Capítulo XIV

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Margot LeBlanc

Mis ojos no se despegaban del enorme reloj esférico, adherido por encima de la gran pizarra repleta de información absurda para la medicina. Epistemología, la materia más odiada por el plantel de alumnos. La epistemología se asemeja a la filosofía, la materia que más detestaba en mis días de preparatoria. Es similar, ya que en esta, se estudia la naturaleza, el origen y la validez del conocimiento. Se basa en estudiar la estructura lógica de los métodos empleados en las investigaciones médicas.

Justo cuando mis parpados estaban al borde de desplazarse por completos, finalizo la hora. Desplace mis brazos sobre el taburete, y enterré mi cabeza sobre los mismos. Lamentablemente, mis minutos de descanso fueron demasiados breves. Mi móvil comenzó a vibrar, al desplegar mi pulgar por la pantalla revise la causa de su vibración, tenía un mensaje de Tatiana.

Tatiana: Avisaron que no vendrá Grimaldi, ¿Quieres ir por un café?

Margot: Ok, te veo afuera

Tatiana: Mejor vente para la cafetería de enfrente

Recogí mi bolso y me destiné hacia nuestro lugar de encuentro. Allí adentro, no fue difícil encontrarla, sus rizos rojizos resplandecían por todo el lugar. Al sentarme frente ella, solo podía ver que portaba en su parte superior, una chaqueta de jean claro junto a lo que parecía ser una blusa casual negra decorada con discretos accesorios dorados.

Luego de saludarnos, se aproximó amablemente un mesero para tomar nuestra orden. Ambas pedimos un café cargado, con apenas una lagrima de leche

—Oye, no me has contado como te ha ido en el examen con Parisi –soltó la pelirroja

—He sacado 85/100 ¿y tú?

—¡¿Con Parisi?! Vaya, vaya... tenemos una niña prodigio entre nosotros –no era una bambina prodigio, simplemente me dedique a estudiar– 55/100, no será como tu examen, pero tan mal no me ha ido

Callamos nuestras risas cuando el mesero se aproximó a traer nuestros cafés

—Millan me comento que anduvieron saliendo, ¿Cómo van con ello? –en otra circunstancia, le hubiera advertido que no se acerque a mi mejor amigo, pero esta ragazza era muy buena persona

—Em... si... salimos algunas veces, nada serio –su voz se escuchaba cortada, estaba nerviosa

—Jamás te imagine con mi mejor amigo, pero creo que serían una gran pareja

En el momento que mis palabras fueron liberadas, Tatiana se tornó más nerviosa, sus mejillas estaban coloradas, casi como su cabello. Se ahogó con el café, al ver que su tos no cedía me acomode a su lado dándole toques en su espalda

—¿Te encuentras bien? ¿Quieres un vaso de agua?

—No, descuida –me dedico una sonrisa de boca cerrada– Estoy bien, solo me tomo por sorpresa esa palabra, –sabía que se refería a "pareja"– por el momento, nos estamos conociendo

—Lo entiendo –dije devolviéndome a mi lugar

Continuamos hablando de nuestros estudios, el asusto entre ella y Millan no se volvió a mencionar. Mientras me comentaba sobre sus diferencias con su familia, se apartó de la mesa al recibir un llamado, desde la lejanía podía observar cómo me mantenía una sonrisa suplicante. Antes de que Tatiana atendiera, pude reconocer el nombre que figuraba en su pantalla, Alessandro.

—¿Haces algo esta noche? –Aparto su móvil, dirigiéndose a mí, le negué con la cabeza– Bien, no iré sola –le comento a Alessandro

Fruncí el ceño, necesitaba saber a dónde me llevaría

Il falso colore delle roseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora