Capítulo XXXV

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Margot LeBlanc

—¡Vete, Millan! ¡Sálvate! –grité

Sin despegar su mirada del suelo, lanzó el vaso de whisky contra la chimenea, encendiendo aún más su llama

—¡No me iré sin ti, joder! –Dio zancadas hacia mí– O nos escapamos los dos –señalo en mi dirección– o cruzamos esa maldita puerta y nos reencontramos al final del túnel, pero que te quede claro que yo, sin ti no me voy a ningún lado

Siempre tan amoroso Milli

Más que amoroso, diría testarudo, terco y suicida

—Aquel día te dije que confiaras en mí, yo me encargaría y es lo que he intentado hacer todo este tiempo, no compliques más las cosas –deseaba con toda mi alma que no interviniera, si le sucedía algo, no me lo podría perdonar jamás– No podría vivir con la culpa de que te sucediera algo si vienes conmigo, debes mantenerte al margen de esto –mantuve mi voz firme

—Y yo no podría vivir, sabiendo que me quede de brazos cruzados viendo cómo te suicidabas

—No me voy a suicidar –refuté

—Estar al lado de Jade, ya es un suicidio

Brrrr... Brrrr...

You remind me of the babe, power of voodoo

You remind me of the babe

What babe?

The babe with the power

Abrí los ojos al instante en el que oí la primera estrofa de Magic Dance, apagué la alarma. Entorne los ojos intentando enfocarme en donde me encontraba. Me hallaba en mi rincón de la tregua o del respiro como le gusta llamarlo a Millan, dentro de la Universidad. Es un sitio apartado, previo a la llegada de la terraza en la que suelen salir los fumadores. No la conocen muchos, casi nadie pasa por aquí. Me desperecé estirando mis brazos y comencé a procesar el sueño que había tenido. No solía darle demasiada importancia, la mayoría de las veces mis sueños no tienen mucho que ver con mi realidad, son más bien personas que conozco encontradas en situaciones random. Sin embargo, este no fue así. Se me presento un caso diferente.

Soñé con algo que a decir verdad, no me lo había planteado antes. Antes de que se llevaran a Millan, él estaba intentando que nos olvidáramos de todo lo sucedido, del hecho de que estuvimos hospedados a cinco asesinos en nuestra casa, estaba intentando que volvamos a ser nosotros y reconstruir nuestra rutina.

En aquel sueño, le suplicara que me dejara con Jade, que se marchara porque no pretendía arrastrarlo a todo esto, no se lo merecía. Viéndolo en panoramas reales, eso mismo es lo que sucede. Estar con Jade, –más allá de no tener algún tipo de título que nos defina– implica un riesgo muy grande. Su trabajo, no es de por si el más seguro de todos. También me tenía que plantear un escenario que había intentado no pensar, en algún momento él tendrá que continuar con su vida rutinaria, lejos de Italia, tendría que continuar viajando con el equipo, volver a enfrentarse a muchas más escorias, que respiran el mismo aire que nosotros, solo que en diferentes países. Jade y todos deberán volver en algún momento, y se perfectamente que Millan no aceptará eso, no permitirá que me vaya con ellos, no accederá a ponerme en peligro. Por más que pueda decir absolutamente sola qué hacer con mi vida, con mi mejor amigo somos un equipo y me importa demasiado su opinión.

Todo me genera bastantes controversias, porque en mis planes no está irme con ellos, pero hay una realidad y es que ya no sé si quiero pasar tiempo lejos de él. Estas últimas semanas, hemos pasado demasiado tiempo juntos. Ya ni me acuerdo lo que era dormir o incluso bañarme sola. Tampoco puedo pretender cambiar mi vida de un instante al otro, aunque siendo sincera, mi vida ya ha cambiado y bastante. No puedo dejarlo todo, pero no creo poder sacarlo de mi existencia y hacer como si no existiera.

Il falso colore delle roseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora