Millan Brunet
Estire mi brazo con flojera hacia la mesa de noche que reposaba a un lado de mi cama, acto seguido apague el magnífico objeto que había lanzado mi increíble sueño a la basura. Me encontraba en Ibiza, dentro de un bote, el cual era conducido por Bowie mientras que a su lado DiCaprio le brindaba un vaso de whisky. En el centro del bote, nos hallábamos con Adam Sandler chocando nuestras cervezas y riendo acerca de algo que no recuerdo. Que maravilloso sueño. Hace demasiado tiempo, que no tenía noción de mis sueños al despertar.
Luego de unos minutos mirando al techo, analizando mi existencia me impulse hacia delante hasta quedar sentado sobre mi cama. Frote mis ojos y estire de lado a lado mis brazos, cuando termine de desperezarme, tomé valor y me encamine hacia la ducha. No tenía mucho tiempo, debía ir a la Universidad, así que me prepare lo más rápido posible para poder repasar por última vez mis apuntes antes del examen.
Antes de correr en busca de mi café, –jamás creí que diría esto, ciertamente Margot me había convertido en un adicto a la cafeína– recogí del suelo mi morral, acomode los papeles que llevaría para el examen –podría decir que eran las respuestas, pero hacer trampa no se me daba para nada bien– al sacudirlos, cayo un pequeño papel rojo. Sin abrirlo, conocía con exactitud de quién provenía.
Te desearía suerte, pero no la necesitas, te ira asombroso hermanito.
Ve a patear traseros, como siempre.
ML
Mi mejor amiga desde la perspectiva de alguien desconocido, podría decirse que era alguien fría, desconsiderada, sin corazón, asquerosa ante cualquier ser que respire, pero no era así, sino que es alguien completamente opuesto a eso. Si bien, Margot a veces puede ser distante, poco demostrativa e incluso puede llegar al punto de vomitarle encima a cualquier persona que se atreva a abrazarla, no deja de ser el ser más detallista en este mundo o por lo menos en mi mundo. Con ese mero gesto de dejarme una nota, mis ojos se habían cristalizados, no precisaba que me dijera que me amaba o me adoraba exactamente, con esas simples palabras ya sabía que lo estaba haciendo.
Una vez que tenía todo listo, prepare mi café bien cargado para comenzar mi día. Al montarme en el carro, el reloj de mi móvil marco las 06:30 am. Sería de los primero en llegar, lo cual agradecí, podría repasar los contenidos sin que nadie me fastidiara. El camino hacia la Universidad fue rápido, aun no amanecía, lo cual significaba que el transito era mínimo.
Dentro del salón, me aproxime a sentarme en uno de los primeros pupitres, el lugar se encontraba vacío, y durante dos horas y media estaría así. Odiaba sentarme atrás de todo, debido a que mi nivel de concentración no era el mejor. Hace un mes, había conversado con el decano para que hiciera una excepción por mí, y adelantara mis exámenes finales, la semana que debería presentarme tenía la agenda ocupadísima de sesiones y comenzarían los preparativos para el famoso desfile de Sace antes de que llegara la navidad.
Durante los minutos que restaban, previos a la llegada de la profesora, me dedique a darle una última leída a mis apuntes, el examen de hoy sería teórico acerca de algoritmos de datos y otros diez pesados temas más.
A veces, quisiera regresar a aquel día en el que me inscribí para estudiar ingeniería en informática y repensar si era realmente lo que me apasionaba. Tras el accidente de mis padres, tuve que comenzar a estudiar y trabajar aparte de asistir al colegio, por suerte la Universidad de Bellagio brindaba un plan de estudios para los alumnos que estuvieran cursando su último año, como era mi caso. Me escribí para continuar con el trabajo de mi padre, él trabajaba en el área de informática en una multinacional de alto prestigio aquí.
![](https://img.wattpad.com/cover/271404686-288-k914.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Il falso colore delle rose
Roman pour AdolescentsTodos idealizan a la vida como un color de rosas, pero ¿es realmente verdadero lo que sucede dentro de esa burbuja imaginaria?, por defecto no tengo una respuesta exacta para eso. Sin embargo, lo que si puedo afirmar es que a veces uno mismo elige a...