🏛Chapter 20🏛

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______ se detuvo al entrar en la habitación donde dormía Nam. Su respiración era muy extraña. Muy distinta a la de un humano, más bien como la de un perro. Preocupada por él, dejó el cuenco con agua y el paño en la mesita de noche y se sentó a su lado.
Le colocó una mano en la enfebrecida mejilla y, nada más rozarlo, su cuerpo se volvió de un color azul intenso. Asustada, contempló las vetas marmóreas que salpicaban todo su cuerpo y que parecían moverse de forma sinuosa mientras la intensidad del azul variaba. Sus uñas se volvieron negras y le salieron dos cuernecillos en la parte superior de la cabeza.
Eso hizo que saliera corriendo de la cama mientras observaba con el ceño fruncido el arco doble y la flecha, el símbolo de Artemisa, que apareció sobre las heridas de su espalda.
Lo escuchó gruñir en sueños. En ese momento Nam abrió los ojos y a ella le costó la vida misma no salir corriendo de la habitación. Ya no eran plateados, sino rojos y brillantes, con vetas amarillentas. Nam abrió la boca para sisear, dejando a la vista un par de colmillos serrados.

—¿Cariño? —susurró, intentando encontrar al hombre que amaba dentro de esa espeluznante criatura.

NamJoon parpadeó como si acabara de percatarse de su presencia y se agazapó en la cama.
Se acercó a él despacio. Extendió una mano y le acarició suavemente la mejilla. Él cerró los ojos y se frotó contra su palma mientras le olisqueaba la muñeca. Eso pareció calmarlo. Lo escuchó decir algo en una lengua que ni siquiera comprendió.

—No te entiendo —replicó ella en atlante.

—Aqui-kara, akra.

—¿Necesitas algo, corazón? —le preguntó ella mientras le apartaba un mechón de pelo negro de la cara.

Nam estaba intentando concentrarse, pero le resultaba imposible. Todo parecía borroso. Ni siquiera sabía si estaba dormido o despierto. Ya no le dolía la espalda. Y olía sangre fresca… la olía y escuchaba el latido de un corazón.
Eso le hizo la boca agua.
Se relamió los labios, aspiró el olor de esa carne femenina que cubría las venas que tanto ansiaba perforar…
«Come.»
No debía hacerlo. Incluso en ese estado recordaba la regla que se había autoimpuesto. No podía alimentarse de los humanos. Estaba mal. Sin embargo, famélico como estaba, no alcanzó a recordar el porqué.
Lo único que tenía claro era que necesitaba saciar el hambre.
Tiró de la humana para tenerla más cerca y así poder olerle el cuello. Lamió la delicada piel y la rozó con los colmillos, ansioso por clavarlos en su carne. Sintió los escalofríos que la recorrieron mientras suspiraba de placer.
Le dijo algo, pero no comprendió sus palabras. Al menos no hasta que lo besó en los labios. La dulzura de esa boca logró conectar con su parte humana y lo ayudó a luchar contra la bestia.

_______ se estremeció cuando Nam recobró la normalidad. Su piel volvía a ser morena y sus ojos, de ese relajante tono plateado. Sin embargo, el aura violenta seguía presente y le recordó a un tigre apenas controlado.
En ese momento tiró de su mano para que lo acariciara.

—Nam, estás herido. Deberías descansar.

Lo vió sacudir la cabeza, como si quisiera despejarse. En un abrir y cerrar de ojos, se encontró desnuda y cuando Nam la besó, se le olvidaron todos los motivos por los que no debían hacerlo. Nam entrelazó los dedos de una mano con los suyos y la instó a acariciarlo donde más lo necesitaba. Se frotó un par de veces contra su palma y se estremeció mientras le soltaba la mano para que siguiera acariciándolo a su ritmo.
De repente, pasó de estar de pie junto a la cama a estar tendida en el colchón con él encima.

Nam sentía el corazón desbocado mientras le separaba los muslos a ______. Se hundió en ella hasta el fondo y jadeó por el intenso placer. Sin embargo, antes de que fuera consciente de lo que pasaba, la bestia retomó el control, ansiosa por alimentarse de la sangre que corría por sus venas. Porque eso era lo único que escuchaba. Lo único en lo que podía concentrarse.
El hambre superaba el deseo sexual y le hacía la boca agua.

◆☆🏛남준: 최초의 다크 헌터🏛☆◆[𝙰𝚍𝚊𝚙t] →❁𝓝𝓪𝓶𝓙𝓸𝓸𝓷❁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora