Δώδεκα

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19 de Agosto, 9531 a. C..


Hoy he decidido que enseñaré a leer a NamJoon con la ayuda de unos pergaminos que tengo en mi habitación. Nada más comenzar, me he dado cuenta de que había algo distinto en él.
Las bolas de su lengua habían desaparecido.

—¡Te las has quitado! —exclamé, incapaz de creer lo que veían mis ojos.

Su expresión era una mezcla de timidez y orgullo.

—Me he obligado a confiar en ti. Dices que estoy a salvo aquí y que nadie volverá a llevarme a ningún sitio. Quiero creerlo. Así que me las he quitado y voy a confiar en los dioses para que me dejen aquí contigo.

Tomé su cara entre mis manos, encantada al ver que no se tensaba, y lo acerqué a mi cuerpo para abrazarlo con fuerza.

—Aquí estás a salvo, hermanito. Te lo juro.

Por primera vez me devolvió el abrazo.
Nada me ha conmovido tanto en la vida.

Escuché que alguien carraspeaba. Me aparté y vi que Petra estaba en la puerta con vino y queso.

—Supuse que les gustaría comer algo.

Asentí con un gesto antes de soltar a NamJoon.

—Sería estupendo. Gracias.

Petra inclinó la cabeza y luego dejó la bandeja en una mesa baja.
NamJoon guardó silencio hasta que volvimos a quedarnos a solas.

—¿Alguna vez has pensado en casarte, Ryssa?

Titubeé antes de servir el vino.

—Algunas veces, y me pregunto por qué padre no me ha buscado ya un esposo. Las princesas suelen casarse mucho antes de llegar a mi edad. Pero padre dice que no encuentra a nadie a quien considere digno. —Sonreí—. La verdad es que no tengo mucha prisa. He visto que muchas de mis amigas se han casado con ogros, así que si padre desea tomarse su tiempo para encontrarme un esposo considerado, estoy encantada de esperar. ¿Por qué lo preguntas?

—Estaba pensando en Petra y en su esposo. ¿Has visto cómo se ríen cuando están juntos? Y cuando están separados, la tristeza los invade. Es como si no soportaran estar alejados el uno del otro durante mucho tiempo.

Asentí con la cabeza.

—Se quieren muchísimo. Es una lástima que no todos los matrimonios sean así.

—¿Y el de nuestros padres?

Aparté la vista cuando los recuerdos asaltaron mi mente. Vi a mis padres tal cual eran antes del nacimiento de Estigio y de NamJoon. En aquel tiempo se querían con locura. Apenas se separaban el uno del otro, y mi padre atendía a mi madre con un amor que parecía eterno.
Después nacieron sus hijos. Desde aquel fatídico día mi padre no soporta estar cerca de mi madre. Le echa la culpa del nacimiento de NamJoon.

«Te has acostado con un dios. No lo niegues. Solo así pudo salir eso de tus entrañas.»

Cuanto más defendía mi madre su inocencia, más parecía odiarla mi padre. A la postre, mi madre aseguró que Zeus la había engañado y que no se había percatado de su presencia en la cama.
En vez de aplacar a mi padre, su confesión lo alejó todavía más de ella, tanto que todavía hoy rehúye su contacto.

—No, NamJoon —dije en voz baja al tiempo que le daba un cáliz con vino—. Apenas se ven, salvo que sea por razones de Estado. Padre siempre está en compañía de Estigio y de sus senadores mientras que madre pasa casi todo el tiempo sumida en el estupor que le confiere el vino.
Detesto en lo que se ha convertido mi madre con todas mis fuerzas. En otro tiempo fue maravillosa. Hoy siempre está embriagada y rezuma amargura.

Mis palabras lo dejaron lívido, como si entendiera el motivo.

—¿Crees que alguna vez me querrá una mujer?

—Claro que sí. ¿Por qué lo dudas?

Tragó saliva antes de contestar con un hilo de voz:

—¿Cómo va a quererme nadie? Idikos dice que las personas decentes se avergüenzan de lo que sienten por mí. Soy un bastardo huérfano y un puto que no vale nada. Es imposible que una mujer decente acepte a alguien como yo.

—¡Eso es mentira! —exclamé—. Vales más que todo este mundo y te aseguro que ahí afuera habrá una mujer, sin contarme a mí, que vea lo maravilloso que eres de verdad.

Volvió a tragar saliva.

—Si alguna vez tengo esa suerte, juro que jamás dudará de mi amor por ella.

—Tendrás esa suerte y más.

Me sonrió, pero fue una mueca forzada. Además, la duda que vislumbré en sus ojos hizo que los míos se llenaran de lágrimas.

Carraspeé y busqué la manera de distraerlo.

—Bueno, vamos con las letras, ¿sí?

Se concentró una vez más en los pergaminos y lo observé durante horas mientras se aplicaba con un fervor que no había visto nunca. Cada vez que lo escuchaba hablar sin las bolas en su lengua, la alegría me inundaba.
Es una gran victoria, y pronto llegará el día en el que gane la guerra y por fin olvide su pasado.

















































































































































































































































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Hola amores, que tengan buen día. Nuevo capítulo disponible, bueno hoy también dejaré doble capítulo.
Espero les guste.

Nos vemos amores en el próximo capítulo ❤

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◆☆🏛남준: 최초의 다크 헌터🏛☆◆[𝙰𝚍𝚊𝚙t] →❁𝓝𝓪𝓶𝓙𝓸𝓸𝓷❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora