Margot LeBlanc
Estos últimos días han sido... ¿cómo decirlo? ¿Atroces? ¿Raros? ¿Diferentes? Justo esa era la palabra, diferentes. No estaba siendo yo o tal vez estaba saliendo a la luz quien realmente era. Tras haber asesinado a Jones, se había desatado una sensación extraña en mí. No era remordimiento ni nada similar, sino todo lo contrario, deseaba hacerle lo mismo que hice con él, a todos los bastardos que se me presenten. Principalmente a quien se había llevado a mi mejor amigo.
Mis ganas de acabar con cualquiera que se me cruzara por enfrente eran demasiado intentas, sentía que no podía controlarme. Tanto así que termine ahorcando a Oliver, en ese momento, por mi mente solo pasaba el hecho de que era un juego, de que ambos estábamos jugando. Pero no era así. No lograba diferenciar el bien del mal, no podía ver que lo estaba lastimando. Ni siquiera con la llegada del pelinegro. Alcance a entenderlo, hoy temprano cuando me choqué con él en el playroom. Había ido a buscar mi florete, para comenzar a entrenar. Debía mantener mi cabeza ocupada, no quería pensar en lo que había pasado la noche anterior con Jade y menos quería pensar en dañar a alguien. Allí estaba él sentado, aplicándose una crema en el cuello antes de colocarse los guantes de boxeo.
—¡Hey hermanita! No te había oído entrar, ¿cómo has dormido? –me dijo tan alegre como siempre, mirándome desde el reflejo del enorme espejo que adorna el lugar
No me sorprendía su actitud, siempre ha sido así. Por más que lo dañen, lastimen o traten mal, él siempre mantiene una sonrisa y trata bien a todo el mundo.
—He dormido tres horas seguidas, creo que es un logro –desganada me senté a su lado– Lo siento, Oli. No sé qué me sucedió ayer, verdaderamente lo siento
—Es normal esto que te está sucediendo, todos lo atravesamos –me dio un apretón en el hombro– No tienes de que disculparte, aunque si quieres ayudarme con esta pinche crema, no me quejare –dijo sonriendo
Comencé a masajearle y ayudarlo. Después de todo yo había causado esas marcas en su cuello.
El resto de la mañana no la pasamos entrenando. Negociamos hacer dos horas de boxeo, siempre y cuando hagamos dos más de scherma. Luego de cuatros horas intensas, nos fuimos a desayunar a una cafetería que habían abierto hace poco tiempo, cerca de casa. Ese desayuno me hizo bien y no me refiero a las tortas y al riquísimo café que nos sirvieron, sino a la compañía. Extrañaba tener mis charlas con Oliver, sobretodo porque nos reíamos más de lo que conversábamos. Eso me hizo acordar a Millan, con él me sucedía igual. Cada vez que salíamos a algún bar, las personas se quejaban de que hacíamos mucho alboroto y por eso siempre terminamos como en cinco bares diferentes, en una misma noche.
Más cerca del mediodía, ya habíamos vuelto a casa. Al subir a mi habitación, me abrumó el recuerdo de anoche, ver a Jade desnudo aún dormido en mi cama hizo que imágenes bastantes sensuales volvieran a mi mente. Los omití como pude y me acerque hasta él para cubrirlo, si bien la calefacción estaba haciendo su trabajo, algo de frío quedaba. Intente despertarlo, pero fue en vano. No hubo forma de que lo lograra. Ante mi rendición, me fui a darme un baño caliente para intentar relajarme. Aunque eso también fue inútil, mi mente recordaba una y otra vez lo sucedido con Jones, tenía grabado como sus ojos aterrorizados me suplicaban que no lo hiciera, que no lo matará. Y sin importarme, tracé un corte fino de lado a lado en su cuello.
Al salirme, Jade estaba terminando de colocarse el cinturón. No hablamos mucho, había recibido muchas llamadas de una tal Madi, quise atender por él, pero incluso para eso tenía contraseña y su móvil estaba en vibrador, por lo que tampoco lo escuchó. A los pocos minutos de decírselo, salió de la habitación para macharse a la suya. También descubrí que la antes nombrada Madi, era su hermana.

ESTÁS LEYENDO
Il falso colore delle rose
Ficțiune adolescențiTodos idealizan a la vida como un color de rosas, pero ¿es realmente verdadero lo que sucede dentro de esa burbuja imaginaria?, por defecto no tengo una respuesta exacta para eso. Sin embargo, lo que si puedo afirmar es que a veces uno mismo elige a...