🏛Chapter 18🏛

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_____ apretó los dientes, indignada por la situación en la que se encontraba. Tenía las manos encadenadas por encima de la cabeza y los grilletes que le rodeaban los tobillos la obligaban a tener las piernas abiertas, aunque podía moverlas. Era muy degradante verse en semejante postura y no poder hacer nada para remediarlo. Ni siquiera podía rascarse la nariz, y el picor la estaba desquiciando.
Por si eso fuera poco, la postura la ayudó a entender lo que había sentido NamJoon, hasta el punto de ansiar vengarse por lo que le habían hecho. ¿Cuántas veces lo habrían atado así? ¿Cuántas veces lo habían azotado mientras la gente aplaudía y vitoreaba? O lo que era peor, mientras satisfacían sus ansias sexuales a través de su humillación.

Hoy se han decidido a llevar a cabo la castración de NamJoon por un crimen que mi hermano jamás cometería. Todavía escucho sus gritos de dolor. Sus gritos pidiendo clemencia y pidiendo la muerte. Nunca lo he escuchado llorar así. No creo que sepa que sus lamentos han resonado por todo el palacio. Que me han horadado el alma. Y no sé si algún día podré dejar de escucharlos.

Recordó esas palabras de Ryssa. Por fin entendía lo que Nam había soportado como ser humano. Solo fue un peón para sus enemigos. Un peón para las maquinaciones sádicas de unas personas a las que no les importaban ni su vida ni sus sentimientos. Torturado, traicionado y maltratado. No entendía cómo había conservado la cordura. Era un milagro que no se hubiera convertido en una criatura tan cruel e implacable como la gente que lo había maltratado. El hecho de que albergara un mínimo de compasión en su interior era sorprendente. Y no estaba dispuesta a dejar que esos imbéciles la usaran para hacerle daño.

Gruñendo por la rabia y la determinación, tiró con todas sus fuerzas de las cadenas de las manos.
Escuchó una carcajada.

—Ni te molestes. Solo conseguirás hacerte daño. Aunque te liberes, no sobrevivirás ni un minuto porque los daimons y los gallu caerán sobre ti en cuanto salgas de aquí.

_____ se detuvo y vio a Satara a escasa distancia. Llevaba un mono negro ajustado y el pelo de un intenso tono borgoña. ¿Qué problema tenían los dioses con el pelo y los constantes cambios de color?

La miró con los ojos entornados.

—Me he pasado toda la vida enorgulleciéndome de mi condición de griega. Pero admito que después de conocerlas a Artemisa y a ti, estoy empezando a odiar mis orígenes. ¿Lo de ser tan zorra te viene de familia o es un rasgo personal?

Satara siseó como una gata a la que acabaran de pisarle la cola.

—No me insultes, humana. Supuestamente no puedo hacerte daño. Supuestamente. Ahora que lo pienso, tampoco te vendría mal sufrir un poco.

Tal vez debiera asustarse, pero por increíble que pareciera ni se inmutó por la amenaza.

—Ahora en serio… ¿por qué estás tan decidida a matar a tu tía?

Satara resopló.

—Si te hubieras pasado once mil años obedeciendo sus absurdos caprichos de niña mimada, no me lo preguntarías. Hace siglos le ofrecí a NamJoon un trato para liberarnos, pero el muy cabrón lo rechazó. Se merece todo lo que ella le hace sufrir y un poco más. Pero yo no. A diferencia de él, yo no juré servirla de forma voluntaria. Me obligaron a hacerlo, y encontraré el modo de liberarme.

—Y cuando Nam venga a por mí…

La carcajada de Satara la interrumpió.

—Nam no aparecerá por aquí, guapa. No puede. Estás en el infierno atlante. Si tu amante pone un pie aquí para buscarte, su madre quedará libre y el mundo llegará a su fin. A Nam le importa demasiado la humanidad como para dejar que eso suceda. Así que de momento eres toda mía. Y me apetece jugar un poco, la verdad sea dicha.


◆☆🏛남준: 최초의 다크 헌터🏛☆◆[𝙰𝚍𝚊𝚙t] →❁𝓝𝓪𝓶𝓙𝓸𝓸𝓷❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora