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“Un muy feliz cumpleaños a Dexter”


Seth:


Volteé los ojos al ver cómo Ellie llenaba de besos la cara de Dexter. Estaba seguro que uno de esos miles de besos tuvo que haber rozado su boca, y aún no olvidaba que mi hermana había besado a mi mejor amigo en “broma”, pero lo dejaría pasar solo porque era su cumpleaños.

Cuando Ellie, por fin, paró de estar baboseando a Dex y se le quitó de encima, lo miré, su cara estaba roja y su cabello estaba despeinado por las manos de mí hermana. Miré a la susodicha con una ceja alzada en su dirección, ella ni me miró.

—Ya déjame—le dijo Dexter, con tono fastidiado. Aunque no parecía muy interesado en alejarla. Suspiré, esto iba a tomar tiempo.

Miré a mi alrededor, no había muchas personas, Dexter no era de muchos amigos, la verdad, si fuera por él, no tendría ninguno. Ellie le había organizado una fiesta sorpresa, no tenía ni puta idea de cómo había conseguido contactar con la familia más cercana de Dexter, estaban sus padres y su hermano mayor, uno que otro tío y algunos primos. Ellie parecía que los conocía de hace años, pues bromeaba con ellos y todo. En un lugar estaba Alec en la mesa de bocadillos, no pude evitar sonreír, en otro lado estaba Sam con la mirada perdida y un vaso en sus manos pálidas. En una mesa estaban Gen y Beth, ambas lucían algo incómodas, pero se sonreían amablemente.

—¡Oye, Ellie!—la llamé, ella se alejó de Dexter con una sonrisa burlona, se paró frente a mi.

—Dígame, mi general—hizo un saludo militar, que en ella se vía tonto y chistoso por su altura y su cara.

—Creo que por allá necesitan algo del encanto Ellie—señalé a dónde estaba mi novia y mi amiga. Ella siguió mi dedo, sus cejas se alzaron ante la sorpresa. Empezó a caminar hacía ellas, con una brillante sonrisa en la cara. —. Y bájate la falda, nadie quiere ver tus bragas de One Direction.

No lo grité, pero tampoco lo murmuré, lo dije lo suficientemente alto como para que ella oyera. Escuché una risa de su parte, se giró y soltó juguetona.

—: Hoy llevo las sexys, puede que terminen siendo parte del regalo de cumpleaños de alguien—me guiñó el ojo. Sabía que bromeaba, pero la sola idea de que mi hermanita fuera tocada por Dexter, me hacía enojar.

—Ugh—la voz de mi amigo se escuchó tras mío. Volteé y lo ví, el miraba a la pelinegra con una cara de espanto.

—Feliz cumpleaños, amigo—me le acerqué y le di un medio abrazo, él me lo devolvió.

—Gracias.

—Por cierto, tengo una pregunta…

—Si es sobre Ellie, no diré nada. Ella está loca—me cortó. Era verdad que estaba loca, así que no le rebatí nada. —. Hay que ponerle una correa o algo.

Reí un poco.

—Sobre tu regalo—comenté, tranquilamente.

—No tienes que darme nada, yo a ti no te di nada en el tuyo—se encogió de hombros, restándole importancia.

—Oh, lo sé, amigo. Pero Ellie me obligó a comprarte algo, y dijo que si no lo aceptas ella misma vendría y te lo metería por el culo—repetí con exactitud las palabras de mi hermana. Dexter hizo una mueca, de igual forma aceptó la bolsa de regalo cuando se la tendí.

Los DesahuciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora