“Amor asfixiante”
Ellie:
Las cosas con Andy habían estado tensas desde mi cumpleaños, específicamente, luego de esa pelea que tuvimos por el colgante que Dexter me regaló. Era un martes, yo estaba saliendo de la escuela, Suzann iba detrás de mí, hablábamos sobre algunos conjuntos que vimos en internet en una tienda cercana a su casa, cuando mi teléfono vibró en mi bolsillo, indicándome que un mensaje nuevo había llegado.
12:36
Andy<3:
Preciosa, ya no quiero estar así contigo, nena:(
Era, quizá, el mensaje número quince del día. Y no era por hacerme la difícil con él, simplemente no quería hablarle, necesitaba mi espacio, en otra ocasión hubiese sido realmente encantadora su insistencia por arreglar las cosas, pero esta vez llegaba a ser asfixiante.
Ignoré el mensaje, guardé de nuevo el teléfono en mi bolso.
— ¿Aún están peleados? —preguntó Suzann.
—No estamos peleados, Su —dije. Ella me observó con ironía. —Bueno, puede que sí lo estemos, pero no lo sé, no me siento molesta con él.
—Pues, supongo que eso está bien, ¿no? —arregló la cinta de su bolso, que se resbalaba por la fina tela de su suerte.
Torcí la boca en una mueca.
—La verdad es que no, literalmente no me importa si estamos bien o no. Lo único que siento justo ahora es que me está asfixiando con tantas llamadas y mensajes. Soy consciente que debo hablar con él, y estoy segura que cuando llegue el momento nada va a salir bien.
Salimos de los edificios de la escuela, tomamos la dirección contraria a mi casa, pues hacia ese lado quedaba la casa de Suzann, y también la tienda que vimos en internet.
— ¿Vas a romper con él? —su pregunta me tomó desprevenida, porque aunque la idea se ancló a mi mente, no pensaba materializarla, más bien; no sabía cómo materializarla.
Una voz, en el fondo de mi cabeza, me susurraba que lo hiciera, y con el paso de los días, esa pequeña voz al fondo empezó a emerger sobre todos mis pensamientos, y ya no eran susurros, ahora eran gritos.
Y tenía varios motivos para terminar con la relación, o eso me gustaba creer, por ejemplo; lo posesivo que era conmigo, que a veces llegaba a rozar lo agresivo… ¡oh! Y también estaba eso que había ocurrido en mi cumpleaños que, honestamente, no me arrepentía, bueno sí lo hacía, porque una cosa llevo a la otra y me hizo abrir los ojos.
Eso que me hizo abrir los ojos, literalmente lo hizo, porque antes de eso, jamás vi todas las banderas rojas de Andy, que estaban ahí, tan claras como los ojos de Sam. Y realmente me cuestioné internamente en que carajos pensaba cuando acepté estar en una relación con un completo desconocido, porque en realidad, lo poco que sabía de mi novio era su nombre, su signo zodiacal y donde vivía, ni más ni menos.
Pensé en Alec, en que seguramente me regañaría si supiera mi estupidez de estar con un completo desconocido. Porque, viéndolo en retrospectiva, nadie sabía mucho sobre mi noviazgo, solo lo que aparentaba ser: algo perfecto.
Y así me parecía a mí, hasta que me di cuenta de que jamás lo fue.
Una pregunta se arremolinó en la punta de mi lengua, y in poder evitarlo, la solté.
—Su, ¿tú crees que mi relación es perfecta? —pregunté, girando mis ojos hacia ella, observé sus ojos claros.
—Parece serlo —asintió.
Moví mi cabeza de un lado al otro.
— ¿Sabes algo, Suzann? —la vi negar suavemente. —Pues, no lo es, para nada. André es una persona dulce y encantadora, sí, pero es asfixiante, me ha tratado como si fuera un objeto de su propiedad, y odio eso.
Solté eso que había estado reteniendo sin saberlo.
Ella se quedó en silencio, como invitándome a seguir con mi vomito verbal.
— ¿Sabes otra cosa, Suzann? —volvió a negar. Tomé una bocanada de aire. —Ni siquiera estoy enamorada de él, estoy loca por Alec, y no sabes cómo me arrepiento de aceptar esa cita con Andy, no sabes cómo me arrepiento de aceptar ser su novia, no sabes cómo me arrepiento de haber tenido mi primera vez con él, porque, ni en mil años luz, él sería el indicado.
No supe en qué momento detuve mi andar, pero me encontraba frente una tienda de flores, teniendo una revelación divina, al borde de las lágrimas al darme cuenta de cómo me sentía.
—Estoy jodidamente harta de estar con alguien a quien no amo, con alguien que me asfixia. Y estoy tan frustrada de no poder estar con el imbécil que amo más que a nada, porque… ¡Porque, joder, ni siquiera le gusto! Y duele, duele mucho.
De un momento a otro me encuentro hecha un mar de lágrimas, exteriorizando mis sentimientos más profundos. Algo en mi pecho se comprimió al darme cuenta de todo lo que dije.
Todo era cierto.
Ya no quería pasar ni un segundo más siendo novia de Andy. Necesitaba un respiro, porque desde que salí de esa habitación, donde no pude contenerme, algo había despertado en mí, o quizá y ya estaba ahí, pero no quería aceptarlo, pero ya era hora. Me di cuenta de todas las banderas rojas de mi perfecto novio, y me di cuenta, que a pesar de todo, me sentía terriblemente culpable por mentirle diciéndole que lo amo, porque en realidad, estaba enamorada hasta los huesos de Alec.
No quería aceptarlo, pero ya lo sabía, porque su cercanía alteraba todo mi ser, porque solo con nombrarlo, una punzada de emoción me atacaba, por mil un razones más supe que estaba enamorada de él. Y no quería reconocerlo, porque, ¿para qué hacerlo? No ganaría nada, solo perdería, perdería todo. No solo a él, sino a todos, porque el grupo se rompería de nuevo y él…, no podía aceptar la sola idea de dejar de compartir mí tiempo con él, o de leer sus mensajes tontos. No quería que las cosas se fueran al demonio, quería arrancar todo de mi pecho.
Sonaba muy dramático, pero sería así, lo sabía.
Estaba enamorada de alguien a quien no puedo querer como quiero.
Alec, sin quererlo, se ganó todo aquello que jamás pidió. Le entregué mis pensamientos y mi corazón sin él desearlo, y sabía bien que él me devolvería todo, solo que hecho trizas.
Sentía como si algo cortara mi respiración, como si algo me asfixiara, y eso era el amor, porque por un lado estaba el amor de Andy, que me asfixiaba y me hacía sentir prisionera, y luego estaba mi amor, que también me asfixiaba, me mataba el no poder gritarlo a los cuatro vientos, como me gustaría, y me calaba profundo que no fuera correspondido.
El amor no era lo que los libros decían que era. El amor era asfixiante.###
Atte: Any Cape <3

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Los Desahuciados
RastgeleEn un grupo de amigos, siempre habrán los clásico: La chica escandalosa, dramática y sentimental, que todo la hace llorar, que es una soñadora y romántica empedernida. La que es amiga todos, la que tiene un carácter de los mil demonios, pero que ama...