, absolutamente nadie, podía saber lo especial que era.
Cada año, los Bae hacen una fiesta para todos los vampiros de Corea en el festival de Chuseok. Seokjin decide asistir para conocer más vampiros.
Namjoon asiste con todos los Kim.
Cuando Namjoon y Seokjin se ven por primera vez, fue un flechazo. Aún no lo sabían, pero a partir de ese momento, no podían vivir sin el otro. Namjoon le dice a Seokjin que se una a su familia y Seokjin acepta gustoso.
Todos los Kim amaron a Seokjin. Era muy carismático y cariñoso con todos. Esto era muy útil cuando le pedían que mostrara sus ojos, siempre se las ingeniaba para desviar la conversación. Namjoon sospechaba del comportamiento de Seokjin, pero estaba tan fascinado con él que no le dio importancia.
Debido a su hipersensibilidad, Namjoon solía pasar la mayor parte del día encerrado en su habitación. Para soportar su aislamiento, él le pedía a uno de los miembros de su familia que pasaran el día con él. El amaba a sus compañeros, pero sabía que ellos sólo trataban de impresionarlo. Pero Seokjin, a él no le importaba impresionarlo, él era él mismo y eso solo fascinaba más a Namjoon. Namjoon solía pasar más tiempo a solas con Seokjin. Namjoon estaba seguro de dos cosas: estaba perdidamente enamorado de Seokjin, pero algo muy raro le pasaba.
Por su parte, Seokjin, le gustaba las atenciones que Namjoon tenía con él. Sentía que Namjoon era una persona de confiar y que si descubría lo especial que era, él lo entendería, aunque aún no se resolvía a decirle la verdad.
Un día, por alguna razón empezaron a reír mucho, a carcajadas. Seokjin para de reírse al recordar que el volumen de su risa lastimaba los oídos de Namjoon.
—Lo siento —dice Seokjin.
—Está bien, me gusta oírte reír. Tu risa es la más bella de todas.
Seokjin se sonroja. Su corazón late con fuerza. Siente la necesidad de estar más cerca de Namjoon. Empuja a Namjoon contra su cama y se pone encima de él.
—¿Puedo? —pregunta Seokjin.
—Puedes —responder Namjoon.
Seokjin besa a Namjoon y este le corresponde. Esa noche, se entregan el uno al otro, toda la noche, hasta agotar todas energías. Namjoon se duerme en pecho de Seokjin.
Cuando Namjoon despertó, descubre, por fin, el secreto de Seokjin.
—Jin... —dice Namjoon, asustado— Tus ojos... ¡Son cómo diamante!
Seokjin se mira a un espejo y nota que sus ojos cambiaron. Se siente avergonzado pero admite que no le ha mostrado sus ojos a nadie nunca.
—Por favor, no le digas a Sook y a Suran —dice Seokjin riéndose—. Son demasiado vanidosas y creo que se pondrían celosas.
La reacción de Seokjin es muy calmada. Namjoon asume que Seokjin no sabe la gravedad del asunto... Pero ¿debería decirle?
Seokjin nota que Namjoon está demasiado preocupado. Abraza a Namjoon y lo mira fijamente a los ojos. Namjoon no se siente capaz de decirle la verdad.
—¿Sucede algo, Namu? —pregunta Seokjin.
Namjoon resuelve mentirle a Seokjin. Le dice que su categoría es tan pero tan rara que si los Padres de las casa Principales más grandes y poderosas se dan cuenta sus cualidades lo querrían tomar como un trofeo, como una mascota y lo alejarían se su lado. Seokjin le cree, lo besa y le afirma que hará todo lo posible para ocultar la "verdad" .
Namjoon le da vueltas al asunto por días. Lo más sensato sería matar a Seokjin. Era su deber, así que un día mientras Seokjin dormía, Namjoon toma su antigua espada de cazador y se dirige al cuarto de su amado.
Empuña la espada decidido a matarle pero al verlo ahí, tan bello, tan inocente, tan puro, duda acerca de sus decisión y reconoce que perderlo sería la cosa más dura que podría pasarle. Deja caer su espada, despertando a Seokjin. Namjoon se pone encima de él, llorando y diciendo que lo amaba. Seokjin estaba muy confundido.
—¿No pudiste esperar hasta mañana para decírmelo?
—No.
Namjoon besa desesperadamente a Seokjin quién rápidamente se emociona tanto como él. Hacen el amor una vez más y al final, Namjoon le jura que no permitirá que nadie lo aleje de su lado.
Creo que les debía esta historia. Espero le den amor ❤️❤️❤️
ESTÁS LEYENDO
Los diez mandamientos de los vampiros [YOONMIN]
FanfictionYoongi es un vampiro que ha roto las reglas y está metido en problemas. Jimin es un humano que se ha enamorado de un monstruo. ¿Podrán estos dos llevar una vida normal aún conociendo sus secretos?