열 하나

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10 de noviembre, 9528 a. C..

NamJoon estaba sentado en la balaustrada de su terraza, bebiendo. Estaba desconcertado por la capacidad de Artemisa para hacer que se sintiera tan sucio, aunque conforme iban pasando los días era consciente de que volvía a ser la criatura que había creado su tío.

—¿Hermano?

Giró la cabeza para mirar a Ryssa, que se acercaba a él.

—¿Qué?

—Siento molestarte, pero el bebé está provocándome un dolor espantoso. ¿Podrías hacer eso que sabes para que me sienta mejor?

Resopló al escuchar esas palabras, ya que no sería difícil malinterpretarlas. Menos mal que su padre no las había escuchado.

—Es un masaje.

—¿Puedes hacerlo?

—Claro.

Al igual que había sucedido con el resto de sus habilidades, le habían enseñado con esmero a reconocer todos y cada uno de los músculos humanos, y todos y cada uno de los métodos para relajarlos y proporcionar placer. Se bajó de la balaustrada y la ayudó a sentarse en el suelo, tras lo cual hizo que se inclinara hacia delante para aliviarle la tensión de la espalda.

—Mmm —murmuró ella—. Tienes unos dedos mágicos.

No era verdad. Pero se alegraba de poder usar esa habilidad con alguien que no se abalanzaría sobre él para violarlo.

—Estás muy tensa.

—No consigo encontrar una postura cómoda. Me duele todo el cuerpo.

—Pues respira hondo. En cuanto consiga deshacer los nudos de tensión, te sentirás mucho mejor.

Hizo fuerza sobre uno de los puntos de presión con las uñas.
Ryssa soltó un gemido satisfecho.

—¿Cómo lo haces?

—A fuerza de práctica. —Y muchas palizas cada vez que no lo conseguía.

—Te juro que deberíamos enmarcar tus manos.

La mayoría de la gente era de la misma opinión, aunque por otros motivos.
Ryssa lo miró por encima del hombro.

—¿Tienes pensado seguir escondido hasta que te vuelva a crecer el pelo?

Dejó las manos quietas, embargado por el dolor. Solo volvía a tener pelo cuando Artemisa se aparecía. Aunque la diosa era la culpable de su estado, detestaba verlo rapado. En cuanto desaparecía, volvía a recuperar su aspecto real.

—En realidad no salgo porque no tengo motivos para hacerlo.

—Creía que te gustaba ir al teatro. Pero llevas mucho tiempo sin ver una representación.

Ni siquiera las obras teatrales conseguían mitigar el dolor que lo consumía. La traición. De hecho, las representaciones lo sumían más en la depresión si cabía.

—Prefiero quedarme en mi dormitorio, eso es todo.

Su hermana estaba a punto de decirle algo, pero en vez de hablar soltó un chillido como si le doliera algo.

—¿Ryssa?

—Es el bebé… ¡ya viene!

Se le desbocó el corazón al tiempo que se ponía en pie y la agarraba en brazos. La llevó a sus aposentos antes de ir en busca de sus sirvientas, para que ellas avisaran a las parteras y al rey.

—NamJoon —lo llamó su hermana cuando se apartó de ella—. Por favor, no me dejes. Tengo miedo. Sé que puedes aliviar el dolor. Por favor…

◆☆🏛남준: 최초의 다크 헌터🏛☆◆[𝙰𝚍𝚊𝚙t] →❁𝓝𝓪𝓶𝓙𝓸𝓸𝓷❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora