Capítulo 33.5: El secreto de Jungkook

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Busan, Corea. 1 de octubre de 1912

Jungkook vivía sólo con su madre porque su padre y hermano mayor murieron en un accidente cuando él sólo era un bebe. A pesar de que su madre trabajaba hasta el cansancio y casi nunca estaba en casa, Jungkook la amaba con todo su corazón. Él no tenía a nadie más.

Aquella tarde de otoño, Jungkook presenció algo que ningún niño de 11 años no debería presenciar.

Jungkook regresó de la escuela como era debido y entró alegre a su casa. Pero su sonrisa se borró cuando vio a un vampiro bebiendo la sangre de su madre, quien estaba tan distraído que ni siquiera se dio cuenta de la presencia del chiquillo.

Cuando el vampiro se sintió satisfecho sintió una mirada extraña. Se dio la vuelta y encontró a Jungkook, completamente paralizado aún parado en la entrada de su casa. Por el miedo en sus ojos el vampiro dedujo que Jungkook presenció todo.

El vampiro no se acobardó e inmediatamente tomó a Jungkook con él (a la fuerza) y se lo llevó a Ulsan, al palacio de los Kim, dónde admitió su error al permitir que un humano descubriera su identidad. Como esto era una violación al noveno mandamiento, fue castigo inmediatamente.

Cuando Jungkook entró al palacio de los Kim se escondió detrás de un armario y no salió por horas. Todos intentaron animarlo a salir pero el chico realmente estaba aterrorizado. Kim Namjoon tuvo que intervenir y el resultado fue prometedor. Había algo en la mirada de Namjoon que hizo sentir a Jungkook más tranquilo. Él vio en Namjoon a alguien que podría protegerlo. Jungkook salió del armario y se pegó a Namjoon, agarrando con sus manitas su ropa por detrás y seguirlo a cualquier lugar.

Ahora Namjoon tenía un problema: ¿Qué se supone que debe hacer con el chico? No puede simplemente matarlo porque es un niño y tampoco puede devolverlo al mundo humano. Se sentía tan agobiado por la situación que mandó a llamar a Bae Meijin y a Ghim Choi (quién en ese entonces era el padre de la Casa Principal Choi que se disolvió después de la Guerra de Corea).

Ellos podrían tardar unos días en atender el llamado de Namjoon, por lo que Jungkook se quedaría en palacio por un tiempo.

Sook, una vampiresa miembro de los Kim, preparó una habitación para Jungkook pero cuando Namjoon quiso dejarlo, Jungkook se negó a quedarse solo. Namjoon no tuvo más opción que acompañar a Jungkook esa noche y muchas otras noches más.

La sensación que le producía era rara. Namjoon siempre quiso ser padre, y ahora tenía a su cargo a un niño. Rápidamente se encariñó con Jungkook a pesar de que su corazón le decía que no lo hiciera, porque lo más probable es que tenga que acabar con si vida.

Meijin y Choi no fueron de mucha ayuda. Por un lado, Meijin creía que debían matar a Jungkook sin importar que fuera un niño y Choi creía que tenían que dejarlo vivir ya que él no tenía la culpa de lo sucedido. Y Namjoon por supuesto, no quería perder a Jungkook. Pasaron días discutiendo el asunto sin una conclusión absoluta, por lo que determinaron viajar a Transilvania y dejar todo en manos de Drácula. Luego de unos días, Drácula dio su sentencia: Jungkook quedaría bajo la tutela de Namjoon quien de encargaría de alimentarlo, vestirlo y educarlo. Cuando él se vuelva adulto él decidirá si muere o ser transforma en vampiro, pero él no puede volver al mundo humano y menos vivir como uno.

Namjoon asumió gustoso su rol como padre y Jungkook lo consideraba como tal.

En si cumpleaños número 20, Jungkook determinó que quería ser vampiro. Ese día, su familia le hizo un enorme pastel de Chocolate, siendo esa su última comida como humano.

Los primeros años fueron relativamente tranquilos, hasta que Jungkook se percató que como vampiro podía hacer más cosas que un humano promedio. Él se volvió más imperativo lo que hizo crecer en su interior una frustración al tener que someterse a las reglas de su padre.

En una ocasión, descubrió que podía usar su hipersensibilidad para detectar cuando alguien estaba en peligro y muchas veces huía de casa para hacer el papel de superhéroe. Sin embargo, le era difícil conservar la cordura en presencia de la sangre por lo que solía hacer más daños que bienes cuando pretendía ayudar a alguien. Su padre muchas veces le recordó que tenía que alejarse del mundo humano o se metería en grandes problemas. Jungkook no le hizo caso.

—Se de una forma en la que puedes convertirte en superhéroe —le dijo Taemin, uno de sus hermanos.

—¿Cuál? —pregunta Jungkook.

—Namjoon solía ser una cazador de vampiros cuando era humano. Tenía unos diarios donde escribía todo lo que aprendía de los vampiros. Si tienes suerte, él aún puede tener los diarios y ahí encontrarás una manera de controlar tu sed por la sangre.

Y Taemin tenía razón, Namjoon tenía los diarios muy bien escondidos. En uno de ellos encontró información sobre una bruja que podría hacer cualquier cosa que él quiera, con un precio muy alto. Jungkook salió en su búsqueda.

—Yo no hago milagros —dijo la bruja—. Hago magia. No puedo evitar que dejes de beber sangre humana, esa es la maldición de los vampiros y no puedo meterme con ello. Sin embargo puedo hacer que nuca pases por los síntomas de la abstinencia a la sangre, por lo que siempre tendrás el control absoluto de tus sentidos.

—¿Y cuánto tiempo puedo aguantar sin beber sangre? —preguntó Jungkook.

—Tanto como quieras y te lo permita tu cuerpo. Pero la magia tiene un precio y tendrás que entregar algo a cambio.

—¿Qué cosa?

—No puedes permitir que te maten. Si mueres tú alma será enviada a lo más profundo del infierno y sufrirás la verdadera tortura eterna y no tendrás la opción de reencarnar para vivir nuevamente como humano.

En ese momento Jungkook pensó que era una buena idea y aceptó el trato.

Como era de esperarse, Namjoon se dio cuenta de que Jungkook hurgó en sus cosas y leyó sus diarios, pero no sabía exactamente que es lo que buscaba su hijo. Jungkook guardó silencio y no admitió lo que hizo. Con un dolor profundo en su pecho, Namjoon le dice a Jungkook que oficialmente lo expulsaba de la familia Kim. Jungkook le rogó que no lo hiciera, que haría cualquier cosa a a cambio de su perdón.

—No te estoy castigando —dijo Namjoon con los ojos vidriosos—. Te estoy liberando para que puedas hacer con tu vida exactamente lo que quieres hacer. Solo prométeme que no te meterás en problemas. Ahora vete, antes que cambie de opinión.

Padre e hijo se abrazan por última vez y no vuelven a saber nada el uno del otro hasta que el destino los vuelve a reunir 80 años después.



¿Hubieran hecho el mismo trato que Jungkook?

¿Namjoon hizo lo correcto al dejarlo ir?

Si les gustó el capítulo déjenme sus estrellitas UwU ⭐⭐⭐

Los diez mandamientos de los vampiros [YOONMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora