🏛Chapter 19🏛

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Desde detrás de la puerta, escondida con Nick, ______ parpadeó y después sonrió al ver a Nam allí plantado en plan matón en mitad de los daimons. Su postura lo decía todo: «He venido a patearles el culo. Quien me toca los huevos, firma su sentencia de muerte».

Llevaba el pelo negro veteado de rojo oscuro. El bajo de la larga casaca negra, que le otorgaba aspecto de pirata, se agitaba alrededor de las Doc Martens rojas que llevaba cuando se conocieron. Volvía a tener el piercing con el rubí en la nariz y, sin que sirviera de precedente, le encantaba verlo con las gafas de sol.
¡Estaba para comérselo! Y le agradecía en el alma que hubiera ido a rescatarla.
El aspecto del rubio alto que tenía al lado era mucho más sereno y sencillo en comparación con su camisa negra remangada y los jeans. Sin embargo, era casi tan guapo como Nam. Sus rasgos eran perfectos y llevaba la melena rubia recogida en una coleta. Se percató del enorme parecido que guardaba con Stryker, a pesar de que tenía el pelo de otro color.
Ambos poseían un aura letal que solo se veía superada por la de Nam.

—Creía que Nam no podía venir —le susurró a Nick.— Parece que está dispuesto a destruir el mundo por ti. Deberías estar impresionada. Yo lo estoy.

Tan impresionada estaba que puso los ojos como platos. ¿Por qué se arriesgaba Nam hasta ese punto?
Los demonios y los daimons se habían quedado petrificados al verlo. No se escuchaba ni un murmullo procedente de la multitud. Daba la sensación de que hubieran contenido el aliento a la vez y estuvieran esperando que llegara el Apocalipsis.
Todos salvo Stryker, que miró al rubio que acompañaba a Nam con una expresión entre el odio y el dolor.

—¿Te atreves a ponerte del lado de mi enemigo?

—Con tal de luchar contra ti, padre, me pondría del lado de Mickey Mouse.

Stryker torció el gesto.

—¡Qué hijo de puta! Me arrepiento de haber dejado preñada a tu madre.

El rubio resopló.

—Lo mismo piensa Apolo de ti. El mundo y todos nosotros estaríamos mucho mejor sin ti, ¿no te parece?

Los daimons hicieron ademán de atacar, pero una fuerza invisible los apartó.

Nam miró a Stryker.

—Ya basta de disputas familiares.
¿Dónde retienes a ______?

______ frunció el ceño al escuchar la voz de Nam. Aunque era parecida a su voz, tenía un acento mucho más fuerte de lo habitual. Qué raro. Además, la elección de vocabulario tampoco era normal en él.

—Está allí. —A escasos metros de Nam apareció una rubia alta que señaló con un gesto seco de la barbilla la puerta tras la que ellos dos se escondían.

La mujer cruzó la distancia que la separaba de Nam para abrazarlo. Su belleza era indescriptible.

—Por fin, m’gios. Por fin has venido a liberarme. —Lo besó en la mejilla y después le susurró algo al oído.

Sorprendida, ______ comprendió que era la diosa Apolimia. La madre de Nam.
La diosa de la destrucción absoluta.

Nam le devolvió el abrazo y asintió con la cabeza antes de apartarse de ella. Con una sonrisa torcida en dirección a Stryker, se dió la vuelta y echó a andar hacia la habitación donde ella se encontraba.
Antes de que Nick pudiera impedírselo, ______ abrió la puerta de par en par y corrió hacia Nam. Se arrojó a sus brazos y se aferró a él, presa del alivio. Y cuando sus labios se encontraron…
Se quedó tiesa.
Ese no era Nam. Era idéntico a él, pero ni olía como NamJoon ni su cuerpo era el de NamJoon. Y desde luego que no besaba como él.

◆☆🏛남준: 최초의 다크 헌터🏛☆◆[𝙰𝚍𝚊𝚙t] →❁𝓝𝓪𝓶𝓙𝓸𝓸𝓷❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora